jueves, 6 de noviembre de 2008

La poesía Gauchesca de Norma Montenegro

El gaucho

Rudo, audaz independiente
el gaucho no tuvo dueño,
bello ideal era el sueño
que lo mantuvo vigente.
Como el indio, cabalmente
amaba la libertad,
la pampa y la soledad
cimentaron su coraje
y fue dejando el mensaje
de su férrea voluntad.

Montó caballos salvajes
para moverse a su antojo,
hizo gala de su arrojo
sin distinción de pelajes.
Vivió en rústicos parajes
sin más ley que su valor,
supo jugarse el honor
con el filo del cuchillo,
sin hacer el más sencillo
alarde de vencedor

Sobre la extensa pradera
está llegando el progreso
y su sombra en retroceso
con sabia paciencia espera.
No ha de morir su quimera
por que fue un hombre capaz,
como fiera montaraz
se defendió de la muerte
y apostó todo a la suerte
de una existencia veraz.

Gaucho: Mi canto florece
con su sentir más profundo
y es en mi verso errabundo
donde tu ser prevalece.
Mi corazón se estremece
por que mirando a lo lejos,
sobre encantados espejos
se vislumbra tu figura,
trote y trote por la hondura
de los caminos añejos.

Norma Ester Montenegro


¡Gracias Norma! por estar siempre junto a nosotros.

“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).