lunes, 17 de mayo de 2010

Las casualidades tendieron el puente

“Si la casualidad es la más empeñosa jugada del destino,
alguna vez podremos interrogar con causa a esas escoltas de genealogías
que tendieron un puente…”

Canto a Berenice de Olga Orozco

Por obra de la casualidad volví a pasar por la casilla de correo abandonada hace tiempo donde El Amigo Juan Naddeo había dejado a fines de abril una sorpresa… revisando unas viejas revistas publicadas en Maipú por el año 1930 me encontré con noticias de Guido y con algunas personas que figuran en ellas que creo podés conocer, la revista se llamó La Semana

Lo que siguió fue pura emoción. Encontré allí esos versos que eternizan los ojos de mi papá cuando era un muchacho de 20 años, cuando en sus sueños todavía, no asomábamos nosotros. Nada sé de Corintia, jamás escuche ese nombre en las charlas de sobremesa, pudo ser un seudónimo. De lo que no quedan dudas es que conocía la mirada de esos ojos negros y profundos que atrapo en sus versos.

Alguien escribió que: “El amor de los jóvenes no esta en el corazón, sino en los ojos” y Corintia como la doncella del mito griego logro un retrato perdurable de esos ojos.



La otra noticia tiene que ver con la formación de una comisión y allí está el nombre de nuestra abuela Isabel y el de tía Pepa y tantos otros nombres y apellidos amigos.


Las casualidades tendieron el puente…

Gracias Juan.

Gracias Maipú!!!

“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).