viernes, 27 de febrero de 2009

"Francisco" de Juan Carlos Sánchez Sottosanto

El comentario del Señor Juan Carlos Sanchez Sottosanto que agradezco y valoro me llevó a buscar su libro y… ¡Sorpresa! me encuentro con Maipú -siempre cerca-, con Diego Sachella entrañable amigo virtual que me dan la posibilidad de conocer y hacerles conocer este resumen de "Francisco" Ojalá los amigos del Museo Kakel Huincul no se molesten conmigo por haber “asaltado” este mediodía, su biblioteca digital y “tomar prestado” éste resumen.

Disfrútenlo tanto como yo.

Es esta una reseña que el mismo autor hace de ella y de la historia de Ramos Mexía, reseña que por ser en primera persona del singular, es en este caso menos interesante que el producto que presenta a consideración pública, sin dudas.

Diego Sachella


En el 2003 escribí una novela titulada Francisco, polifónica, de monólogos interiores. Imaginé a María Antonia, imaginé la crisis de fe que pudo suceder tras la tragedia de Miraflores. Recorrió melancólicamente un par de editoriales y regresó al sitio de donde, quizás, nunca debió salir: un estante y un archivo Word. He vuelto a leerla. He recorrido la geografía de Francisco. Suele el autor no ser digno de su personaje. Más que en las palabras trajinadas, lo recupero en sus inhóspitos páramos, y en los atardeceres sangrientos de nuestros horizontes. (Alguien me aseguró una vez que los crepúsculos de Dolores son los más tristes del mundo).
(El Autor)

FRANCISCO.
Por Juan Carlos Sánchez Sottosanto

Sombras para Francisco, Vida, Pasión y Muerte de Francisco Ramos Mexía, filántropo, ¿misántropo?, y heterodoxo

“Difícilmente haya quien muera por un hombre justo;
pero quizás sí quien muera por un hombre bueno.
”San Pablo a los Romanos, V, 7.

El corazón conradiano de las tinieblas nunca está en la selva, sino en los ojos de quien la mira. ¿Qué vio este Francisco en las interminables extensiones de la pampa? ¿Qué vieron sus contemporáneos en la maraña escatológica de sus pensamientos? ¿Qué es lo que nos permitiremos ver nosotros?
Vivo en Dolores, provincia de Buenos Aires. Para el resto de los mortales que no vive en Dolores (es decir, algo más del 99,99% de la población mundial), es apenas el punto intermedio justo entre Buenos Aires y Mar del Plata, y la ocasión propicia para miccionar cada vez que se va de una a otra. Para solucionar esta cuestión poco conspicua, se han preparado a los turistas unos carteles que dicen “Bienvenido a Dolores Primer Pueblo Patrio 1817” porque supuestamente en esa fecha fuimos fundados, y la tal fecha queda cronológica y convenientemente cerca de 1816, año de la Independencia. No se engañe sin embargo el turista. Como siempre, detrás de los carteles y las placas suele haber entuertos. El pueblo surgió como un villorrio, cerca de un fuerte llamado Kakel Huinkul y de una cárcel para prisioneros de guerra españoles,
Las Bruscas; su propósito fue avanzar sobre territorio indio y también poner un poco de orden en un sitio que, gracias a sus montes tupidos (los Montes del Tordillo) se había vuelto reducto de huidos de la justicia y de prostitutas. Hacia 1740 los jesuitas ya habían intentado en vano establecer una reducción en la zona. Algunos estancieros se aventuraron poco a poco, aunque la población más cercana era Chascomús, bastante más al norte. Pero uno de esos estancieros sería protagonista y artífice de una historia que el hábito argentino del olvido se ha empecinado en desvanecer y hasta menospreciar.

Francisco Hermógenes Ramos Mexía nació en Buenos Aires en 1773; sin ser rico, su padre formaba parte de la elite española que manejaba asuntos de gobierno bajo el Virreinato. A la hora de brindar una educación universitaria, el Virreinato tenía sólo dos Casas de Altos Estudios, la de Córdoba, signada por un catolicismo escolástico donde la teología seguía enseñándose como en la Edad Media, o la de Charcas, en el Alto Perú (hoy Bolivia), donde por el contrario se habían ido filtrando las ideas del Iluminismo y los filósofos franceses dejaban sembrados no solo su anticlericalismo sino sus ideas revolucionarias. Allí estudiaría Mariano Moreno, prologuista y primer traductor del Contrato Social de Rousseau. Francisco optó por Charcas y conoció ese pensamiento, pero su destino estaba marcado desde el vamos por la paradoja. Contrajo matrimonio con María Antonia Segurola, heredera de una cuantiosa dote; su suegro era un aristócrata y había estado entre los responsables del desbaratamiento del levantamiento de Túpak-Amaru y de su feroz ejecución: el descuartizamiento. Si huir de Córdoba lo alejaba de la senda religiosa tradicional, su nuevo status parecía movilizarlo hacia las Nouvelles-Idées y para asumir una posición propia de la época: la de ver al no-blanco como un ser de naturaleza inferior. Basta leer nuestra vieja literatura: para Echeverría el indio es un “bruto”, para Sarmiento es la horda incivilizada, y para la mayoría, el ente que debe desaparecer. Motejar la pampa y la Patagonia como de “desierto” no era ignorar que estaba poblado: era considerar al indio como un no-humano, y donde no hay humanos, hay desiertos. Eufemismos para el genocidio que después vendría.Pero Francisco, sin huir de su tiempo, se jugó a ser Francisco. Una tras otra, fue tomando las más absurdas decisiones a la vista de sus contemporáneos; adelantado en el ayer, anacrónico hoy, fiel a sí mismo, siempre solitario, fue amado como pocos seres, quizás, en nuestra historia.Con su joven esposa tornó en 1806 a Buenos Aires, nueva para ella. Los pocos documentos salvados nos dejan reconstruir a duras penas su itinerario y su pensamiento. Debió presenciar la Revolución de Mayo y quizás desilusionarse de ella. Hacia 1809 compró una estancia en Los Tapiales, actual Partido de La Matanza. Si bien una estancia estaba entonces en las antípodas de ser un establecimiento suntuoso, con todo aún no era una decisión bizarra. Lo insólito vino después. Tras trabar conocimiento con José Luis Molina, un criollo que hablaba perfectamente las lenguas indígenas, se internó hacia 1811 al sur del Salado, es decir Tierra Adentro, es decir donde cabían todas las probabilidades de que quedara lanceado o perforado a flechazos o sencillamente perdido en tierra ignota. Pero Molina era baqueano y Francisco era Francisco; llegó hasta la zona de Mari Huinkul, actual Partido de Maipú, al sur de Dolores, que aún no había sido fundada. Hizo “parlamento” con los indios y les compró, con dinero constante y sonante (era el primer blanco que lo hacía desde Colón, más o menos), el territorio, al mismo tiempo que les pidió ayuda para establecer una estancia. Regresó a Los Tapiales, alzó a su esposa y a sus chiquillos y se fue de nuevo Tierra Adentro, hacia las lomadas donde establecería su estancia de Miraflores, batida por el pampero, las inundaciones, los desbordes de aguadas, las sequías y todos los elementos que en la pampa salen de cauce con facilidad. Cuesta imaginar a esa mujer criada en una mansión habitando el nuevo paisaje feroz y feraz; cuesta imaginar al intelectual lector de Rousseau y Montesquieu asentándose allí; cuesta imaginar los centenares de indios que no sólo veían a un blanco entre ellos que pagaba sus tierras y su trabajo sino que hasta cumplía puntillosamente cada palabra empeñada. A partir de entonces, cada vez que se necesitaba un mediador entre los caciques y el gobierno de Buenos Aires, Francisco hacía de intermediario. Una comunidad no asentada por la fuerza ni por el paternalismo comenzó a rodearlo hasta tomar proporciones inopinadas. Molina era el capataz; varios de los indios fueron criados casi como hijos. Pero algo más sucedía puertas adentro.Sartre definió al hombre como “condenado a la libertad”. Ramos Mexía estaba condenado a la fe. Cómo se nutrió ésta, queda poco claro. Había releído varias veces su Biblia en latín y manejaba bastante mal el griego; también había leído a Manuel Lacunza, jesuita chileno que tras la disolución de la orden y bajo el seudónimo de Josafat Ben Ezra (ser católico no lo salvaba de ser quemado) escribió un grueso libro poco ortodoxo, la Venida del Mesías en Gloria y Magestad, que cualquier curioso lector puede rastrear en las Bibliotecas Virtuales Cervantes de España y Nacional de Chile. Lacunza tenía un pensamiento escatológico y milenarista: regresando a las fuentes patrísticas y desestimando siglos de tradición católica, llegó a creer en un regreso de Cristo como rey y en una tierra que sería retornada a la armonía primigenia durante mil años, como parece anunciarlo un oscuro pasaje del Apocalipsis, capítulo 20.Más radical fue Francisco. Formó un pensamiento teológico propio, aparentemente no influido por sistema alguno, y cortó toda relación con la Iglesia de su tiempo. Consideró la institucionalización religiosa como nefasta, una verdadera perversión del evangelio. El templo material era deleznable en comparación con lo que genuinamente importaba: la conciencia individual, libre ante Dios y sólo responsable ante Él. Tanto Roma como el deísmo iluminista desviaban al hombre de la auténtica búsqueda espiritual; Francisco se separó de ambos y quedó solo, en una sociedad que fluctuaba entre el clericalismo hispánico y los nuevos ideales libertarios. Más aún, consideró que se estaba cometiendo el peor de los crímenes al tratar al indio como un infrahumano, al violar los pactos, al obligarlo a asumir la voluntad del blanco por la fuerza y al presentarle una forma de cristianismo tan absolutamente hipócrita. Envió notas a la Gazeta de Buenos Ayres y a los distintos gobiernos de turno. Su milenarismo apocalipticista comenzaba a mezclarse con un pensamiento social utópico: el blanco y el indio debían integrarse pacíficamente (Francisco se oponía tenazmente a la guerra) en comunidades donde los caciques tuvieran tanta o más participación que el hombre blanco y donde una evangelización desde las raíces nutriera a ambos.Si su teoría fue desestimada, él se encargó de fundar su propia praxis. Miraflores se convirtió en una verdadera colectividad utópica, con comunidad de bienes, aunque los indios tenían libertad de irse en cualquier momento. Por el contrario, comenzaron a afluir más y más. El robo fue erradicado y la estancia hasta daba dividendos materiales, que suscitaron la envidia de otro hacendado en ascenso, Juan Manuel de Rosas, de métodos harto disímiles: el absolutismo y el patronazgo paternalista.Pero las cosas comenzaron a funcionar mal. Cuando el fuerte de Kakel Huinkul primero y el pueblo de Dolores fueron fundados, Francisco sintió que era una intromisión militarizada e innecesaria. Todavía fue utilizado por el gobierno para un último Pacto: el de Miraflores, firmado en 1820, donde se garantizaba una vez más la no agresión, aunque Francisco se negó a suscribir un par de puntos, como el de que el indio debía ajusticiar a los blancos huidos a su territorio. Pero el comienzo del fin se había iniciado. Francisco ya había sido denunciado como “hereje” por un sacerdote y su afinidad con los indios era considerada sospechosa. El Pacto de Miraflores fue violado por el Gobierno y Francisco protestó enérgicamente en su estilo particular: “Si los Indios aspiran de hecho y de derecho a la Paz, los Christianos fomentan de hecho y de derecho la guerra (…) ¿No nos desengañaremos jamás de que ni el sable ni el cañón en nuestras circunstancias ni las buenas palabras con tan malditas obras es posible que constituyan ahora la paz entre los hermanos? ¿Será posible darle la salud a la Patria por medio de los prisioneros de la muerte?”. Más tarde, un malón asoló el norte de la provincia. El ministro Martín Rodríguez salió en su persecución y casi desfalleció Tierra Adentro; con el ejército semisublevado, despechado, regresó y pasó por Miraflores. Culpó a Ramos Mexía de ser el informante de los indios levantados, de los que Francisco no tenía ni idea; agregó la acusación de odio contra la Religión. Ordenó un requisamiento; había armas, pero estaban inutilizadas por años de desuso. Pese a todo, lo detuvo; Francisco pidió a sus indios que no se resistieran y a Rodríguez, que los dejara en paz. Al día siguiente, María Antonia y los niños eran encerrados en una carreta y llevados a Buenos Aires; Francisco fue esposado a lomo de caballo, las manos detrás, hasta quedar casi tumefacto. En el camino de salida de la estancia fue viendo el espectáculo; entre 80 y 100 indios, incluidos mujeres y niños, habían sido degollados. No se habían resistido.En Buenos Aires fue juzgado y se le dio la estancia de Los Tapiales por cárcel. Allí vivió sus años finales. Pero la historia no había terminado. El capataz Molina había sobrevivido y huido. Si olvidó prontamente el precepto “No matarás”, no pudo olvidar su propia inmensa lealtad ni el espectáculo de Francisco prisionero y la comunidad masacrada. Huyó al sur, reunió tribus en las que el nombre de Ramos Mexía ya era casi sagrado. En abril de 1821 Kakel, Dolores y todas las estancias vecinas eran pasadas a fuego. Sólo Miraflores quedó, como un símbolo, intacta.Qué sucedió durante los años de su encierro, no lo sabremos jamás. Apenas que otro grupo de indios comenzó a rodear la estancia de Los Tapiales, como si la utopía se negara a morir del todo. Algunas cartas oficiales de parte de Rivadavia (supuestamente laicista y aperturista) siguieron intimándolo a desechar sus ideas “heréticas”. Desgastado, murió en 1828. Todos sus libros y sus manuscritos fueron quemados. De su obra escrita apenas se salvaron escritos circunstanciales, el más extraño del cual, considerado a veces como una mera extravagancia, es su Evangelio que responde ante la Nación el ciudadano Fco. Ramos Mexía, un texto críptico, donde adrede se violan todas las normas de la sintaxis, la puntuación y la lógica; el español se mezcla con el latín y hasta con un idioma inexistente. Abstruso y sin embargo recorrido por un sutil hilo de Ariadna, sospecho que debería ser analizado como un texto de Raymond Roussel o del último Joyce. Sospecho que en ese morir dos veces que fue quemar su producción desapareció la obra de un escritor apenas atisbado por la crítica literaria.Paradójicamente, sus hijos eligieron el camino de la guerra; su nieto, José María, médico, introdujo en la sociología finisecular las ideas racistas y lombrosianas de ese entonces.Eduardo Gutiérrez, el autor de Juan Moreira, cuenta que décadas después unos indios asaltaron una caravana; los caballos de ésta llevaban la marca de Ramos. Los dejaron pasar. ¿Qué urdimbres extrañas de la lealtad y la memoria, generaciones luego, les hacía respetar a alguien a quien ni siquiera habían conocido? Alvaro Barros, escritor de la “literatura de fronteras”, fue el primero en elogiarlo. Pero por tiempo, su trato con el indio fue visto en la historiografía como un rasgo de traición. En los años 20, Clemente Ricci, profesor de religiones comparadas, rescató los pocos textos sobrevivientes, los publicó y demostró su originalidad de teólogo heterodoxo. Desde los 70 en adelante, fue reivindicado por la antropología neo-marxista: si hubieran existido una docena de hombres como Francisco, el genocidio de la autodenominada Conquista del Desierto no hubiera sucedido. Con todo, faltan investigaciones nuevas, búsquedas de archivo, una biografía que reúna todas sus facetas. En otras latitudes, habría sido un reformador como Tolstoi o un pensador como Kierkegaard. Aquí asumió su “destino sudamericano”. Su exilio continúa.
MIRAFLORES

FOTO: dibujo muy antiguo publicado en un libro sobre los Ramos Mejía, siendo su autor uno de sus descendientes. Fuente: http://www.abo.org.ar/web/FranciscoRamosMejia.htm

domingo, 22 de febrero de 2009

"...el todo suele ser más que la suma de sus partes."


Al igual que la matera éste almacén de recuerdos no ha de cerrar “por derribo”. Los aluviones producidos por la grieta en la pileta del polideportivo municipal no son los primeros, ojalá sean los últimos. Desde aquí seguiré invitándolos a reunirse.

Nos llamamos Freddy, aunque lo olvidemos
Por
Sergio Sinay
Había una vez una hoja, la hoja de un árbol, llamada Freddy. Un día, cuando aún era pequeña, descubrió que “estaba rodeada de cientos de hojas, o así lo parecían. Pronto descubrió que ninguna hoja era igual a la otra, aún cuando estuvieran en el mismo árbol”. Freddy aprendió a distinguirlas, a conocerlas y a quererlas. Pasaron las estaciones y al llegar el invierno, con viento y nieve, las hojas empezaron a caer, hasta que una tarde “Freddy quedó solo. Era la única hoja que permanecía en la rama”. Así, en un amanecer, después de una nevada, “llegó el viento que separó a Freddy de su rama. No le dolió nada. Se sintió flotar, suave, delicada, serenamente hacia abajo. Al caer, vio el árbol entero por primera vez. ¡Qué fuerte y firme era! Estaba seguro de que viviría mucho tiempo, y el saber de que él había sido parte de esa vida lo llenó de orgullo.”
El otoño de Freddy la hoja es una hermosa historia contada por Leo Buscaglia y, al sintetizarla, elegí usar algunas de sus frases textuales. En los últimos tiempos, desde que los argentinos vivimos acontecimientos inéditos, volví a leerla un par de veces, porque me parece que aquello que Freddy aprendió durante su vida como hoja es nuestra gran asignatura pendiente. Me refiero a tomar conciencia de que ninguna persona es un árbol y de que somos todos hojas, distintas, ninguna igual a otra, de un tronco común.
La idea de que es posible salvarse solo, de que mientras sea otro y no yo el perjudicado todo está bien, de que “el otro se las arregle como pueda” y de que, en fin, el otro es mi obstáculo antes que mi prójimo, se extendió con mucha facilidad en los tiempos recientes de nuestra historia, se convirtió en un rasgo distintivo de nuestra cultura y, lamentablemente, tiñó buena parte de los vínculos personales y sociales: trabajo, política, negocios, consorcios, familia, pareja.
Imaginemos que en un cuerpo humano uno de los órganos (digamos el pulmón) sufre un repentino ataque de egoísmo y decide que él quiere para sí todos los nutrientes, toda la sangre, todo el oxígeno. Y que cuando se le recuerda que los demás órganos también necesitan eso mismo, el pulmón responde: “Que se embromen, que se las arreglen como puedan, yo quiero ser un pulmón sano y vigoroso y vivir muchos años, así que necesito todo para mi”. Con seguridad, faltos de nutrientes, sangre y oxígeno, los demás órganos no tardarán en enfermar y, si el proceso no se revierte, más temprano que tarde todo el organismo que ellos integran y conforman acabará por enfermar y morir. ¿De qué le habrán servido al pulmón su codicia, su voracidad, su falta de solidaridad? ¿Puede un órgano sano sobrevivir por sí mismo en un organismo enfermo?
El cuerpo humano es un maestro sabio y sus metáforas son poderosas. Observando su funcionamiento podemos entender leyes fundamentales de la vida. Cada órgano es distinto, ninguno puede reemplazar a otro, todos son imprescindibles, el alimento, la sangre, el oxígeno, los nutrientes son bienes comunes. Y hay una finalidad compartida: la salud, la vida.
Como pareja, como padres o madres, como comerciantes o trabajadores, como profesionales, como ciudadanos somos órganos de un cuerpo que nos trasciende. Cada uno de nosotros es Freddy, una hoja entre otras, expresiones únicas de un árbol común. Es tan sencillo y, sin embargo, parece que es muy fácil de olvidar. Acaso es la lección que viene a recordarnos este duro invierno que, paradójicamente, se instaló entre nosotros cuando el calendario señalaba el verano.
Antes que cualquier consideración política, económica, social o psicológica, esta perspectiva merece ser tenida en cuenta. Sobran los momentos de nuestra vida privada y pública, social e íntima, individual y colectiva en los que hemos visto pulmones que se tientan con olvidar al resto del organismo. Es responsabilidad de todos recordarles que una parte no es el todo. Cuando esa conciencia crece y se contagia, el todo suele ser más que la suma de sus partes.

jueves, 19 de febrero de 2009

Más Consejos del Viejo Irala

II

Le dio otro besito al frasco
y ya azunbao por la tranca,
manotio su barba blanca
y sacudiendo las clinas
dentro a recordar las chinas
que había levantado en ancas

Aquí ande me ves, -me dijo-
las tuve a tuitas menas:
alazanas y morenas,
querendonas y bagualas,…
Los disgustos de las malas
me los pagaron las güenas.

Por ellas donde he llegado
hice rayar las lloronas,
y les cante en las bordonas
las causas de mis tormentos…
De galopiar contra el viento
se me han ladiao las caronas.

Pero aquel tiempo paso,
y ya viejo y cascarudo
como lomo de peludo
que anda escarbando en la arena
Solo me queda la pena
de haberme gastado al ñudo

Sin enbargo te he de señalar
pa asigurar tu confianza,
y si de oirme no se cansa
tu atención, precuraré
darte um resuello de fe
a no voltear tu esperamza

Las mujeres se parecen
lo mesmo que las estrellas
pero, en hallándose ente ellas
la prienda de nuestro amor,
siempre será la mejor
y más bella entre las bellas.

Mas no te fiés sin enbargo,
aunque te digan: Te quiero
debes probarle primero
la firmeza en sus deberes…
palabras de las mujeres
son palabras de pulpero

Aplicada al disimulo
nadie sabe lo que siente,
y la mentira en su mente
puede más que la verdá:
se afirma en su falsedá
y es la verdá la que miente

Por eso nunca trates
de escarbar en la maraña
y si una duda te araña
dejála sin aclarar
porque más vale dudar
que conocer que te engaña.

Ansí es la mujer mirada
del derecho y del revés;
pero si vos la querés
no hagás caso de este viejo
y ráite de mi consejo
aunque lo llores dispués.

Una sóla es esta vida
Y aunque es una la verdá
a veces la falsedad
contra ella mesma se empaca
y es triste matar la vaca
de nuestra felicidá

III

Le dio otro beso al porrón
hasta dejarlo tecleando;
y quedo como buscando
un recuerdo en la mollera
Volvió a manotear la pera
y ansí le siguió pegando:

Yo también quise entre tantas
a una china con tiernura,
y sentí tal amargura
el día que se me jué,
que a dos brazadas llegue
del corral a la locura.

Como es posible canejo,
-dije al probar su mudanza-
que haiga burlao mi confianza
sin darme tiempo a pensar?
y ya emprencipié a chairar
el fierro de la venganza.

Yo te he de encontrar a tiro
pa raboniarte la trenza
y has de pagar mi vergüenza
con la tuya ¡La gransiete!
Encerrado en ese brete
naide sabe lo que piensa

Pero Dios que es trenzador
que sabe trenzar muy fino
la ladio de mi camino
pa evitar el encontron…
¡Bien haiga tu protección
boyero de mi destino!

Tranco a tranco y sin pensarlo
templé mi propio sonido
hasta que ya de perdido
dentó el querer aflojar,
y me largue a galopiar
por los campos del olvido.

Por eso ensisto, cachorro
y aguantá que me denbande;
nunca dejes que te mande
el entripado del rencor
será muy grande el amor
pero el olvido es más grande

Pensá pues projundamente
y no lo tomés a broma
que por mucho que nos coma
esa peste endemoniada
la venganza más honrada
es la que nunca se toma.
La Biblia Gaucha de Alberto Vacarrezza 1936 una joyita!

domingo, 15 de febrero de 2009

Barbucho

¿Te acordás, Barbucho?
Si no jue un domingo, le pasa raspando...
Yo estaba en mi rancho, masticando un pucho
desos quen la boca dejan gusto amargo,
cuando vos llegaste, ¡yo ni sé de dónde!
y a partir dentonces comenzó el milagro.
¿Te acordás, Barbucho?
Ahí no hicieron falta las presentaciones
como en tantos casos necesita el hombre
pa dentrar en tratos,
ni las referencias o el pedir de informes,
que al final de cuentas sirven pa clavarnos.
Me jue suficiente saber quen las patas
tráibas la flojera de un trotiar muy largo
y leer en el arco de tus costillares
lo quescribe el hambre cuando ses honrado.
¿A qué más informes?
¿Y acaso vos mesmo no llegaste al rancho
sin más referencia que la de tu istinto,
que te iba diciendo que el dueño era un gaucho?
Y ya ve, mi perro: dende aquél entonces
llevamos cumplido cerquita del año
sin quentre nosotros haiga "un más" o "un menos"
pa echarnos en cara, como los crestianos.
¿Dice que me debe? ¡No piense zonceras!
¿Qué vale ese güeso que le habré alcanzadoo
esa matra vieja que tiré en el suelo
pa que su osamenta descanse en lo blando?¡
Conteste, Barbucho! ¿Qué vale esa sobra?
¿Qué vale esa nada si yo la comparo
con ese desvelo que pone en las noches
pa cuidar lo poco que queda en mi rancho,
con esa confianza que tiene en su dueño,
con esa pacencia que sigue mis pasos
y ese gusto sonso de ir tragando tierra
cada vez que salgo montao a caballo...
No me mire ansina, ni mueva esa cola
como quien no quiere seguir escuchando;
que ya ando con ganas, amigo Barbucho,
de soltar los rollos que tiene mi lazo.
Esa tardecita, cuando usté llegaba,
yo tenía una cuenta pa cobrar, de "algo"...
de algo que se cobra solamente en sangre
y a la vez se paga con encierro de años.
Y usté se me vino como un viejo amigo;
me miró a los ojos tal vez barruntando
la soncera grande que cometería
si me doy el gusto de ir a buscarlos,
y meneó la cola como pa decirme:
"No se pierda, amigo, por tan poca cosa;
si nada se gana con dir y matarlos".
¡Me valió el consejo! Aura ya soy otro.
Soy capaz de verlos y seguir de largo.
¡Y eso porque pienso, mi amigo Barbucho,
que ha de ser muy fiero tener que separarnos!

Boris Elkin. Bs. As.Chivilcoy 1905-1952

miércoles, 11 de febrero de 2009

AGENDAR!!!

SOCIEDAD DE HISTORIADORES DE DOLORES
JORNADA DE HISTORIA REGIONAL EN DOLORES Sábado 16 de mayo de 2009
BASES
La Jornada de Historia Regional se llevará a cabo el sábado 16 de mayo de 2009 a partir de las 16 en la sede del Centro Cultural Dorcas Berro, sito en Quadri 235 de Dolores.
El tema previsto deberá estar relacionado con hechos de Dolores y partidos vecinos, sugiriéndose entre otros motivos, fundación de pueblos, biografías de personalidades destacadas, instituciones deportivas, establecimientos educacionales, transporte, comercios, industrias, edificios, etc.
Los trabajos deberán ser inéditos y la extensión máxima será de cinco carillas en papel tipo A 4 escritos a máquina o computadora de un solo lado del papel, con fuente documental.
Los trabajos deberán ser leídos por sus autores y éstos tendrán 15 minutos para su exposición. En el caso de no estar presente el autor el trabajo no será leído.
La recepción de los trabajos expirará el día 11 de mayo de 2009 y los mismos se entregarán personalmente o se remitirán por correo a Quadri 235 C.P. 7100 DOLORES.
Toda otra información podrá requerirse al teléfono (02245) 440505 ó pirali_historia_y_poesia@yahoo.com.ar


SOCIEDAD DE HISTORIADORES DE DOLORES
XVII Jornadas de Historia
Patrimonio Cultural y Humano de la provincia de Buenos Aires
11 y 12 de septiembre de 2009 en Dolores
BASES
Las Jornadas de Historia sobre Patrimonio Cultural y Humano de la provincia de Buenos Aires, se llevarán a cabo los días 11 y 12 de septiembre de 2009 en el Archivo Histórico Municipal. Calle Quadri 235 de Dolores.
El tema de los trabajos deberá basarse en antecedentes históricos de la provincia de Buenos Aires, sugiriéndose entre otros: Fundación de pueblos, establecimientos educacionales, obras públicas, periodismo (diarios, periódicos, revistas, periodistas, radios), causas judiciales célebres, biografías de personalidades sobresalientes, instituciones deportivas con más de 30 años de antigüedad, transporte (Mensajerías, primeras empresas automotoras, ferrocarril), hospitales, revoluciones y levantamientos armados.
Los trabajos deberán ser inéditos y la extensión máxima será de cinco carillas en papel Tipo a 4 escritos a máquina o computadora de un solo lado del papel, con fuente documental y bibliografía consultadas. Recomendándose adjuntar el trabajo en un C.D.
Los trabajos deberán ser leídos o expuestos por sus autores. Si los mismos no se encontraran presentes no serán leídos.
La Sociedad de Historiadores de Dolores se reserva el derecho de publicar parcial o totalmente los trabajos expuestos.
Cada autor tendrá un tiempo de quince minutos para exponer y será responsable de sus afirmaciones.
La recepción de los trabajos expirará el 31 de agosto de 2009 y los mismos deberán enviarse a Archivo Histórico Municipal, Quadri 235 . 7100 DOLORES.
Para obtener mayor información comunicarse al (02245) 440505/443078 ó al correo electrónico pirali_historia_y_poesia@yahoo.com.ar

lunes, 9 de febrero de 2009

¿un matecito?

Allá por octubre de 2007 aquí mismo guarde unas décimas que prolijamente conservaba mi familia, esos que sí nacieron, vivieron, sufrieron, en “los Guidos”, y disparándole a aquel presente, un día cambiaron de domicilio. Nunca dejaron de regresar, una y otra vez fueron amojonando el camino, con anécdotas, recuerdos, confesiones, algún remordimiento, esa contrición tardía pero auténtica… hasta decretar que sus huesos volviesen allí.
El importantísimo tema de la vieja grieta en Pileta del Polideportivo, aún en medio de la terrible seca empapó a todos; me metí a opinar y los auténticos hijos de “los Guidos” me recordaron mi condición de forastera. Los Forasteros no conocemos la realidad del lugar al que llegamos, cuando miramos vemos una parcialidad.
Rivalidades, desavenencias, antagonismos, cuentas por saldar, secretos, “entripados” como decía mi padre hubo, hay y habrá en las mejores familias…
Provengo de una familia Radical que dirimieron internas, que estuvieron políticamente enfrentados, pero nunca dejaron de sentarse a la mesa a dialogar. Los oí discutir más de una vez, y alguna bien feo, pero siempre alguien cedía y allí llegaba a tiempo el mate amargo y conciliador. A ésta nuestra casa la visitaron amigos de todos los colores políticos, de todas las creencias religiosas… a todos se los respetaba por igual. Yo, lo peorcito de la familia, la más comunera, porfiada, terca, discutidora, opositora por que si… he asimilado con los años la importancia de ese “escuchar al otro” de preparar a tiempo el mate moderador.
El Tema de la pileta ha desatado para bien esta discusión virtual que probablemente no pueda darse en un mano a mano pero, vale la pena intentarlo, que más puede pasar que no haya pasado ya?
Ayer nomás (1948/50) en una maquina de escribir, un observador con seudónimo, así relataba el hecho que sucedió en el pueblo de General Guido. He borrado nombres y apellidos para que nadie se sienta ofendido, lo que menos quiero es que se vuelvan a enojar los auténticos Guidenses, pero memoriosos/sas, me consta quedan, y recordarán el episodio y los verdaderos actores. Alguién me enseñó que “El buen humor se parece al limpiaparabrisas: No detiene la tormenta, pero te ayuda a continuar el viaje”

Como soy muy verdadero
Y observador de este caso
Vino a Guido (Palazo)
Con sus remiendos traseros
¡San Dios!, traía cada agujero
Como tapa de hervidor
Y hoy vemos a ese Señor
Salir con la valijita
Y adentro una libretita
¡Que es un Señor Inspector!

Que me disculpen les pido
Si me llego a equivocar
Lo que voy a relatar
Este caso sucedió en
Este mi pueblo Gral. Guido
Porque hasta el tiempo es testigo
Dos hombres que eran amigos
Que pudieron ser ustedes
Que por cuentos y mujeres
Se hicieron ¡Muy enemigos!

Estos dos hombres Señores.
Eran inseparables
Y por cuentos en la calle
Estos dos hombres riñeron
Y los del pueblo dijeron:
¡Esto hace mala facha!
Y así empezaron la racha
Estos dos grandes “idealistas”
Y ahora vemos a dos Peronistas
Que están mostrando la hilacha.

De chisme y de puro cuento
En Guido estamos viviendo
Cosas que van ocurriendo
Y así surge el desconcierto
Y vemos en estos momentos
(Cardi) empleado contador
Y (Palazo) inspector
Dos empleados Peronistas
Son los dos bien enredistas
¡Sálvanos nuestro Señor!.

Decían que Doña (Chuzena)
Esa rubia “oxigenada”
Que sale pintarrajeada
Un lindo sueldo tenía
Y que esa rubia no podía
Desempeñar ese puesto
Y así empezaron por esto
A surgir esos rencores
¡Eso es Peronismo! Señores¡
Pelear por el Presupuesto!

(Palazo) esto exponía
Que (Cardi) a nadie pagaba
Y que a él nada le importaba
Si alguno se lo decía
Y (Cardi) con ironía
Se contaba tan seguro
Como que (Cardi) no es mudo
Lo desafiaba a la calle
Diciendo: ¡Usted es un miserable!
¡So Grandísimo cornudo!

(Palazo) muy valiente
Él se las daba de guapo
Y le dieron tal sopapo
Que le voltearon un diente¡
Delante de tanta Gente!
Y para colmo de males
Fue un contrario electoral…
Y perdón si se lo digo
Que a Casa de un Radical
Se fue buscando el abrigo.

Un Dentista callejero
Es un caso resonante
Un consultorio ambulante
Puso (Cardi) primero
Y aquí, en esta me refiero
De este caso sucedido
Entre dos Peronistas de Guido
Como lo vieron Ustedes
Que por cuento de Mujeres
Toda vergüenza han perdido.

¡Que buenos Peronistas!
Resultaron estos Señores
Que siembran odio y rencores
Y dicen se “Idealistas”
Yo digo son enredistas
A mi modo de entender
Lo que debieron de hacer
Tipos de chismes vividos
Es haberse ido de Guido
¡Que no los queremos ver!.

Quedan cuentas pendientes
Y se deben aclarar
Yo, se las he de cantar
Para que sepa el oyente…
Tres mil pesos por un diente
Quiere (Palazo) cobrar
¡Pero si te debes recordar!
Cuando ayer te guarecías
En aquella sastrería
De un honesto Radical.

Y fue en casa de un Radical
De vos (Palazo) tu salvación
Y es por esa razón
Que lo debes respetar
¡Cada cual con sus Ideales!…
Y nos cargaron de males
Y hoy reciben sus reveces
Piense… amigo en las veces
Que insultó a los Radicales.

¡Que se mueran los peludos!
Que no los queremos ver
Cuando te viste en apuros
Para poderte salvar…
Te me fuiste a esconder
En la cueva de un peludo
Hoy te debo recordar
Que has de tener quien te june
¡Dale las gracias a (Chunes)
Ese honesto… ¡Radical!

El Observador. Juan Pueblo

Radicales-Peronistas. Denunciante- Denunciados. Copalex-AraBerá. Concejales-Intendente-Secretarios. Vecinas-Vecinos. Amigos hablen, conversen, charlen, discutan, dialoguen.
Cómo forastera solo puedo prepararles el mate; si aceptan el convite ustedes deberán arrimar a la mesa Tortas negras de La Espiga de Oro(*)
¿Un matecito?

(*) Aclaración para el lector "forastero" las Totas negras son a General Guido como las Medialunas a de Atalaya a Chascomús, no podes haber pasado por alli y no probarlas.
Aclaración para La Espiga... la publicidad va sin cargo.

lunes, 2 de febrero de 2009

¡Gracias Amigos Maipuenses!

Maipu y Dolores unidos por un circuito turístico

Este jueves se realizó el Circuito Turístico Regional, Histórico, Cultural Maipú – Dolores, organizado por el Museo Municipal “Kakel Huincul” y el 1º Portal del Camino del Gaucho. El recorrido incluyó paradas en sitios de interés como el Museo Histórico Provincial “Libres del Sur” y el archivo del Poder Judicial de Dolores que posee documentos del año 1873.
Sigan leyendo http://diario.alta-joda.com.ar/2009/01/maipu-y-dolores-unidos-por-un-circuito.html


Pienso en Gral. Guido, en los comentarios de la página de TN y la Gente, en todos los e-mail que he recibido, en María Guebara... y recuerdo una frase de Jorge Luis Borges:
“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”
Entonces me refugio en El Amigo que llega puntual desde Maipú. Entretenido, campechano, sencillo como un ramito de violetas.
En REVISTA ELECTRÓNICA EL AMIGO DE LA ASOCIACION AMIGOS DEL MUSEO KAKEL HUINCUL continuamente encontramos algo significativo, animado, sorprendente, entretenido y hasta perfumado.
No es mala la nostalgia, al igual que la verdad "lo que no tiene es remedio"
¡Gracias Amigos Maipuenses!
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).