jueves, 31 de enero de 2008

"El HOMBRE ES TIERRA QUE ANDA"

Durante la mañana de hoy escuche varias veces que se cumplía el natalicio número 100 de Atahualpa YupanquI (1908-1992) y por supuesto recordé las veces que protestaba por que Yupanqui, madrugaba los domingos y sonaba desde temprano en “el Winco” Marca, ésta que, irremediablemente confirma mi edad.
- ¡Ya llegará el día que vos, solita vas a querer escucharlo, lo mismo te sucederá con Gardel y otros tantos que hoy son causa de “desavenencia”!
Y la sentencia de mi padre se cumplió, él pudo saberlo. Para cuando yo buscaba leer o escuchar a Yupanqui fue él, "Madrid viejo", quien me acercó este librito, que rescato hoy, Cómo podrán apreciar en mi casa no sólo hay recuerdos… ¡Hay mucha bibliografía!

El librito sólo tiene 46 páginas (año de impresión noviembre de 1948), elijo para ustedes las seis finales… Conocer el pasado ayuda a comprender el presente.

Carta para mi pueblo
“Ahora que la Inspección General de Espectáculos Públicos de la Municipalidad de Buenos Aires, por intermedio de su organismo de Policía y “Cultura”, y “en nombre del señor Intendente”, ha prohibido mi actuación personal como artista especializado en motivos folklóricos argentinos, advirtiendo a los propietarios y empresarios de ciertos centros que “les conviene” no contratarme; ahora que comienzan los elementos reaccionarios y pronazis incrustados en el gobierno a mostrarse tal cuales son desde sus bien rentadas posiciones de burocráticos salvapatria; ahora que el manotazo del más puros gestapista pretende ahogar la voz de un argentino, entiendo que debo hablar al pueblo de mi país.
No tengo nada que aclarar, de manera que estas líneas no significan una aclaración. No tengo nada que rectificar acerca de mi conducta como artista y mi posición como ciudadano.
Es bien clara mi vida con mis aptitudes y mis defectos. Es pública mi afiliación al Partido Comunista, partido del pueblo y de la clase obrera.
Es pública mi lucha desde siempre contra la injusticia, contra el nazifascismo, contra la penetración imperialista, contra la explotación y el fraude.
Es público mi gran amor por la música universal y mi preocupación por elevar –dentro de lo posible- la sencilla canción expresadota de las cosas del campo y el hombre argentinos.
Es pública mi producción de ciento cincuenta canciones, editadas, grabadas en discos o regaladas por ahí, a cualquier cantor del país, a lo largo de veinte años de viajes, afanes, estudios, dudas y meditaciones.
Es público, también que no le debo a ningún gobierno nacional, provincial o municipal, becas, ayudas, viáticos ni “gauchadas” de ninguna naturaleza.
Mi música pertenece al pueblo, a la masa trabajadora para la cual compongo mis canciones, y de la cual siempre he tenido el único y grande homenaje de un “¡Adiós, amigo!” en cualquier senda de mi patria.
Es pública, pues mi obra, como es notoria mi pobreza.
Siempre fui un artista pobre, como lo es la mayoría de los artistas criollos. Siempre las preocupaciones de orden económico limitaron mi vida, postergando mis sueños y auspiciando mis vigilias.
Con grande esfuerzo, y a veces con verdaderos sacrificios, he logrado viajar por todos los pueblos de mi país. Viajero sin smoking ni dineros; apenas mi solo traje ciudadano, mis ropas de paisano, mis viejas botas y mi guitarra.
Ahí radica mi fuerza: en mi Guitarra.
En ella caben todas las angustias de mi pueblo. Pocas veces canté sus alegrías. Par los estados de felicidad, mi tierra tiene otros artistas, otros cantores. Yo siempre ahondé en el silencio, en la pobreza con remiendos, en el desamparo, el hambre y la soledad de los paisanos, para componer así mis coplas y cantarlas o gritarlas por todos los caminos de mi patria.
No me interesó nunca alegrar ni halagar a la burguesía que cotiza al artista mercenario, vanidoso y sin profundidad. Me interesó preocupar a mis oyentes. Hacerlos pensar acerca de todo lo injusto, de todo lo “por arreglarse” que hay en mi tierra.
Hace tres años que estoy afiliado a un partido político; y hace más de veinte años que canto a las pobrezas de mis paisanos, el desamparo de los montañeses, la niebla de mi pueblo.
Aprendí a tocar la guitarra por irresistible vocación a los cinco años de edad. Desciendo de argentinos de pura cepa; campesinos y obreros. En mi familia hay puntanos, pampeanos y santiagueños.
Soy de la base; del pueblo. Si mis trabajos me han llevado a significar algo para el pueblo, eso no se lo debo a ningún escalafón, acomodo o prebenda. Se lo debo, sí, al pueblo anónimo; a la tierra, a sus montañas, a sus ríos, a sus selvas, a sus caminos. Para mi la tierra es canto. Para ella vivo. Por ella lucho.
Oficialmente, el premio que ha merecido mi labor es la prohibición sistemática de realizar recitales y conciertos.
No se dan razones ni sanciones de tipo legal. Todo se ha concretado a “mandar decir” o “sugerir” dejando una amenaza colgada sobre las posibles empresas contratantes.
Es censurable esta actitud. Censurable y también despreciable, por lo injusta y por lo cobarde. Dejo al pueblo en la libertad de calificar estos hechos.
Por cientos han llegado al país artistas extranjeros. No falta tampoco la invasión de tipo reaccionario, de elementos no representativos. Gran publicidad, gran auspicio para ellos.
¡Pero un argentino no puede trabajar en su tierra por que no trota al costado del caballo del comisario!
Hay en los bosques tucumanos una planta pequeña muy espinuda, de color verdegris, que los nativos llaman “nananchi”. Esa planta, de dardos venenosos, crece y vive debajo de las matas aromadas, junto a los helechos y los amancares. Persona o bestia o planta que sus dardos toca siente de pronto los efectos destructores, los síntomas del ahogo.
Por eso la llaman “nananchi”; “que produce dolor”.
Ese es su destino: hacer daño. Vive para el daño, y para hacerlo se disimula entre hierbabuena y helechos.
Incrustados en el aparato administrativo, hay elementos que viven como el “nananchi” de los bosques tucumanos…
Es posible que mi guitarra no se oiga por algún tiempo en recitales o conciertos. Pero nada podrá ahogar mi voz, porque no es sólo mía, sino de todo el pueblo argentino.
Los elementos de tipo regresivo que medran en algunos puestos oficiales tendrán el éxito que les producirá la alegría de saber que un artista argentino no puede trabajar en su labor vocacional.
Es molesto y es lamentable. Pero no hunde a nadie, y menos a mi.
Hoy más que nunca estoy orgulloso de mi condición de criollo, de cantor popular, de compositor de temas campesinos. Hoy más que nunca estoy al lado de mi partido el gran Partido Comunista.
No tengo rencores contra el Gobierno. Desprecio y combato a los reaccionarios que ordenan sus oscuras leyes desde algunas posiciones oficiales, abochornando a los que sinceramente aspiran a vivir dentro de la justicia y la democracia.
Y si alguna vez mi patria fuera ofendida por alguna potencia extranjera no vacilaré, como no vacilaron mis abuelos. No importa cual sea el gobierno ni cómo me haya tratado, Buscaré mi sitio junto al pueblo para luchar por la liberación y por la dignidad argentinas. Y el pueblo comprenderá mi razón y mis derechos, que son los mismos que amparan a todo argentino y que establece la Constitución Nacional.
Quiero agradecer con estas líneas a todas las personas y entidades que me han hecho llegar su voz y su saludo de solidaridad. No deben afligirse. La vida empuja hacia delante y hacia arriba, hacia la luz. Para el goce de mi alma criolla quedan muchas guitarras en mi tierra, tantas como pesares y sueños y esperanzas contiene el alma humana. Y para mi lucha por la vida tengo todo el ancho de esta Argentina hermosa. No le faltará trabajo al que tiene salud, buenos brazos y una gran voluntad para vivir en su tierra, amándola y honrándola.
¡Buen oficio el del sembrador, ya de cantares o semillas!”


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miércoles, 30 de enero de 2008

"COMLOIPI - IAPA"

Hoy como siempre los amigos maipuenses acercándome esos "cachitos" de historia compartidos Hoy Juan Naddeo me envía la biografía de Don Justo P Saenz (H); entonces, le digo que voy a contar porque lo nombro tan seguido en mis escritos y aquí estoy recordando las siestas de aquellos lejanos veranos de mi infancia cuando de la mano de mi tía llegaba Baguales y su voz dibujaba en la penumbra de la habitación lo que con maestría Don Justo, había escrito Mientras tanto yo imaginaba que en ese momento, talvez, en el corazón del Vecino, en sus campos "La Protección" donde supo haber una pulpería, donde todavía quedaban viejos mojones que marcaban el antiguo camino real ese señor al que llamaban Justo P Saenz ,hijo, escribía cuentos para que mi tía los leyera para mi. El Rastreador “apuntaba” tío loro desde la otra habitación “léele El Rastreador”.
- No, léeme “El de las once y ocho, justitas” pedía yo.

- “Cosas de perros” reclamaba tío Mochi, en tanto preparaba las “herramientas” para concluida la siesta, cortar el pelo de tío Loro y de mi papá como cada domingo.
– No, que ese me asusta María “El de las Once” dale…

“Costa del Arroyo Grande. Campos que se quiebran y ondulan en alegre sucesión de cerrilladas abruptas y lomas de suave comba. Monte natural que el dueño del paisaje desparrama a los cuatro vientos, los distintos matices de su verde, escalando las alturas hasta posesionarse de ellas rellenando las hondonadas con quince especies arbóreas, apretadas en tupidez de almácigo como anhelosas de ocultar el tesoro de los cursos de agua y arraigando sobre aquellos extraños verdugones roquizos que empotrados en los faldeos, semejan yacentes animales prehistóricos.”

No, no tengo tanta memoria, tengo el libro La tercera Edición de Baguales Ediciones Anaconda Florida 251 Buenos Aires Año 1942, abierto en la pagina 95. Sesenta y seis años tiene esta Edición y aquí está cincuenta años después en mi siesta y créanme si les digo que cuando abrí el libro buscando el cuento aparece marcando la página la vieja tarjetita que están viendo, en el anverso se ve un sello, dos manos que se juntan en un saludo, es el logo de la Peña COMLOIPI-IAPA, a la que soliamos ir, la familia completa, allá por los sesenta... Y entonces pienso en “las casualidades” que acompañan, que llenan los silencios y los espacios vacíos, que aparecen, siempre aparecen… vuelvo a leer la tarjetita y digo: La Biografía de Don Justo, me llevo a buscar el libro y dentro del libro encontré la tarjetita y en ella la palabra exacta para designar a este Maipuense y en él a los amigos del Museo Kakel Huincul, que tanto colaboran con la memoriosa gallineta…
“COMLOIPI-IAPA” ¡GENTE AMIGA!. ¡Gracias Juan Naddeo!, ¡Gracias Maipú!


"Investigaciones de El Amigo.

Grandes Escritores de la literatura gauchesca nacional que desarrollaron parte de su actividad desde Maipú y Gral. Guido
Hoy: JUSTO P. SAENZ (h)
Biografía.

Por Matilde B. de Sáenz. *
Miembro de una familia llegada a la Argentina en el siglo dieciocho, Justo P. Saenz (h) nació en Buenos Aires en 1892, sus padres fueron Justo P. Saenz y Dalmira Quesada.
Escribano y deportista, Justo P. Saenz repartía su tiempo con sus viajes a Maipú donde residía temporariamente hospedándose en el viejo Hotel “Vasconia” (Alsina y Lynch) desde donde viajaba a su campo, ubicado en el Partido de Gral. Guido, llamado “La Protección”.
Entre la gente de nuestra ciudad era muy apreciado por su cordialidad y buen trato, pudiéndoselo observar por las tardes ubicado en el cruce de la calle Alsina con la actual Autovía 2 donde concurría munido de su reposera permaneciendo por espacio de varias horas leyendo los diarios capitalinos de “cara al pampero” como le gustaba decir en su lenguaje culto pero siempre autóctono.
Hombre de campo y estudioso apasionado de las costumbres y tradiciones de nuestra gente, escribió numerosos libros costumbristas; “Pasto Puna” (1928) – “Baguales” (1930) – “Cortando Campo” (1941) – “Equitación Gaucha” (1942) – “El Pangaré de Galván” (1953) – “Los Crotos” (1966) – “Pampas, Montes, Cuchillas y Esteros” (1967) - y “Blas Cabrera” (1970) (edición póstuma)
Tradujo al castellano “Los Caballos de la Conquista” de Robert Cunninghame Graham y “Un poblador de las Pampas” de Arthur Seymour.

Colaboró en diarios y revistas como “La Nación”, “Clarín”, “El Hogar” y “Caras y Caretas”.
Murió en Buenos Aires en 1970 a la edad de setenta y ocho años"

(*) El Amigo agradece a la Sra. Matilde B. de Sáenz, nuera del escritor,
y socia de nuestra Institución, quién, a nuestro requerimiento gustosamente aceptó colaborar con esta publicación, haciéndonos llegar la biografía conjuntamente con la donación de libros, de una de las personalidades de la “gauchesca” de nuestro país, que supo desarrollar gran parte de ella desde nuestra ciudad.)

martes, 29 de enero de 2008

Aquellos Carnavales.

Hoy nuestra amiga, "la Poeta de Gral Lavalle", Norma Montenegro nos dejó este regalo.


Cercos de madreselva
Vals
Letra Norma Montenegro
http://ar.geocities.com/poetanormaester/
Música Javier Bravo
Canta Celia Saia

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Mi General Lavalle pueblito centenario
perfuma mi recuerdo el aroma de tu greda,
cercos de madreselva , jazmín de primavera
añosos tamarindos, la ría y la ribera.
Conservas en el tiempo tu antigua tradición
y al viejo saladero evoco en mi canción,
viajaban las noticias con promesas o lágrimas
surcando los caminos en la Galera e’ Dávila.

Estribillo

Flameaba el pampero los ponchos encerados
que al galope tendido llevaban los arrieros.
Detrás de mil quimeras se fue mi corazón
añorando el regreso que nunca se cumplió
Mi General Lavalle te canto desde lejos,
quizás esta distancia se acorte alguna vez
y vuelva una noche buscando aquel recuerdo
presente en la nostalgia que en mi siempre vivió..

Del álbum de aquel tiempo, rescato de mi niña
su risa en la vereda escapando de la siesta
la plaza de un tal Galo, la sala de Rufina
la iglesia de Manuco y el patio de la escuela.
Al corso de la Mitre en noches de Febrero
llegaban las comparsas, lentejuela y satén
serpentina enredando el alma de las mozas
en sana algarabía viviendo el carnaval
.

¡Gracias Norma!

domingo, 27 de enero de 2008

Somos porque fuimos

Hace unos días les contaba el por qué del nombre La Gallineta. Ahora ya saben que fue el nombre de aquel el almacén de ramos generales “La Gallineta de patas chuecas”, donde yo despachaba azúcar, yerba, fideos secos; armaba y desarmaba paquetes, mientras mi tía, era Doña María, otras veces Doña Rosa, la que entraba y salía con la bolsa cargada, nunca se cansaba. Armábamos el mostrador sobre la mesa de la cocina, y para darle más realismo, ella acomodaba cajas, y latas vacías, que eran, decía “muy necesarias para la escenografía”.

(Cinco, de los siete Madrid-Algañaraz. Gra. Guido
Benjamín,Leonardo, Ofelia,Rogelio y Deul )

Pero había otros juegos, tal vez después del almacén, el que más disfrutaba yo, era el de “Las Manuelitas”
- ¿Jugamos a las Manuelitas María?
Entonces, Ofelia Isabel asumía el papel de anfitriona, se transformaba en "Manuela Arratsaldeeldiabuenagoitía Castillo de Arena, Hacendada", yo aceptaba ser “Manuelita” Camino de Playa Grande, inquieta, andariega, joven y casadera.
-¿Cómo estás mi querida Manuelita?
Me recibía abriendo las puertas de mi imaginación.
Y yo entre risas, respondía - ¡Bien!, Manuela "Arrastragoitía" Castillo de Arena “Hacenada”, y las carcajadas retumbaban en la pequeña cocina. No tenía yo, más de seis años, pero todo está intacto en mi memoria hasta , me cuesta aquel trabalengua devenido en apellido vasco que marcaba el linaje de Manuela.
¡Cuánto me divertía en aquellas lejanas tardes, de mi infancia!.
Las Manuelitas, siempre que podían se reunían los sábados por la tarde, se vestían para la ocasión y a las cinco en punto llegaban del brazo a la confitería Richmond, para “conversar” de cosas perdidas, mientras comían los famosos sanguichitos de queso y tomate, (la especialidad de tío loro), torta de vainilla y limón, o simplemente galletitas con mermelada de membrillo. El té para Manuela grande llevaba sólo “una cucharadita de leche”, mientras que para Manuela chica “un cucharón”, porque estaba creciendo". Ataviadas con sombreros y guantes, carteras y chales, llegaban a su cita de cada semana, Manuelita la viajera y Manuela la “Hacenada”.
Manuela, siempre iba y volvía de su Gral. Guido, con capelina de plumas, abría su cartera y convidaba cigarritos de chocolate, mientras Manuelita con soltura se abanicaba con un abanico de diario (confeccionado por tío Loro) última moda en “Bostón”, comentaba el mozo, muy atrevido, por cierto, que atendía aquella mesa, y al que Manuelita encontraba “igualísimo” a su tío Loro.


Entre jolgorios y alegrías las tardes de sábado transcurrían en el diminuto departamento de la calle Palacios. Pollera de tafeta azul lavanda, zapatos de taco aguja, chancleteados, sombrero de tul negro y el chal de hilo blanco que terminaba regresando a su lugar sobre la mesa del comedor y mucho tintineo de pulseras y collares, es que "la escenografía siempre fue importante".

Finalmente, en uno de los tantos paseos didácticos, la auténtica Richmond, abrió sus puertas de Florida cuatrocientos, boiserie de roble de eslabonia, sillas tapizadas en cuero rojo; arañas de bronce, blancos mantelitos; allí "las Manuelas" tomaron el té una tarde de 1963.


Un catorce de marzo de mil novecientos noventa y dos Manuela Arratsaldeeldiabuenagoitía Castillo de Arena viajó a sus campos de General Guido, mucho antes ya habían renunciado a las tertulias de los sábados, nunca "a conversar de cosas perdidas".

Los tíos Madrid, los hermanos de papá, escribí otro domingo, aquí mismo… "Despertaron mi capacidad de imaginar, creando en mi mente lo que me describían. Buenos narradores, componían ordenadamente el escenario donde los sentidos se daban cita, olores, sabores, formas colores, texturas, sonidos. Aquellas historias reproducían con fidelidad la naturaleza de las cosas. En todas las historias Gral. Guido estaba presente. Todo fue grabándose en mi memoria"
Mas tarde lo mismo harían con mi hija, a la que le dedicaban todo el tiempo, horas de baraja, no sabía leer, ni escribir pero jugaba a la escoba de quince, sumaba, y para anotar los tantos dibujaba escobitas. Y las palabras cruzadas, claringrillas, preguntas hechas sólo para ser respondidas por ella; trabalenguas "Maria chuzena su choza techaba y..." cuentos, representaciones; armaban en el comedor el consultorio donde Danii atendía a sus pacientes -ellos- y les recetaba “aspilina bayar” para todas las dolencias… Hoy Danii es médica, otro día les cuento.
A la Quena, tía Negra para los demás sobrinos, definitivamente María para nosotros, le gustaba actuar, disfrazarse pero lo mejor era que sabía reírse de si misma, cierto día, recibió una invitación a un Te Canasta… pero mejor se los cuenta ella misma.

Te Canasta en el Savoy

Aún estando en mi casa, no se si vengo, o si voy
Es que he estado de canasta, tomando té, en el Savoy
De canasta no se nada, digo con sinceridad
Todo fue cosa de Pepa, mezclarme en la sociedad.
¡Me vieran, a mi sentada con las de doble apellido
Si estaba más asustada que perro que anda perdido
Unas Larreta Raymondi, otras Rodriguez Delgado
Maestras y secretarias y yo, ¡con mi cuarto grado!.
Queriendo hacer sociedad y sin imitar aquel
Hacia unas atropelladas, lo mismo que Don Fidel
y charlaba y me reía, haciéndome la canchera
Pero estaba más boleada que criollo que cae de afuera.
Y así en forma repentina, ya soy de la Sociedad
Aunque Madrid, Torme, Gascue, es mi colectividad,
En este ambiente distinto, me sentí sin Libertad.
Prefiero reunirme en Guido, y hablar con sinceridad
Contando nuestras pobrezas ¡esa, es mi sociedad!
Me comporte de lo fino, deseando sí un apagón
Para comer a mí gusto, de un sabroso mordiscón
Son más lindos los chorizos comidos junto al fogón
Debajo de las higueras con finito cascarón
Y yo para completar, por que fumar no sabía
Coloque en la cartera cigarros de chocolate
Que me compre en Casa Tía
Porque si fumaba los otros, seguro que me caía
Como paisano mamao, tirao en la pulpería
Damas colaboradoras, del Ceibo y otra Institución
Atendían con esmero aquella amable reunión
Y junto a esas señoras, sin omitir en mi lista
También estaba Mercedes con su corazón altruista


Ofelia Isabel Madrid (Negra)

Detrás de una foto siempre hay una historia, aguardándonos… “al calorcito del rescoldo, donde anida la memoria del corazón” esperándonos para recordarnos que - somos, porque fuimos -

jueves, 24 de enero de 2008

"Preciadas Excepciones"

Cuando, control remoto en mano, paso de canal en canal, me suelo cruzar en El Rural con Luis Landriscina, entonces, me quedo viéndolo y viajo por la espiral del tiempo. Y recuerdo cuando mi papá comentaba que lo conocía. No faltaba quien con cierta picardía, interrogara ¿pero es verdad, che?
Entonces, nuestro Madrid, sacaba esta foto, donde están en Villa Ángela y decía:
“gran persona Landriscina, sencillo, auténtico, probado amigo de sus amigos. Eso pude apreciar en este viaje y tiene una compañera de su talla”

Luis Landriscina, su esposa Betty, y sus hijos Dino y Fabio venían a nuestra casa.
Les cuento: cuando promediaba la década del 60 en Radio Nacional había un programa que se llamaba algo así como "Mano a Mano con la historia, o el Chaco habla con la historia", el locutor era Anibal Cufré, también había una locutora, no recuerdo su nombre, era “la Srta Historia” y Luis Landriscina, ese muchacho que había recitado en Cosquin “Casi Gringo” y que mi papá esperaba, agazapado, como quien espera cazar un pájaro, pegada la oreja a la radio, con el viejo garabador Gelosso siempre listo, papel y lapicera por si fallaba; mientras ellos contaban historias del Chaco.
Mi padre fue siempre un oyente - escuchador - de radio, de ahí viene esta afición mía por éste aparato que permanece siempre encendido.
Pero volvamos a Luis Landriscina una noche en una peña anunciaron la presencia de Luis y allá fue Madrid, que no se perdía ninguna, ¡Sorpresa! volvió con Landriscina, aquella noche compartimos unas empanadas (yo estaba, claro que a disgusto, como era mi costumbre, por aquellos adolecidos años, pero estaba) ellos charlaron, tocaron la guitarra y quedaron en volver a encontrase. Luis vivía por entonces en el Barrio de Constitución y los Cheppi, que iban para San Telmo, lo acercaron aquella noche.
Al poco tiempo volvía Luis, esta vez acompñado por Betty, Dino y Fabio que recién comenzaba a caminar; a partir de aquel día, siempre que podían, algún fin de semana, se llegaban a casa, hasta llegaron hablar de comprar una casa por aquí, en Banfield, Luis la llamaba, la casa del Pato Donald, por que la puerta era (es aún, está) igual a la de la casita del legendario personaje; después apareció la de la Lucila y allá se afincaron.
Luis tuvo la amabilidad de colaborar, cuando con mis compañeros o hicimos una peña para recaudar fondos para el viaje de egresados.
Mis padres y mi hermano viajaron a Villa Ángela, invitados por él, volvieron felices de aquel viaje con un banquito que conservo comprado en un obraje, el hachero, si mal no recuerdo, se llamaba Céspedes, un día ese hombre apareció fotografiado en una revista y papá decía ¡pero mira vos, si es Don Céspedes, el santiagueño que conocimos en el obraje cuando fuimos con Luis! Yo no lo conocía, yo no había viajado a Chaco y hacía mucho ya que no veía a los Landriscina. Papá, Mamá y los tíos se mantenían en contacto, fueron a visitarlos a La Lucila y siempre llamaban a Betty para dar el presente.
Papá siempre prendido a la radio escuchaba en Rivadavia cuando era “Don Verídico” en el programa de Héctor Larrea, y lo grababa, ahora ya con nueva tecnología.
Pasarían dieciocho años para que yo volviera a encontrarme con Landriscina, fue cuando murió mi padre. Luis se encontraba de gira, pero ahí estaba Betty; llegó justo cuando estábamos por salir para Guido. No se equivocaba Madrid Viejo, la presencia de Betty aquel 19 de noviembre representaba las palabras frente a la foto… “gran persona Landriscina, sencillo, auténtico, amigo de sus amigos. Eso pude apreciar en este viaje y tiene una compañera de su talla”
Nunca volví a saber de la familia Landriscina, desde entonces, más de que lo que pude leer en algún medio cuando Luis se despidió de los escenarios, asi supe que ¡son abuelos!. Pensar que mientras Dino representaba "la Momia"(el mítico personaje de Titanes en el Ring), Fabio tambaleaba en su intento por alcanzarlo. ¡Cuántos años han pasado!
Los Landriscina formaron parte de las “preciadas excepciones” a los que mi padre llamó amigos.

martes, 22 de enero de 2008

"Botella Al Mar"

Vengo de la matera y para expresar mi sentimiento, desoyendo a quien me pide “decí con tus palabras”, recurrí a uno de mis favoritos, Mario Benedetti, ahora llego aquí y conmigo viene Benedetti por que “… El mar es un azar / que tentación echar / una botella al mar / poner en ella por ejemplo un grillo / un barco sin velamen y una espiga / sobrantes de lujuria algún milagro / y un folio rebosante de noticias / poner un verde un duelo una proclama / dos rezos una cabala indecisa / y el cable que jamás llegó a destino / y la esperanza prodiga y cautiva.”

Es que hoy es uno de esos días en que suelo hacer “Una Tregua” y “Preguntas al Azar” “Con y sin Nostalgia” Pero hoy “La Casa y el Ladrillo” vino desde Maipú me lo acercó Juan Naddeo ¡Gracias Amigo! Es la casa dónde vivió mi tía, Josefa (Pepa) Eyharchet, que fue maestra en Gral. Guido, ¿quedarán alumnos todavía? casada con Horacio Urbano Madrid (Hacho) ellos tuvieron dos hijos Horacito (fallecido en Guido) y Elba del Rosario (Cuca), casada con Atilio Raimondes, mamá de tres hijas hermosas, abuela de una ponchada de nietos.

Mientras “La vida ese paréntesis” me cuenta que “ las soledades son fiestas calladas / vaga frontera entre el silencio y el caos / radar que verifica alrededores / hasta que encuentra un prójimo / y le tiende su cabo de esperanza.” Yo reitero mi agradecimiento a los amigos Maipuenses y a ustedes mis amigos Guidenses les recuerdo que " si uno busca trocitos de pasado / tal vez s halle a sí mismo ensimismado /volver al barrio siempre es una fuga"

viernes, 18 de enero de 2008

"Golpeando la puerta de la casa vacía"

“Golpeando la puerta de la casa vacía
No para que me abran,
Para escucharme llamando.”
Responsoriales. Hugo Mujica


Hoy me preguntaron: ¿Por qué La Gallineta?, ¿Por qué ese nombre? y aquí estoy respondiendo.

Cuando supe que mi pueblo heredado, ¡por fin tendría un museo! me puse a trabajar. Así nace el Blog La Gallineta Almacén de Ramos Generales donde la nostalgia y la memoria se dan cita.
Igualito a ese otro, que mis tíos Madrid, montaban en su diminuto departamento, de la calle Palacios, en Banfield, para que yo (consentida) jugara, abrigadita, al reparo de esas cuatro paredes en los fríos inviernos de mi infancia.
Hasta aquel imaginario establecimiento, de Ramos Generales, llegaban, en la voz de mi tía María, Avelina Iarchet, los Landi, los Loubet, los Gascue, los Torme, los Cortes, los Lorente, losVera, Iriart, Troullet, Cepeda, Mapelli, Tejerina, Tolosa y tantos otros nombres y apellidos, que a fuerza de repetirlos se volvían familiares; y mientras yo, torpemente despachaba, ellos, mis tíos, me contaban anécdotas de este su pueblo General Guido, de casas sencillas, de puertas “sin trancas” de amplias galerías. Me hablaban de la cordialidad de su gente, de las noches de Baile ó las kermeses en el Centro Recreativo Cultura, de los partidos de fútbol, de “Mascaritas” y Carnavales imborrables… siempre trayendo a la memoria, los amigos, y la “dulzura de esos atardeceres pampas”, que nunca dejaron de extrañar.
Ellos ya no están, pero, “el viento sopla todavía” y me recuerda que tenemos la tarea de reconstruir el rico pasado, de nuestro pueblo, tenemos que colaborar con el Museo… “golpear la puerta” decir: ¡aquí estamos!, aunque nadie nos responda, aunque la casa nos devuelva silencio, sigamos llamando.
Eso intentamos humildemente desde aquí, no, no es un error, La Gallineta y La Matera dejaron de pertenecerme hace tiempo, ¡por suerte!, hoy es de todos ustedes amigos y compueblanos de Gral. Guido… y si sigo golpeando a la puerta cerrada, solo es para escucharme llamando.

sábado, 12 de enero de 2008

La Leyenda de Kakel Hincul


Gracias a los Amigos del Museo Kakel Huincul, Maipú Prov. De Buenos Aires, recuperamos esta copia de La Leyenda de KAKEL de Augusto J. Bialade *, Publicada en el Diario “La Voz”, viernes 27 de Enero de 1922 - Nº 5.675.
(Rescatada en el Boletín “Ecos del Museo”, Nº 1 y 2 Marzo-Abril 2002)

"Es su canto un gemido blanco, suave, que se pierde en los pajales, murmurando vanas quejas:
I) Brama quejumbrosa la laguna musicando cánticos extraños al agitar violentamente los juncales, y en las altas barrancas, los ombúes danzan al compás del huracán. Echa la borrasca sobre el monte, sobre su espeso y misterioso manto.
Y el ronco ulular del viento resuena lúgubre en la espesura… como si el extenso monte de Kakel Huincul, fuera teatro de una báquica orgía de ánimas en pena. Y extendida a sus pies como un fiel guardián, brama la gran laguna musitando extrañas quejas...
II) Cuentan extrañas historias...
Dicen que cuando la tempestad ruge en las tinieblas de la noche, se oye una voz de hombre que canta en la lengua salvaje de una antigua raza indígena una melodía triste…suave. Y es su canto un gemido… de eco plañidero que recorre la espesura y rodando en las barrancas va a perderse en los pajales… y hay otros que aseguran que lo han visto. Es un pampa tan altivo como fiero y en las claras noches de luna vaga errante sollozando y aprieta fuertemente una cruz contra su pecho.
III)Cuentan extrañas historias…
Era el cacique Kakel, el indígena aguerrido y valiente que hollara estos lugares, así como el más temido y más sanguinario. Su voluntad era ley y su destreza y bizarría famosa hasta los confines de la llanura. Contabase de él las más grandes proezas y las más crueles expediciones. Sus malones llegaron hasta las márgenes del Salado y de uno de ellos... es como llegó a habitar en su toldo una joven blanca.
Maltratada, castigada cruelmente, besaba humildemente su crucifijo, su único amparo y su esperanza.
Pero pasaron desfilando los días uno a uno, incendiando en colores de grana las aguas de la laguna, y se iluminó de lleno la luna muchas veces…Y es entonces cuando el amor operó uno de los mas grandes cambios, trinaron sus mágicas plantas y al son de ellas abrieron sus marchitas corolas las flores.
Los ojos negros de la joven cristiana penetraron como saetas de fuego hasta el alma del feroz guerrero reblandeciéndola.
Y el cacique Kakel dejó de serlo, se hacía la voluntad de la cristiana, y el indio enamorado besaba todos los días el crucifijo de la joven blanca.
No hubo mas escenas de sangre, las aguas de la laguna nunca se tiñeron de rojo…
Y el amor siguió reinando desde su trono de alegrías…
IV) Hasta que un día…
Una gran nube de polvo flotaba en la lejanía del horizonte. Y la indiada armada lanzó su temible grito de guerra y aguardó la llegada de los blancos.
Chocaron los sables en las lanzas con ímpetu terrible, rodaron cuerpos ensangrentados y las aguas de la laguna se tiñeron de carmín. El cacique Kakel despertó como de un sueño, una tremenda herida de sable abría labios sanguinolentos, en su hombro. Miró a su alrededor, la mayor parte de sus guerreros yacían muertos, y la joven blanca había desaparecido de la toldería en que había sido reina.
Lloró amargamente su destino, el que un día fuera el gran cacique Kakel… sus lágrimas cubrieron abundantes y rodaron como perlas hacia la laguna…
Sus ojos se fijaron en un objeto, era el crucifijo que la cautiva le enseñaba a adorar. Y así fue como besando el sagrado símbolo las aguas de la gran laguna Kakel Huincul lo recibieron en su seno.
Esta es la leyenda que corre de fogón en fogón, en una extraña historia, que cuando la cantan en la espesura del monte, los bramidos del huracán, semejan una triste melodía de
amor."

*Augusto José Bialade nacido en Gral. Guido en 1903,
Autor, entre otras obras del Romance de Kakel Huincul (también, salvado del olvido por los amigos maipuenses, que publicaremos en breve)
En Diciembre de 1972 Ediciones Los vientos publica su novela “El camino es Largo”. En Julio de 1973 llega a nuestra casa, con el libro dedicado donde puede leerse "a los amigos Madrid, muy afectuosamente del compueblano y autor de este relato que no olvida a Guido y sus viejos tiempos" Augusto J. Bialade. Ese día, en aquella "sobre mesa", fue la última vez que yo lo ví, ¿volvió otras?... seguramente, sí, era su visita, esperada en nuestra casa, charlaba mucho con mi padre y con mis tíos. Su libro autografiado, me consta, lo recibieron otros Guidenses, entre ellos: Don Abel Cepeda, "Pancho" Mapelli, ( amigos entrañables de mi padre) y otros cuyos nombres ahora se me escapan. De aquel día es la anécdota de "la espadita" que publiqué el 16/05/07 bajo el titulo "los Juguetes también cuentan historias" y recibió, allá por octubre, el comentario de una sobrina del Dr. Bialade, que mucho agradezco. Ahora el Sr. Juan Naddeo, Presidente de los Amigos del Museo Kakel, recibe de otro familiar de Don Augusto Bialade, el Dr. Fahey, "El Romance de Kakel", y tiene la gentileza de acercárnoslo... sumar "como las piezas de un rompecabezas" para seguir armando nuestra historia, la que nos pertenece, la que compartimos hoy, con nuestros vecinos maipuenses, como ese "cachito" de las aguas de la gran laguna Kakel Huincul.

jueves, 10 de enero de 2008

Héctor Barragán " Balestra"

Queríamos saber, ¿Por qué la Escuelita de Fútbol lleva el nombre de Héctor Barragán? Y Miguel, nuestro corresponsal, desde el Km. 249 nos lo cuenta asi:


Escuela Fútbol Infantil “Hector Barragán”¿Porqué se llama Héctor Barragán? Quién es Héctor Barragán ?Muchas personas de la Región se harán estas mismas preguntas, algunos residentes en nuestro querido General Guido también y hasta los niños que hoy lucen orgullosos las remeras con la inscripción de E.F.I.H.B. Cuando escuchan o ven a nuestra Escuelita presentarse en distintos lugares de nuestra región, también lo preguntan.Héctor Raúl Barragán, a quien muchos de nosotros lo conocimos y cariñosamente lo llamábamos “Abuelo” ó “Abuelo Balestra” fue un ser Muy Especial que a pesar de ser una persona con “capacidades diferentes” por su afección física contraída por una enfermedad que afectó su motricidad (las piernas) desde su nacimiento, ello no fue un impedimento para convertirse en un amante del deporte al que llevaba en su sangre y el que practicó y predicó toda su vida. Sus “tres grandes amores”; el deporte, los chicos y el club de sus amores los gauchos de Boedo San Lorenzo de Almagro, dedicó gran parte de su vida a enseñar fútbol y pelota a paleta a todos los chicos de nuestra comunidad por generaciones, muchos de ellos hoy padres, algunos ya abuelos se sentirán identificados, emocionados y hasta un poco melancólicos, si se me permite la expresión al ver que su hijo, nieto, sobrino, etc. viste los colores de la Escuela con el nombre de éste pionero. Creemos que al darle su nombre a nuestra Escuela de Fútbol Infantil, estamos pagando una vieja deuda, la que gran parte de nuestra comunidad mantenemos con él.Héctor Raúl Barragán fue una persona honesta, responsable, carismática y muy particular; desde la portería de su entrañable Escuela Nro 1 se contactó siempre con los bajitos. Los encaminó hacia la sana práctica deportiva del fútbol o pelota a paleta, esos chicos fueron creciendo y no fue por casualidad que muchos de ellos integraran Equipos de Nuestra Localidad o de la Zona. Así desde su trabajo nuestro querido “Abuelo Barragán” nos iba mostrando como en el espejo hacia a donde nos encaminábamos los más chicos.
Nadie como él para contar anécdotas, había que prestarle oído y corazón para no perder la emoción con que las contaba, muchas veces hasta con lagrimas en los ojos le escuchábamos decir: “ese pibe jugó conmigo” al referirse a alguien que se destacaba o ganaba algún Torneo.Hoy el paso del tiempo, no logra borrar algunas frases que marcaron a fuego a generaciones de futboleros locales como: “Hay que cruzar el Aconcagua” (haciendo referencia al cruce del puente) o “Pibe anda a peinar Pingüinos” (frase usada generalmente cuando alguien debía retirarse abruptamente de algún entrenamiento por cometer algún exceso) o el “bueno, a tomar caldo” palabras estas que cerraban la jornada de entrenamiento. Esas frases y algunas que quizás escapan a mi memoria, hoy forman parte de nuestro folklore lingüístico local, cada vez que la oímos, o las decimos, nos asaltan los recuerdos del “Abuelo Balestra” porque siempre en alguna reunión familiar, en algún club, en algún lugar de nuestro querido Guido, alguien las pronuncia y comienza el ida y vuelta de los recuerdos, de las vivencias compartidas junto a él.Hoy habiendo pasado varios años desde mi niñez vienen a mi el recuerdo de los nombres de mis compañeros de la Infancia con quienes compartíamos la misma pasión, el Fútbol y me parece vernos en la cancha vieja, con la mirada atenta hacía “el Aconcagua” (el puente) para ver emerger la figura inconfundible de “el abuelo” y dar comienzo a nuestra practica. No importaba el calor, el frío o la humedad, los lunes , miércoles y viernes era nuestra cita a las 17.30 hs (cuando trabajaba turno tarde en la escuela) o a las 16 has (cuando trabajaba de mañana) y quién no lo recuerda en las crudas tardes de invierno envuelto con su ponchito marrón de vicuña encarando en el ”Aconcagua” ó aquellas, otras, apacibles tardes de verano en manga de camisa y sus llamativos (para nosotros en ese entonces) infaltables tiradores en su vestimenta, siempre impecable de traje azul o negro.Poco a poco fue convirtiéndose en una Institución dentro de nuestras cortas vidas, qué emoción y cuánto orgullo cuando nos designaba en los recreos para hacer sonar la campana avisando que terminaba el recreo, cuanto respeto y admiración nos hacía sentir con solo mirarnos, tal vez hasta muchos soñamos un Super héroe con la cara del Abuelo, envuelto en su guardapolvo gris de fajina. Siempre nos inquietaba su presencia y si se nos escapaba alguna travesura en nuestra mente de niño travieso, nuestra mayor preocupación era “que no se entere el abuelo”, pero mágicamente nada de nuestras vidas escapaba a su conocimiento, y venia el sonrojarnos de vergüenza al sabernos descubiertos por él, primero el reto y después siempre llegaba su consejo.
Sé que muchos estuvieron de acuerdo con la decisión, de que la Escuelita lleve su nombre, otros no tanto, pero en algo coincidimos todos en reconocerle a HECTOR RAUL BARRAGAN, “EL ABUELO”, “EL ABUELO BALESTRA” o como más les guste llamarlo lo mucho que hizo por el deporte de nuestra comunidad y por todos nosotros.
Y para ir cerrando este recuerdo de la vida de nuestro querido y entrañable “Maestro” me viene a la memoria el estribillo de la canción de “el potro Rodrigo”... ¿la recuerdan? Aquella que dice: ¡Como Olvidarla...Como Olvidarla! Bueno me he tomado la licencia de modificar la letra para poder cantar todos juntos:


¡Como olvidarlo! como olvidarlo! Si nos dio de su vida lo mejor / Como olvidarlo! como olvidarlo! Si nos ha dejado huellas en el corazón.
¡Hasta la próxima!
Miguel Capitan

miércoles, 9 de enero de 2008

"Recordando" Por Miguel Capitan

Usando esa maravilla que todos traemos anexado a nuestro existir que es la memoria, que a veces nos juega a favor y otras no tanto; los casi cincuentones como yo, algunos más chicos o más grandes, pero ahí nomás, se deben de acordar de un personaje muy ligado también a nuestro pasado de pueblo tranquilo y acogedor, que rompía un poco la monotonía, que tiene todo pueblo del interior, con sus bocinazos y la algarabía de los ocasionales pasajeros de su Citroën 3 CV color amarillo, que con todo su carisma, amor y simpatía lograba algo que ni nuestros padres podían hacer, que era ir los domingos a misa.
¿Descubrieron a quién estoy haciendo referencia ?... ¿No? Bueno le doy unas pistas más: usaba unos gruesos anteojos de aumento, su físico era muy menudito y envuelto en su larga sotana lo parecía aún más enjuto.
¡Bueno...Bueno! Basta ya de "misterios" el personaje elegido por mí, es el querido y siempre bien recordado PADRE MIGUEL GRIMAUX. ¡Que personaje!. Un hombre bonachón y carismático se escondía detrás de esa sotana, a la que muchas veces arremangaba para prenderse en los "picados" que armaba para "atraernos", atrapados en nuestra debilidad de correr tras una pelota en lo que queríamos asemejar a un partido de fútbol, llegábamos a la Iglesia. Personalmente muy pocas veces voy a la Iglesia, sólo en ocasiones muy puntuales, casamiento, bautismos, comuniones y algún que otro "compromiso social", soy muy arisco para acercarme a la Casa de Dios, creo en Él, y lo hago a mi manera sin que ello me aleje de la comunión con Dios.
He querido compartir con todos ustedes este recuerdo. Me detengo en esta parte de mi vida de niño (9 ó 10 años), éramos una "banda", la banda del padre Miguel ,maravilloso y querible ser que logró "arrearnos" a la Iglesia...
Adonde quiera que Dios te haya mandado hoy a trabajar para su obra, te hago llegar mis sinceros deseos de una vida plena de amor y bendición, y mi eterno agradecimiento porque tu paso por mi vida ayudo a tener momentos muy felices en mi infancia, los que atesoró a lo largo de mi existencia…¿porque, que es la vida?, sino una continua secuencias de momentos y recuerdos de nuestro paso por esta tierra...
Mil Gracias PADRE MIGUEL GRIMAUX . Todo mi cariño para vos.
Miguel Capitan

lunes, 7 de enero de 2008

Mi recuerdo para el poeta Domingo Cioppi

Picoteando, buscando y hurgando encontré el texto que sigue:

“Inauguración de la biblioteca del Instituto Julio Verne; en 2004 y en el marco de la campaña de donación de libros, la hija del desaparecido escritor marplatense Domingo Cioppi donó la biblioteca personal de su padre, con alrededor de 5000 libros (novelas, cuentos, poesía, historia, ciencias, folklore, tango, periodismo, cine, psicología, filosofía, etc.); a partir de entonces, la biblioteca de esta Institución se convirtió en lugar de referencia obligada no sólo para la comunidad escolar, también, para la barrial y, en ocasiones, para la ciudad”

Mientras leía, recordé que entre los papeles de mi padre había cartas y poemas de Domingo Cioppi, yo lo había conocido personalmente. Lo recuerdo ahora con ese poncho sobre los hombros, como también lo usaba mi padre… Aquel compañero de las primeras lecturas allá en General Guido, amigo de los Madrid, declarado defensor de los Derechos Humanos, abanderado de utopías…¿sería el mismo? , me zambullí a buscar esas poesías que se cruzaban con mi padre y compruebo que: ¡es el mismo!
Ustedes los Guidenses jóvenes, no lo conocieron, conocen sí a Elvira su hermana.
Para empezar a conocer a Domingo Cioppi les dejo:
Para un Pago con Guitarras
(Homenaje a Fleury, Mar del Plata, agosto de 1972)

Vengo a buscar un tiempo de nostalgia
Por estos aires libres de la patria

Por el ancho callejón de sina-sinas
De un galope largo
Levantando un viento de jilgueros,
Con un sol que se hunde en el frío
De remotos bañados.
Llegar al lado de la noche,
Con tanta voz ausente,
Con tanto silencio conversado.

Busco al cantor
Que se durmió bajo los talas,
Quiero escuchar su voz,
Que renace a cada noche
En las raíces memoriales de los pastos.
Quiero encontrarme con viejos payadores
Rondando antiguas pulperías
Y silentes fogones apagados.
Fantasmas de la niebla,
Ángeles de la tormenta y el relámpago

Renacer en el canto,
Con voz y con guitarra.

Convoco en estos pagos de Dolores
como en otros tiempos que no han muerto,
al canto para la voz entera,
a los tristes perdidos,
a los estilos y milongas olvidados
que florecieron de la sangre
y la violenta aventura de los hombres
en los lejanos montes
que flotan en el mar del horizonte
más allá de las lluvias y las brumas.

Busco
La sentida madera
Que se repartió en guitarras luminosas,
Busco su voz,
Su queja
Salida de los oscuros ranchos,
Quero hallar de nuevo el pulso
Del cantor invencible
Con su coraje y corazón abiertos

Vengo a buscar los aires libres de la patria,
Como en otros tiempos que no han muerto.

Domingo Cioppi
En la dedicatoria se lee
Para los hermanos Madrid 2/10/77.

domingo, 6 de enero de 2008

Carta de los Reyes Magos

Manuscrita por mi padre, para mi hija, pueden ver ustedes la carta. No tiene fecha, pero podemos estimarla (yo puedo) viendo las prácticas en la bici, todavía con rueditas, bajo la atenta mirada del “Tata”.
La foto corresponde a agosto de1982.

Cuando yo digo que Gral. Guido siempre ha estado presente, digo la verdad, lean y lo comprobaran. Mi padre menciona en un párrafo a Maria Cepeda, Ulises (deduzco que Gallo, el hijo de Griselda, el hoy, gran bailarin de "Amiguspaj Huasi") y una Cristina, que no puedo ubicar; ellos compartieron “vereda, juegos y helados” seguramente con Danii, cuando junto a los tíos, y a mi madre, pasaba algunos días en Gral. Guido, "aprendiendo el camino"… Pero mejor lean la carta.

Querida Daniela:
¡Hemos andado mucho esta noche!
Los camellos cansados y sedientos, comieron un poquito de los pastos y se tomaron toda el agua que vos les dejaste junto a la ventana de la cocina.
Gracias.
Hemos visto que has cuidado bien de la bicicleta que te dejamos el año pasado, y sabido que te portas bien, de lo cual nos alegramos mucho, esperando que sigas así…
Fuimos hasta tu camita y te miramos un ratito sin hacer ruido para no despertarte.
Luego junto a tus zapatitos te dejamos unos juguetes que esperamos te gusten y los disfrutes con felicidad.
Ya mismo salimos de nuevo al camino. Queremos llegar a Guido antes del amanecer para ver a Maria Cepeda, Ulises, Cristina y otros amiguitos tuyos que también por haberse portado bien tendrán regalitos.
Desde allí nos marchamos a nuestro Reino para volver dentro de un año junto al Niño Jesús y Papá Noel trayendo para todos los chicos los juguetes que podamos cargar sobre los camellos con los que recorremos el mundo maravilloso de tu imaginación.
Hasta el año próximo. Un beso de
Melchor,Gaspar y Baltazar
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).