Aqui encontraran cosas simples, nostalgia, añoranza, recuerdos personales. Fotos,Anécdotas,Relatos,Recetas de cocina de las abuelas,se amontonan en los estantes sombríos. Pasen,las puertas están abiertas.
jueves, 30 de abril de 2009
Reanudamos una gratificante tarea: Tender puentes
Hace varios días Claudio escribió contándome que tenía familiares en Labarden, que le gustaría reencontrase con sus tíos y primos. Me puse en marcha… el 23 de abril La Directora de Cultura de la Municipalidad de Gral. Guido Maria Marta Vargas nos hizo la gauchada, envió el teléfono de la tía Nelia, lo que sigue lo cuenta Claudio
La verdad agradecido por lo suyo el domingo estuve en LABARDEN con mi tía, mi tío y estuvieron mis primos Walter y Mónica después de 30 años vi a LABARDEN cambiada para bien, algunas cosas gastadas por el tiempo, pero a mi me trajeron tantos recuerdos de mi infancia, esperaba las vacaciones de invierno y las de verano y me pasaba todo ese tiempo con mis tíos, me acuerdo en la época que uno veía pasar el tren por las tardes echando humo 2 veces por semana, también fui a visitar a mis otras tías y primos , me sentí tan gratificado, espiritualmente renovado, me volví el mismo día por asuntos de trabajo pero ahora sé que pronto volveré, y a ud. súper agradecido por preocuparse por un pedido que hizo uno y demostrar que clase de personas viven en LABARDEN le mando un abrazo de parte de mi familia y mío.
Gracias Claudio por compartir con nosotros esas vivencias de un tiempo que resiste en tu corazón.
Yo no soy de General Guido, lo heredé; en la Iglesia del Sagrado Corazón de Labarden, el recordado Padre Chavez Paz bautizó a mi hija.
No soy de Guido, llevo años sin regresar a Labarden, quedan en la zona familiares, algunos amigos y en lo profundo las raíces.
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).