sábado, 29 de noviembre de 2008

La palabra esperada

Después de un tiempo de silencio regresa nuestra querida amiga Norma Montenegro y con una hermosa noticia fue abuela, por segunda vez, (el primero es un varón) llegó Lucía y ella como era de esperar le dedicó uno de sus poemas ¡Felicidades para los padres de Lucía y para la Abuela Norma!

Colmará de ventura mi corazón ansioso
y habitará en mi pecho la palabra esperada,
aquella que pronuncie su voz acompasada
cuando asome a sus labios cual un trino armonioso.

Llenará mis oídos el sonido precioso
como un canto sublime de plenitud lograda.
Una íntima alabanza a Dios será elevada
por la gracia divina del momento gozoso.

Las gotas de rocío perladas por la luna
brillarán más intensas sobre el manto del suelo
y una ronda de estrellas dibujará en el cielo

las figuras selectas de una danza oportuna.
Coronará el instante que mi espíritu anhela
la dulzura infinita de la palabra ¡ABUELA!

Norma Ester Montenegro

sábado, 22 de noviembre de 2008

"...aquellas flores marchitas"

Viendo a la presidenta CFK en Egipto, frente al sarcófago del Faraón Tutankamon, recordé un Libro de color azul con figuritas que era de tía María.
No tenía yo más de seis años cuando por primera vez vi en ese libro unos dibujos con mucho dorado y tía me contó la historia del faraón niño, que se llamaba Tutankamon y escuche del Nilo, las Pirámides y supe que había un lugar que se llamaba Egipto.
Debo aclarar que en el libro había figuritas de “víboras y arañas” me daba miedo, no quería verlas y menos tocar esas imágenes, pero siempre era más atrapante la historia del faraón niño; además María había pegado las hojas donde aparecían las vichas, las únicas que quedaban estaban en la tapa de color azul . Para ni siquiera rozarlas, yo agarraba el libro por los bordes, con dos dedos en pinza y se lo acercaba a tía para que ella me lo leyera.
En aquella primera lectura y siempre que contaba la historia, Maria repetía: “cuando entraron a la cámara donde estaba el sarcófago de oro de Tutankamon encontraron un ramito de flores marchitas que le había dejado su joven esposa. Entre miles de objetos de oro y piedras preciosas allí estaba ese sencillo y humilde ramito de flores, mostrando que el amor es eterno y que perdura en el tiempo”… y continuaba leyéndome los epígrafes de las figuritas.
Muchos años mas tarde preparaba yo junto a otras compañeras de colegio un trabajo sobre los faraones, estábamos en la biblioteca, no recuerdo el libro, pero jamás olvidé el texto “El 24 de noviembre de 1922 la puerta fue derribada… el brillo del oro palidecía ante aquellas flores marchitas que aún conservaban el brillo mate de sus colores originales”
¡Era verdad! Carter, el descubridor de la tumba, decía “una guirnalda de flores marchitas”, tía María “un humilde ramito de flores”
Busque el librito y ¡lo encontré!. ¿Saben? nada dice aquí del ramito de flores marchitas, seguramente tía lo había leído en otro lado.
Sí encuentro una rosa marchita, no me sorprende, era y es costumbre de la familia guardar flores entre las páginas de los libros que leemos. ¡Perfumada y perdurable costumbre!
Aquí dejo el libro, año de la edición 1932.
Ojalá puediesen percibir esta brisa mágica y misteriosa soplando suavecito llevando aromas remotos de la rosa marchita que encontré dentro del libro. Los pétalos secos quebradizos disimulan “a la vicha y a la tejedora” que siguen firmes sobre la tapa azul del Álbum de Nestlé Las Maravillas del mundo. Mientras yo, respiro profundo.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Malambo

La noche le puso al viento
negro chiripá de gaucho
Un par de estrellas cayeron
rodando sobre los pastos.
Y así con magia de pampa,
de galopes desatados,
de arroyo, gramilla, trébol
Y dura gracia de cardo,
mirando la cruz del sur
nació el Malambo

Espuelas de plata pura
con más cantos que un verano
Espuelas llenas de pinchos,
terror de los potros bravos.
Espuelas de fierro dulce
del que nunca tuvo rancho.
Todas, siquiera una vez
en un domingo paisano
rayaron los patios criollos,
Malambeando.

¿Qué es la espuela? Es una estrella
copiando el sonido exacto
de los galopes tendidos
a lo largo y a lo ancho.
O galopeando en silencio
cuando el caballo va al tranco
sin apuro, en un regreso
sin por qué, dónde, ni cuándo

¿Que es la espuela? Luz de luna
que una vez se hizo pedazos
por besar una guitarra
que entre las manos de un gaucho
se durmió en un solo ritmo,
Malambeando…

La guitarra suena, suena.
De su brocal embrujado
salen los tonos precisos
en tres acordes rasgueados
¡Sírvase algo el guitarrero.
Y siga con el Malambo!

Un forastero se allega
y prudente se abre paso:
Si me permite la gente
voy a pedir un barato
¡Yo soy de Saldungaray,
y cuando estoy mudancenado
bailo mirando de frente,
mientras tengo preparado
mi caballo, rienda arriba,
y el poncho envuelto en el brazo!

En las guitarras del sur
la pampa esta malambeando
con viento, arroyo y estrella,
con cardo, gramilla y árbol.
Con sus eneros quemantes
y sus junios escarchados.
Y con las huellas tendidas
a lo largo de los llanos.

Rancho, estancia, pulpería
¡Allá van, de pago en pago
las guitarras de la pampa,
Malambeando…!

Sobre las criollas vihuelas
galopando, galopando
la pampa llegó a la fiesta:
“¡Güenas tardes amigazos!
Con su permiso señores,
ponga una güelta. Yo pago
¡A la salú de la moza!
¡Guitarrero, cántese algo!”

La pampa bebió ginebra
y hablo de potros y pastos,
de bueyes y carretones,
de cañadones y vados.
Habló de lanzas de ponchos,
de rodeos y de lazos
¡Y ajustándose el barbijo
como pa montar un bravo,
se metió en los corazones
Malambenado!

El Malambo es el guardián
de una tropilla de cantos
que andan por la tierra nuestra
marcaos, y siempre orejanos.
¡No morirán las vidalas,
Las chacareras, ni el gato,
Ni la Huella, ni la Zamba,
Los estilos ni los huáinos,
mientras retumbe la tierra
en los domingos del campo,
y se haga astillas un criollo
Malambeando! ¡Malambeando!

Atahualpa Yupanqui
Guitarra. Poemas y Cantares Argentinos Ediciones Siglo Veinte. 1979. Buenos Aires

Este par de espuelas, es un bien de familia, tienen más de cien años, pertenecieron a nuestro abuelo Bernabé Madrid.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Llegó desde Ayacucho

un mensaje de Leonardo a nuestra Matera abriendo las puertas de Colección Rosatto. Cómo siempre sucede cuando me adentro en estos espacios voy encontrando coincidencias, cercanías… ¡Los mates de porcelana! idénticos a los que conservo de las abuelas, y ¡la platería!... ese cuchillo, ese par de espuelas, ese rebenque, son tan parecidos a los de abuelo Bernabé.
Bueno aquí queda Colección Rosatto no dejen de visitarla.

martes, 11 de noviembre de 2008

Pintura Argentina en de aquellos viejos almanaques

Un alto en la pulpería.
Prilidiano Pueyrredon 1823-1870
Óleo sobre tabla 0,25 x 0,34

Fritos y Pasteles
Césareo Bernardo de Quiros 1881-1968
Óleo sobre tela 2,75 x 2,16

El Juego del Pato
Ángel Della Valle 1855-1903
Óleo sobre tela 0,95 x 1,93

El corral de las cabras
Fernando Fader. 1882-1935
Óleo sobre tela 1.90 x1,10

jueves, 6 de noviembre de 2008

La poesía Gauchesca de Norma Montenegro

El gaucho

Rudo, audaz independiente
el gaucho no tuvo dueño,
bello ideal era el sueño
que lo mantuvo vigente.
Como el indio, cabalmente
amaba la libertad,
la pampa y la soledad
cimentaron su coraje
y fue dejando el mensaje
de su férrea voluntad.

Montó caballos salvajes
para moverse a su antojo,
hizo gala de su arrojo
sin distinción de pelajes.
Vivió en rústicos parajes
sin más ley que su valor,
supo jugarse el honor
con el filo del cuchillo,
sin hacer el más sencillo
alarde de vencedor

Sobre la extensa pradera
está llegando el progreso
y su sombra en retroceso
con sabia paciencia espera.
No ha de morir su quimera
por que fue un hombre capaz,
como fiera montaraz
se defendió de la muerte
y apostó todo a la suerte
de una existencia veraz.

Gaucho: Mi canto florece
con su sentir más profundo
y es en mi verso errabundo
donde tu ser prevalece.
Mi corazón se estremece
por que mirando a lo lejos,
sobre encantados espejos
se vislumbra tu figura,
trote y trote por la hondura
de los caminos añejos.

Norma Ester Montenegro


¡Gracias Norma! por estar siempre junto a nosotros.

martes, 4 de noviembre de 2008

Festejando la Tradición

LA DIRECCIÓN DE CULTURA
Y LAS ESCUELAS RURALES N° 7 Y N° 15,
PRESENTAN:
FESTEJANDO LA TRADICIÓN
EN ESTA OPORTUNIDAD, BRINDAREMOS HOMENAJE A NUESTRAS TRADICIONES A TRAVÉS DE LA DANZA, CANTO Y MUESTRAS ALUSIVAS
CON LA PARTICIPACIÓN DE:
*ALUMNOS/AS DE LAS ESCUELAS N° 7 Y 15
*MUESTRA DE MOLINA CAMPOS
*HOMENAJE AL “NEGRO” FONTANARROSA
*DON FELICIANO MELE Y ACORDEÓN
*MUESTRA DE CARRUAJES ANTIGUOS EN MINIATURA
*LA MEDIA CAÑA DE LA CIUDAD DE AYACUCHO
Y MUCHO, MUCHO, MUCHO MÁS…
8 DE NOVIEMBRE A PARTIR DE LAS 18 HS
– MUSEO MUNICIPAL –
¡¡¡LOS ESPERAMOS… CON EL MATE!!!

lunes, 3 de noviembre de 2008

Actualizando el revistero

Que llegó “EL AMIGO de Noviembre”
LA REVISTA ELECTRÓNICA CON ACTUALIDAD, TRABAJOS E INVESTIGACIONES DE LA ASOCIACION AMIGOS DEL MUSEO KAKEL HUINCUL DE MAIPÚ.
Como ya es costumbre recomiendo su lectura.

La foto ilustra la nota sobre la fundación de la Cooperativa de Electricidad de Maipú, un 4 de noviembre de 1935.
En estos tiempos de incertidumbre y de precariedad constantes de "fondos buitres y burbujas financieras," este homenajear el “fruto del esfuerzo del vecindario de Maipú”… nos recuerda que las utopías son posibles.
En 1844 en Rochdale, Inglaterra fueron enunciados los principios del cooperativismo, que con alguna modificación se han mantenido hasta hoy. Fue un pequeño grupo de tejedores que ante las condiciones que imponía a los trabajadores la Revolución Industrial, ordenaron con esos principios básicos las actividades del grupo, buscando así una alternativa, poniendo en práctica valores éticos, honestidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por los demás.
Definitivamente las utopías son posibles.

!Gracias por la revista!

sábado, 1 de noviembre de 2008

La Libertad

Hoy mientras leía la última entrega del cuaderno de Gabriela, la viajera amiga de Diego, publicado en La Matera. Debo decir que las tres entregas fueron magnificas.
Esta tercera que tituló “Experiencia”, trajo a mi memoria las clases de francés de mi bachillerato, cuando Madame Beatrice leía “Liberté”, y traduje sin dudar, treinta y nueve años después “j’ecris ton nom, escribo tu nombre” .
Madame hubiera dicho “¡très bien mademoiselle!” y me hubiese aprobado con lo justo, como al resto del curso. Escaso vocabulario, pero suficiente para entender el pedido "Ne me quitte pas" de Jacques Brel.
Yo dije ¡Muy bien, gracias a Diego, gracias a Gabriela ¡me reencontré con Paúl Éluard y con Madame Beatrice!

Libertad
En mis cuadernos de escolar
en mi pupitre en los árboles
en la arena y en la nieve
escribo tu nombre.
En las páginas leídas
en las páginas vírgenes
en la piedra la sangre y las cenizas
escribo tu nombre.
En las imágenes doradas
en las armas del soldado
en la corona de los reyes
escribo tu nombre.
En la selva y el desierto
en los nidos en las emboscadas
en el eco de mi infancia
escribo tu nombre.
En las maravillas nocturnas
en el pan blanco cotidiano
en las estaciones enamoradas
escribo tu nombre.
En mis trapos azules
en el estanque de sol enmohecido
en el lago de viviente lunas
escribo tu nombre.
En los campos en el horizonte
en las alas de los pájaros
en el molino de las sombras
escribo tu nombre.
En cada suspiro de la aurora
en el mar en los barcos
en la montaña desafiante
escribo tu nombre.
En la espuma de las nubes
en el sudor de las tempestades
en la lluvia menuda y fatigante
escribo tu nombre.
En las formas resplandecientes
en las campanas de colores
en la verdad física.
escribo tu nombre.
En los senderos despiertos
en los caminos desplegados
en las plazas desbordantes
escribo tu nombre.
En la lámpara que se enciende
en la lámpara que se extingue
en la casa de mis hermanos
escribo tu nombre.
En el fruto en dos cortado
en el espejo de mi cuarto
en el cuenco vacío de mi lecho
escribo tu nombre.
En mi perro glotón y tierno
en sus orejas levantadas
en su patita coja
escribo tu nombre.
En el quicio de mi puerta
en los objetos familiares
en la llama de fuego bendecida
escribo tu nombre.
En la carne que me es dada
en la frente de mis amigos
en cada mano que se tiende
escribo tu nombre.
En la vitrina de las sorpresas
en los labios displicentes
más allá del silencio
escribo tu nombre.
En mis refugios destruidos
en mis faros sin luz
en el muro de mi tedio
escribo tu nombre.
En la ausencia sin deseo
en la soledad desnuda
en las escalinatas de la muerte
escribo tu nombre.
En la salud reencontrada
en el riesgo desaparecido
en la esperanza sin recuerdo
escribo tu nombre.
Y por el poder de una palabra
vuelvo a vivir nací para conocerte
para cantarte
Libertad.
Paul Éluard
Poeta Francés 1895 -1952
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).