Obra del Pintor Francés
Francia 1790 1870
V - Romance del mazorquero
Velay, señores, mi historia.
Una historia como tantas,
que por tantas, ni es historia:
es sangre que se abarata.
Crecí entre gauchos y negros,
entre indios y mulatas.
Pero un día como otros
me llamaron a la patria.
Qué era patria, no sabía.
Me dieron fusil y sable.
Aprendí a degollar godos.
Después la cosa es más fácil.
Con godos ya degollados,
para no aburrirse, un día
bandos oscuros surgieron
de la misma bandería.
Fue así que en las montoneras
degollar a uno, a otro
fue seguir como al antojo
de unos cuantos generales.
También degollado he indios.
A veces se me metía
en la cabeza que el rostro
muerto era espejo mío.
Ahora estoy aquí en Dolores.
He degollado unitarios,
señorones, señoritas,
niños, viejos, bicharracos.
No es difícil, la cabeza
suele juirse de un tajo,
y ya no me mete miedo
verla un rato como hablando.
Quizá me quepa eso algún día.
La verdá, ya estoy cansado.
La pampa amarilla y verde
ya me aburre demasiado.
No hay nada más lindo entonces
que el ocaso colorado.
El sol muere cada día.
Y se muere degollado.
Juan Carlos Sanchez Sottosanto
http://sanchezsottosanto.over-blog.es
V - Romance del mazorquero
Velay, señores, mi historia.
Una historia como tantas,
que por tantas, ni es historia:
es sangre que se abarata.
Crecí entre gauchos y negros,
entre indios y mulatas.
Pero un día como otros
me llamaron a la patria.
Qué era patria, no sabía.
Me dieron fusil y sable.
Aprendí a degollar godos.
Después la cosa es más fácil.
Con godos ya degollados,
para no aburrirse, un día
bandos oscuros surgieron
de la misma bandería.
Fue así que en las montoneras
degollar a uno, a otro
fue seguir como al antojo
de unos cuantos generales.
También degollado he indios.
A veces se me metía
en la cabeza que el rostro
muerto era espejo mío.
Ahora estoy aquí en Dolores.
He degollado unitarios,
señorones, señoritas,
niños, viejos, bicharracos.
No es difícil, la cabeza
suele juirse de un tajo,
y ya no me mete miedo
verla un rato como hablando.
Quizá me quepa eso algún día.
La verdá, ya estoy cansado.
La pampa amarilla y verde
ya me aburre demasiado.
No hay nada más lindo entonces
que el ocaso colorado.
El sol muere cada día.
Y se muere degollado.
Juan Carlos Sanchez Sottosanto
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