lunes, 9 de febrero de 2009

¿un matecito?

Allá por octubre de 2007 aquí mismo guarde unas décimas que prolijamente conservaba mi familia, esos que sí nacieron, vivieron, sufrieron, en “los Guidos”, y disparándole a aquel presente, un día cambiaron de domicilio. Nunca dejaron de regresar, una y otra vez fueron amojonando el camino, con anécdotas, recuerdos, confesiones, algún remordimiento, esa contrición tardía pero auténtica… hasta decretar que sus huesos volviesen allí.
El importantísimo tema de la vieja grieta en Pileta del Polideportivo, aún en medio de la terrible seca empapó a todos; me metí a opinar y los auténticos hijos de “los Guidos” me recordaron mi condición de forastera. Los Forasteros no conocemos la realidad del lugar al que llegamos, cuando miramos vemos una parcialidad.
Rivalidades, desavenencias, antagonismos, cuentas por saldar, secretos, “entripados” como decía mi padre hubo, hay y habrá en las mejores familias…
Provengo de una familia Radical que dirimieron internas, que estuvieron políticamente enfrentados, pero nunca dejaron de sentarse a la mesa a dialogar. Los oí discutir más de una vez, y alguna bien feo, pero siempre alguien cedía y allí llegaba a tiempo el mate amargo y conciliador. A ésta nuestra casa la visitaron amigos de todos los colores políticos, de todas las creencias religiosas… a todos se los respetaba por igual. Yo, lo peorcito de la familia, la más comunera, porfiada, terca, discutidora, opositora por que si… he asimilado con los años la importancia de ese “escuchar al otro” de preparar a tiempo el mate moderador.
El Tema de la pileta ha desatado para bien esta discusión virtual que probablemente no pueda darse en un mano a mano pero, vale la pena intentarlo, que más puede pasar que no haya pasado ya?
Ayer nomás (1948/50) en una maquina de escribir, un observador con seudónimo, así relataba el hecho que sucedió en el pueblo de General Guido. He borrado nombres y apellidos para que nadie se sienta ofendido, lo que menos quiero es que se vuelvan a enojar los auténticos Guidenses, pero memoriosos/sas, me consta quedan, y recordarán el episodio y los verdaderos actores. Alguién me enseñó que “El buen humor se parece al limpiaparabrisas: No detiene la tormenta, pero te ayuda a continuar el viaje”

Como soy muy verdadero
Y observador de este caso
Vino a Guido (Palazo)
Con sus remiendos traseros
¡San Dios!, traía cada agujero
Como tapa de hervidor
Y hoy vemos a ese Señor
Salir con la valijita
Y adentro una libretita
¡Que es un Señor Inspector!

Que me disculpen les pido
Si me llego a equivocar
Lo que voy a relatar
Este caso sucedió en
Este mi pueblo Gral. Guido
Porque hasta el tiempo es testigo
Dos hombres que eran amigos
Que pudieron ser ustedes
Que por cuentos y mujeres
Se hicieron ¡Muy enemigos!

Estos dos hombres Señores.
Eran inseparables
Y por cuentos en la calle
Estos dos hombres riñeron
Y los del pueblo dijeron:
¡Esto hace mala facha!
Y así empezaron la racha
Estos dos grandes “idealistas”
Y ahora vemos a dos Peronistas
Que están mostrando la hilacha.

De chisme y de puro cuento
En Guido estamos viviendo
Cosas que van ocurriendo
Y así surge el desconcierto
Y vemos en estos momentos
(Cardi) empleado contador
Y (Palazo) inspector
Dos empleados Peronistas
Son los dos bien enredistas
¡Sálvanos nuestro Señor!.

Decían que Doña (Chuzena)
Esa rubia “oxigenada”
Que sale pintarrajeada
Un lindo sueldo tenía
Y que esa rubia no podía
Desempeñar ese puesto
Y así empezaron por esto
A surgir esos rencores
¡Eso es Peronismo! Señores¡
Pelear por el Presupuesto!

(Palazo) esto exponía
Que (Cardi) a nadie pagaba
Y que a él nada le importaba
Si alguno se lo decía
Y (Cardi) con ironía
Se contaba tan seguro
Como que (Cardi) no es mudo
Lo desafiaba a la calle
Diciendo: ¡Usted es un miserable!
¡So Grandísimo cornudo!

(Palazo) muy valiente
Él se las daba de guapo
Y le dieron tal sopapo
Que le voltearon un diente¡
Delante de tanta Gente!
Y para colmo de males
Fue un contrario electoral…
Y perdón si se lo digo
Que a Casa de un Radical
Se fue buscando el abrigo.

Un Dentista callejero
Es un caso resonante
Un consultorio ambulante
Puso (Cardi) primero
Y aquí, en esta me refiero
De este caso sucedido
Entre dos Peronistas de Guido
Como lo vieron Ustedes
Que por cuento de Mujeres
Toda vergüenza han perdido.

¡Que buenos Peronistas!
Resultaron estos Señores
Que siembran odio y rencores
Y dicen se “Idealistas”
Yo digo son enredistas
A mi modo de entender
Lo que debieron de hacer
Tipos de chismes vividos
Es haberse ido de Guido
¡Que no los queremos ver!.

Quedan cuentas pendientes
Y se deben aclarar
Yo, se las he de cantar
Para que sepa el oyente…
Tres mil pesos por un diente
Quiere (Palazo) cobrar
¡Pero si te debes recordar!
Cuando ayer te guarecías
En aquella sastrería
De un honesto Radical.

Y fue en casa de un Radical
De vos (Palazo) tu salvación
Y es por esa razón
Que lo debes respetar
¡Cada cual con sus Ideales!…
Y nos cargaron de males
Y hoy reciben sus reveces
Piense… amigo en las veces
Que insultó a los Radicales.

¡Que se mueran los peludos!
Que no los queremos ver
Cuando te viste en apuros
Para poderte salvar…
Te me fuiste a esconder
En la cueva de un peludo
Hoy te debo recordar
Que has de tener quien te june
¡Dale las gracias a (Chunes)
Ese honesto… ¡Radical!

El Observador. Juan Pueblo

Radicales-Peronistas. Denunciante- Denunciados. Copalex-AraBerá. Concejales-Intendente-Secretarios. Vecinas-Vecinos. Amigos hablen, conversen, charlen, discutan, dialoguen.
Cómo forastera solo puedo prepararles el mate; si aceptan el convite ustedes deberán arrimar a la mesa Tortas negras de La Espiga de Oro(*)
¿Un matecito?

(*) Aclaración para el lector "forastero" las Totas negras son a General Guido como las Medialunas a de Atalaya a Chascomús, no podes haber pasado por alli y no probarlas.
Aclaración para La Espiga... la publicidad va sin cargo.
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).