martes, 1 de junio de 2010

A pedido vuelven los Refranes y Consejos


II

Le dio otro besito al frasco

y ya azunbao por la tranca,

manotio su barba blanca

y sacudiendo las clinas

dentro a recordar las chinas

que había levantado en ancas.


Aquí ande me ves, -me dijo-

las tuve a tuitas menas:

alazanas y morenas,

querendonas y bagualas,…

Los disgustos de las malas

me los pagaron las güenas.


Por ellas donde he llegado

hice rayar las lloronas,

y les cante en las bordonas

las causas de mis tormentos…

De galopiar contra el viento

se me han ladiao las caronas.


Pero aquel tiempo paso,

y ya viejo y cascarudo

como lomo de peludo

que anda escarbando en la arena

Solo me queda la pena

de haberme gastado al ñudo.


Sin enbargo te he de señalar

pa asigurar tu confianza,

y si de oirme no se cansa

tu atención, precuraré

darte um resuello de fe

a no voltear tu esperamza.


Las mujeres se parecen

lo mesmo que las estrellas

pero, en hallándose ente ellas

la prienda de nuestro amor,

siempre será la mejor

y más bella entre las bellas.


Mas no te fiés sin enbargo,

aunque te digan: Te quiero

debes probarle primero

la firmeza en sus deberes…

palabras de las mujeres

son palabras de pulpero.


Aplicada al disimulo

nadie sabe lo que siente,

y la mentira en su mente

puede más que la verdá:

se afirma en su falsedá

y es la verdá la que miente.


Por eso nunca trates

de escarbar en la maraña

y si una duda te araña

dejála sin aclarar

porque más vale dudar

que conocer que te engaña.


Ansí es la mujer mirada

del derecho y del revés;

pero si vos la querés

no hagás caso de este viejo

y ráite de mi consejo

aunque lo llores dispués.


Una sóla es esta vida

Y aunque es una la verdá

a veces la falsedad

contra ella mesma se empaca

y es triste matar la vaca

de nuestra felicidá.


III

Le dio otro beso al porrón

hasta dejarlo tecleando;

y quedo como buscando

un recuerdo en la mollera

Volvió a manotear la pera

y ansí le siguió pegando:


Yo también quise entre tantas

a una china con tiernura,

y sentí tal amargura

el día que se me jué,

que a dos brazadas llegue

del corral a la locura.


Como es posible canejo,

-dije al probar su mudanza-

que haiga burlao mi confianza

sin darme tiempo a pensar?

y ya emprencipié a chairar

el fierro de la venganza.


Yo te he de encontrar a tiro

pa raboniarte la trenza

y has de pagar mi vergüenza

con la tuya ¡La gransiete!

Encerrado en ese brete

naide sabe lo que piensa.


Pero Dios que es trenzador

que sabe trenzar muy fino

la ladio de mi camino

pa evitar el encontron…

¡Bien haiga tu protección

boyero de mi destino!


Tranco a tranco y sin pensarlo

templé mi propio sonido

hasta que ya de perdido

dentó el querer aflojar,

y me largue a galopiar

por los campos del olvido.


Por eso ensisto, cachorro

y aguantá que me denbande;

nunca dejes que te mande

el entripado del rencor

será muy grande el amor

pero el olvido es más grande.


Pensá pues projundamente

y no lo tomés a broma

que por mucho que nos coma

esa peste endemoniada

la venganza más honrada

es la que nunca se toma.

continuará...


La Biblia Gaucha Ed. 1936

Alberto Vacarezza

“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).