domingo, 12 de julio de 2009

Otro reencuentro

Esta historia comenzó aquí en junio de 2007 bajo el titulo de "Taxapel, laubur, morriñas y saudades" les conte aquella vez de nuestro gen vasco "Eleodoro Algañaraz" y mostré algunas fotos. Esas fotos ayudaron al reencuento con los hijos y nietos de tío Isaias. Desde junio de 2008 con Isalaga compartimos mate, lecturas, películas...


Y en este mes de Julio… más precisamente el 5 de julio
UY!!UY!! Que emocionante momento encontrar a mi papá, abuelo y tío Norberto en Internet. NO SALGO DE MI ASOMBRO!!! Mi nombre es Gladis Algañaras, mi papá José Arnol(fallecido) y bue...mi abuelo José Leoncio. Gracias por esto. Gladis.

Sigue asi:
Gracias Gladis… y sí estamos emparentadas, un gusto saber que estas en algún lugar leyendo esto, que hayas descubierto esa fotito de José Arnold y Celina pequeñitos. Podrás escribirme a mi mail?, me gustaría saber más de vos y esa parte de la familia. Mi abrazo. Lili


…y Gladis escribe

Querida Liliana:
Recién tengo un rato para entrar a Internet y sí que la noticia de la flia. me ha incentivado a conectarme mas seguido.
Te cuento que hable con mi prima Patricia quien se comunicó con Cota. La nena de la foto que ésta junto a mi papá es Elida María Algañaras (Cotita), también dijo Cota (88) que la hermana de José Leoncio, mi abuelo, se llamaba Celia Florencia y falleció poco tiempo después que mi abuela, cuando aún era muy joven, al igual que mi abuela quien está en la foto de casamiento, ella se llamaba María Zulema Montenegro de Algañaras, falleció a los 25 años de edad, producto de una intervención quirúrgica, según contaba mi “abu” José. También recordó tía Cota que mi bisabuela luego del fallecimiento de su hija, nunca más salio de la casa por su depresión, cuidando de papá y de tía. Siempre recuerdo cuando papá nombraba a su abuelita, la adorada, vivían enfrente de la casa dónde también funcionaba la carnicería del tío Norberto Algañaras. Buscando en Internet encontré la foto de esa esquina que pertenecía a los Algañaras, figura como circuito turístico de Gral. Madariaga.
Te nuestro la rama nuestro árbol genealógico:

Los abuelos José Leoncio Algañaras-Maria Zulema Montenegro (foto) Tuvieron dos hijos José Arnol (papá) y Elida Maria (Cota)

Luego de enviudar, mi abuelo se caso con Juana Olivera y nació Leoncio Argentino Algañaras.
Elida Maria (Cota) Se caso con Omar Erbelino Sarti su única hija se llama Patricia Maria Sarti.
Jose Arnol(Papa) se casó conVictoria Coronel (Mamá) y llegamos nosotros Héctor Arnol y yo la que suscribe Gladis Susana. Mi hermano Héctor Arnol tiene dos hijos (2 soles) ¡Adoro a mis Sobrinos!. Ellos son: Alejandro Algañaras (Licenciado en Relaciones Publicas y Maria Agustina.
Mi Hermano es muy serio como lo eran mi abuelo y papá. Hombre de pocas palabras. Yo en cambio, verborragica y risueña, una vez una Profesora me dijo que si seguía riéndome todo el tiempo iba a tener muchas arrugas de grande y Oh!!! adoro mis patas de gallo, nunca me haría nada en la cara, son las huellas de mi tiempo y jamás las borraría, estoy orgullosa de ellas.

Leoncio Argentino se casó con ¿?¡! Toto (Podes Creer, no recuerdo el nombre de Toto. Bueno ella sabrá perdonarme, falleció en el 92 era una mujer divina, docente en Madariaga muy querida en el Pueblo. De ese matrimonio nacieron Sebastián Algañaras y Sofia Algazaras. Sebastián tiene dos hijos
Leoncio formo nuevamente pareja con Irma

Bueno Lili me despido porque ya mis hijos (15 y 9) me están pidiendo la pc ahijunaaaaaaaaaaa!!!jajja
Te mando un beso grande!!
Gladis
No recuerdo haber conocido a Gladis, pero en nuestra charla telefónica las dos coincidimos en repasos... la casa de la familia Iriart en General Guido, la de los Bustamante en General Madariaga y tantas otras cosas. Algañaraz y Algañaras son ramas de un mismo árbol, del "Paraíso" que creció robusto en los campos de Vecino.

El Bisabuelo de Gladis y mi Abuela Isabel, en algún lugar celebran este nuevo reencuentro.
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).