miércoles, 19 de noviembre de 2008

Malambo

La noche le puso al viento
negro chiripá de gaucho
Un par de estrellas cayeron
rodando sobre los pastos.
Y así con magia de pampa,
de galopes desatados,
de arroyo, gramilla, trébol
Y dura gracia de cardo,
mirando la cruz del sur
nació el Malambo

Espuelas de plata pura
con más cantos que un verano
Espuelas llenas de pinchos,
terror de los potros bravos.
Espuelas de fierro dulce
del que nunca tuvo rancho.
Todas, siquiera una vez
en un domingo paisano
rayaron los patios criollos,
Malambeando.

¿Qué es la espuela? Es una estrella
copiando el sonido exacto
de los galopes tendidos
a lo largo y a lo ancho.
O galopeando en silencio
cuando el caballo va al tranco
sin apuro, en un regreso
sin por qué, dónde, ni cuándo

¿Que es la espuela? Luz de luna
que una vez se hizo pedazos
por besar una guitarra
que entre las manos de un gaucho
se durmió en un solo ritmo,
Malambeando…

La guitarra suena, suena.
De su brocal embrujado
salen los tonos precisos
en tres acordes rasgueados
¡Sírvase algo el guitarrero.
Y siga con el Malambo!

Un forastero se allega
y prudente se abre paso:
Si me permite la gente
voy a pedir un barato
¡Yo soy de Saldungaray,
y cuando estoy mudancenado
bailo mirando de frente,
mientras tengo preparado
mi caballo, rienda arriba,
y el poncho envuelto en el brazo!

En las guitarras del sur
la pampa esta malambeando
con viento, arroyo y estrella,
con cardo, gramilla y árbol.
Con sus eneros quemantes
y sus junios escarchados.
Y con las huellas tendidas
a lo largo de los llanos.

Rancho, estancia, pulpería
¡Allá van, de pago en pago
las guitarras de la pampa,
Malambeando…!

Sobre las criollas vihuelas
galopando, galopando
la pampa llegó a la fiesta:
“¡Güenas tardes amigazos!
Con su permiso señores,
ponga una güelta. Yo pago
¡A la salú de la moza!
¡Guitarrero, cántese algo!”

La pampa bebió ginebra
y hablo de potros y pastos,
de bueyes y carretones,
de cañadones y vados.
Habló de lanzas de ponchos,
de rodeos y de lazos
¡Y ajustándose el barbijo
como pa montar un bravo,
se metió en los corazones
Malambenado!

El Malambo es el guardián
de una tropilla de cantos
que andan por la tierra nuestra
marcaos, y siempre orejanos.
¡No morirán las vidalas,
Las chacareras, ni el gato,
Ni la Huella, ni la Zamba,
Los estilos ni los huáinos,
mientras retumbe la tierra
en los domingos del campo,
y se haga astillas un criollo
Malambeando! ¡Malambeando!

Atahualpa Yupanqui
Guitarra. Poemas y Cantares Argentinos Ediciones Siglo Veinte. 1979. Buenos Aires

Este par de espuelas, es un bien de familia, tienen más de cien años, pertenecieron a nuestro abuelo Bernabé Madrid.

“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).