en que juzgo que valió la pena abrir este almacén de recuerdos
Yo sé que constantemente repito lo mismo, que reconciliarnos con el pasado nos permite vivir el presente sin fantasmas. Todos tenemos lazos deshilachados, “galletas guardadas” en rincones olvidados… hagamos el esfuerzo de buscarlas, encontrar una punta, una, cualquiera y comenzar a ovillar, y si se corta hacemos un nudito y ha seguir.
Ayer entre todos los e-mail, que recibo, dos acapararon mi atención y quiero compartirlos con ustedes el primero dice:
Hola!! mi nombre es Estrellita Olmos nieta de Teófilo Olmos del Fortín Tradición Argentina de la ciudad de La Plata, y he leído la poesía dedicada a Roberto Lacerra, que he conocido personalmente como también he conocido siendo muy jovencita a los Hnos. Madrid que tan bien tocaban la guitarra y que he bailado más de una vez una hermosa zamba tocadas por ellos en el escenario del Fortín. En la poesía nombra a mi padre Orfeo y te cuento que el aún vive junto a mi mamá, papá cumplió 92 años y mi mamá hoy cumple 94. Le he leído esta poesía tan linda a mi papá y esta muy emocionado. Bueno un gusto grande espero mantenernos en contacto y puedas venir a La Plata en algún encuentro que hagamos en el Fortín Un abrazo Estrellita
Nunca he estado en el Fortín Tradición Argentina de la Ciudad de la Plata, si recuerdo cuando los Madrid regresaban después de alguna jornada en el Fortin Téofilio Olmos, los comentarios, lo bien que lo habian pasado, y la promesa de volver. Entonces no había mail, ni SMS, ni messenger, eran cartas con poesías que se cruzaban, invitaciones que llegaban siempre a tiempo. Don Pedro Bianco que vivía a unas cuadras de esta casa, aquí en Banfield, que recuerdo tenía una nieta que cantaba precioso, y se cortaba el pelo en la peluquería de tío Mochi había sido el nexo entre el Fortín de la Tradición y los Madrid. Ayer muchos años después la hija de Don Orfeo Olmos se comunica conmigo por que encontró “la botella en el mar” y me invita a La Plata. Las huellas no estan borradas.
El otro mail es de una persona que por “cuestiones que no vienen al caso mencionar” perdió contacto con su primo, creyó que podía ayudarlo y creyó bien, no dude un minuto, le respondí, le di el número de teléfono dónde ubicarlo. Otro nudito más me dije y van... Quizá hoy, ahora en este mismo instante se hayan reencontrado.
Ya ven por que hoy, es uno de esos días en que juzgo que valió la pena abrir este almacén de recuerdos