martes, 25 de agosto de 2009

Las ruinas circulares

Es uno de los primeros textos que leí de Jorge Luis Borges...

Nadie lo vio desembarcar en la unánime anoche, nadie vio la canoa de bambú sumiéndose en el fango sagrado, pero a los pocos días nadie ignoraba que el hombre taciturno venía del Sur y que su patria era una de las infinitas aldeas que están aguas arriba, en el flanco violento de la montaña, donde el idioma zend no está contaminado de griego y donde es infrecuente la lepra. Lo cierto es que el hombre gris besó el fango, repechó la ribera sin apartar (probablemente, sin sentir) las cortaderas que le dilaceraban las carnes y se arrastró, mareado y ensangrentado, hasta el recinto circular que corona un tigre o caballo de piedra, que tuvo alguna vez el color del fuego y ahora el de la ceniza. Ese redondel es un templo que devoran los incendios de antiguos, que la selva palúdica ha profanado y cuyo dios no recibe honor de los hombres. El forastero se tendió bajo el pedestal. Lo despertó el sol alto. Comprobó sin asombro que las heridas habían cicatrizado;
El texto completo en:
http://www.escribirte.com.ar/destacados/3/borges/textos/319/las-ruinas-circulares.htm

viernes, 21 de agosto de 2009

"Los Gauchos de Madariaga" de Don Mario Pardo

La letra original (*)
(Recitado, sin canto)
Ya roncan los acordeones
y la boca se me hace agua,
ranchera del buen compás,
mostrando lo que es capaz
un gaucho de Madariaga.

(Canto)

Lindo pago Madariaga
con su paisanada,
su gauchaje flor.
llevales con mi ranchera
la expresión sincera
de mi estimación.
Morochita de ojos negros
que, con tus hechizos,
me han engualichao.
Ya no tengo paz ni calma
solo pienso mi alma,
estar a tu lao.

Estribillo
Lindo pago Madariaga
con su paisanada,
su gauchaje flor.
Y al compás de esta ranchera,
La china que espera
Sueña con su amor.

(Segunda parte)
Cuando suenan los cencerros,
de tropillas entabladas,
los gauchos de Madariaga
se aprestan a desfilar.
Ya nadie puede dudar
que son ellos los que vienen,
porque sus jinetes tienen,
el alma y la estampa
del gran Capitán.


Gracias a Juan (Tito) Naddeo que nos la envía desde la siempre cercana Maipú.


Capítulo XXX del libro "Madariaga,su historia y el país" de Abelardo Costas

Con la Guitarra
a cuestas

Todos los pueblos cantan.
Mario Pardo y los gauchos de Madariaga.
La Tuyusera, valioso aporte al cancionero de Madariaga.
El estilo “Recordando”.
La música popular en otros ritmos.
Coplas y canciones orejanas.
El proficuo refranero Madariaguense.


Todos los pueblos cantan

Todos los pueblos tienen cantores. Pero solo unos pocos, vaya saber porqué magia, inspiran a algunos poetas- del pago o forasteros- tiernas canciones en las que honran a sus casas, su paisaje o sus gentes y que luego sobreviven en la memoria de sus descendientes, ajenos ya a la circunstancia emotiva que originó su creación.

Madariaga es uno de ellos.

Recuerdan viejas crónicas madariaguenses la visita a principio de siglo del payador José Betinotti, el autor de la celebre “Pobre mi madre querida”. En épocas sucesivas con su guitarra a cuestas, vinieron payadores como Luis Acosta García, ya mencionado en otra parte de este libro – los hermanos Granatto y – como lo expresa Velázquez – una pléyade anónima de cantores y cultores de nuestras tradiciones gauchescas.

Raúl Zalguizuri – que sentía pasión por poetas y guitarreros – nos dejó una memorable página en la que refería hechos en los que su prodigiosa memoria competía con la belleza de su prosa.

“Alguna vez hemos señalado – comenzaba su artículo – que Madariaga es una de las poblaciones bonaerenses que más recibió la colaboración de poetas y músicos.”

“Sin hacer el detalle de las ofrendas poéticas recibidas de parte de payadores y cantores trashumantes que en todos los tiempos nos recordaron en sus composiciones, citaremos algunas obras que merecieron ser editadas y perviven en el recuerdo. “General Juan Madariaga”, marcha militar de Pablo González Amorin. “Recordando” (Oyendo el pericón) de Juan del Monte y Pablo González Amorin. “Himno al Gral. Madariaga” de Ángel Cotonat y Rafael P. Velázquez, “La Tuyusera”, ranchera del guitarrista dolorense Orlando Urruspuru y el afamado letrista Ismael R. Aguilar, “Canto a Madariaga de Afner Gatti, autor del conocido tango “Serpentinas de Esperanzas”; “Zamba del Tuyú” de Lucio Eber Jorge y Juan Carlos Rolón. “La Risueña” ranchera de Alberto Zappaliti; “Canto al Divisadero” de Ángel Montes; “De Madariaga” huella, de Lucio Eber Jorge e Hialmar Alberto Castillo y “A Madariaga” tango de José Dames, Juan Carlos Rolón y Juan Tomás Luques.

Zalguizuri, advierte en su enjundiosa nota que ha esta lista debería agregarse el aporte que en aquellos años había producido el interprete sureño Argentino Luna.
“Sin duda alguna el máximo cantor de todos los tiempo de las cosas madariaguenses”

Mario Pardo y “Los gauchos de Madariaga.”

Estimaba Zalguizuri, como otros muchos madariaguenses, que sin dudas la composición que más había contribuido al conocimiento popular de nuestra ciudad, ha sido la famosa ranchera de Mario Pardo (*) “Los gauchos de Madariaga”, cuya original historia hemos relatado en el capítulo anterior.

Luego de una exitosa y brillante actuación en Madariaga, en aquel año de 1923, cuando la visión de aquellos peones ecuestres que regresaban de una feria le inspirara su famosa ranchera, ya de regreso en la Capital Federal, grabó su reciente creación para Disco Nacional Odeón, acompañado por dos guitarras. Quedando registrado con el número 6664A (**)

Sigue contando Zalguizuri, como conoció personalmente a Pardo, circunstancias en que el autor de la querida ranchera le reveló las cusas que le impulsaron a componerla.

“En noviembre de 1973 recibimos la visita de Don Mario A Pardo a quién acompañaba don Santiago Rocca, espíritu de excelencia con cuya amistad nos honramos. Fue en esa ocasión que Pardo reveló a muchos madariaguenses las circunstancias que inspiraron la música y sus versos.

En esa oportunidad Pardo aprovechó para agradecerle a Zalguizuri que se debiera a él la sugerencia de haber adoptado su célebre ranchera como música oficial de la Primera Fiesta del Gaucho, que como se recordará, llevó por nombre “Amojonando tradiciones tuyuseras”.

En aquella ocasión, nos dijo don Mario que los tiempos habían quitado actualidad a la letra – revela en su nota Zalguizuri – y por lo tanto había confeccionado otra que nos cantó acompañado de guitarra. El nuevo canto ahora expresaba:

Vienen los gauchos cantando sus cuitas
vidita
y en sus vidalitas entonan
sus himnos de paz y labor
como si fueran jinetes de Guemes.
valientes que a nada le temen
demuestran su gaucha destreza y valor

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(*): Mario Pardo no solo ha sido un compositor inspirado y feliz, sino un gran maestro de la guitarra. Quizás el grado mayor de reconocimiento que le ha tributado el mundo musical argentino esté dado por la circunstancia de haber dirigido en el Teatro Colón de Buenos Aires un conjunto de cien maestros de la guitarra en una velada de gala.

(**): En la otra cara con el Nº 6664B, estampó por primera vez un tango, “Ema”, un solo de guitarra, inspirado en los encantos de una joven niña madariaguense, muy hermosa, cuya aristocrática belleza impresionaba al artista.

jueves, 20 de agosto de 2009

Romancero Dolorense. de Juan Carlos Sanchez Sottosanto

Obra del Pintor Francés
Francia 1790 1870

V - Romance del mazorquero

Velay, señores, mi historia.
Una historia como tantas,
que por tantas, ni es historia:
es sangre que se abarata.
Crecí entre gauchos y negros,
entre indios y mulatas.
Pero un día como otros
me llamaron a la patria.
Qué era patria, no sabía.
Me dieron fusil y sable.
Aprendí a degollar godos.
Después la cosa es más fácil.
Con godos ya degollados,
para no aburrirse, un día
bandos oscuros surgieron
de la misma bandería.
Fue así que en las montoneras
degollar a uno, a otro
fue seguir como al antojo
de unos cuantos generales.
También degollado he indios.
A veces se me metía
en la cabeza que el rostro
muerto era espejo mío.
Ahora estoy aquí en Dolores.
He degollado unitarios,
señorones, señoritas,
niños, viejos, bicharracos.
No es difícil, la cabeza
suele juirse de un tajo,
y ya no me mete miedo
verla un rato como hablando.
Quizá me quepa eso algún día.
La verdá, ya estoy cansado.
La pampa amarilla y verde
ya me aburre demasiado.
No hay nada más lindo entonces
que el ocaso colorado.
El sol muere cada día.
Y se muere degollado.


Juan Carlos Sanchez Sottosanto
http://sanchezsottosanto.over-blog.es

lunes, 17 de agosto de 2009

Las cosas por su nombre



Museo Histórico Municipal
del Vecino
General Guido. Buenos Aires. Argentina







“Hilar lo descosido”

En mi infancia la palabra vecino era un cerco de ligustrina y Emilia. La madreselva, el laurel y Doña Dora regando la quinta. Un labeinto de cañas de tacuara y más allá los árboles cargados de naranjas, limones y mandarinas que Don Manuel, cuidaba con celo. Esos eran mis vecinos y estaban en mi barrio. Pero cuando aprendí a leer descubrí otro Vecino. Ese día -que al decir de mis tíos- me había convertido en un verdadero peligro para sus secretos, encontré la partida de nacimiento de mi padre y supe que él había nacido en el Pueblo de General Guido, Partido de Vecino. La aclaración no se hizo esperar “Sí, efectivamente, ese fue el nombre del Partido donde nacimos. Así se llamaba nuestro pago desde mucho antes de la época de Rosas, ahora nadie recuerda aquel nombre, hoy todos lo conocen como General Guido. Pero hubo un tiempo que el Pueblo también se llamó Vecino”. Y para certificarlo papá buscó el Boleto de Compra de la casa de los abuelos Madrid. Seguramente hubo una catarata de ¿y por qué?, pero no la recuerdo. En cambio no olvido el enorme diccionario de tapas amarillas desasnándome. Las dudas se dilucidaban entrando en el Sopena Ilustrado Vecino, palabra que deriva del latín vicinus que, a su vez, viene de vicus, que significa barrio, lugar. Vecino aquello “cercano, próximo o inmediato en cualquier línea”.

Tampoco olvidé el día que visitando el Cabildo de Buenos Aires la profesora de historia que nos acompañaba en el recorrido contó que en la época colonial “vecino” era como un titulo nobiliario, que habilitaba, a los vecinos a formar parte de las Juntas de Gobierno. Como yo era “digamos”, muy bien reconocida por aquella profesora, mientras recorríamos el histórico paseo le conté que mi familia paterna era oriunda de un lugar llamado Vecino y que a mi me gustaría saber el por qué de ese nombre. La Profesora estaba por demás atenta a sus otras alumnas que andaban fascinadas con la histórica guardia del Regimiento de Patricios y mientras apuraba el paso por las rojas baldosas de la Sala Capitular me dijo: Vecino pudo ser el apellido de alguien que recorrió esa zona por primera vez asentando en su bitácora algún accidente geográfico con su nombre, por cierto es un antiguo apellido español que llegó con los primeros Adelantados, pero mejor averigua en la biblioteca, busca la Gran Enciclopedia Argentina … y salio apuradísima a disolver el tumulto que se había formado en torno a los desarmados integrantes del Regimiento de Infantería 1. Demás esta aclarar que rápidamente me sume a aquella asonada.

En el momento que Dirección de Cultura de la Municipalidad de Guido, allá por el mes de abril, dio a conocer las bases para el concurso Un Nombre para el Museo Histórico Municipal, algo parecido a un eco abrió una avenida hacia el tantas veces nombrado Cañadón del Vecino Por allí me dije debe buscarse el nombre. Había que justificarlo y me puse a trabajar.

Me acordé de las palabras de aquella inolvidable profesora de historia y fui por la Gran Enciclopedia Argentina escrita por Diego Abad de Santillán ¡¡ Eureka!! Vecino, estaba escrito con z y remitía a los Jesuitas. Había que seguir la pista de los padres Jesuitas, rastrear, averiguar, explorar. Y a eso me aboque durante casi sesenta días.

Ahora sabía que noventa años antes que Juan Manuel de Rosas firmase el Decreto creando el Partido de Vecino, el Jesuita Cardiel menciona en su Diario de viaje “campos situados al NO de los Montes y Laguna del Tordillo, y de cierto lugar singularizado mediante la leyenda descriptiva de Corral de los Vezinos” y además que ese lugar pertenecía a la Reducción Nuestra Señora de la Concepción de los Pampas.

Me preguntaba ¿Cómo habrá sido aquel lugar?, ¿Quiénes lo habitaban?. Y como cuando jugaba en mi laberinto de cañas iba paso a paso buscando la salida. Sin proponérmelo había comenzado lo que Félix Luna llama hilar lo descosido ese acto de “releer- y repensar - lo que ya está dicho y escrito […] ver aquello que a primera vista no se distingue; establecer las relaciones ocultas entre los sucesos, personajes, movimientos, etapas, ideologías; es hilar con el hilo de (nuestro) pensamiento lo que aparece como descosido”.
¿Por que Corral de los vecinos? Y allí estaba Don Alfredo Pedrós con su articulo "Detrás de los nombres" ayudándome a visualizar aquel paraje como un Corral de Vecinos del estilo sevillano con origen en "los adarves árabes -callejones ciegos con una sola entrada- y más propiamente en el curralaz mozárabe -corral sobre el que se abrían las puertas de las viviendas".
Pronto se sumaron las colaboraciones de los amigos de la Web Naddeo, Sachela, Pirali entre otros y esta maravilla que es Internet se convirtió en mi asistente de tiempo completo.

Pude saber que treinta y cuatro años después del paso del Padre Cardiel el Corral de Vecinos seguía allí, lo confirma el Tratado de Paz firmado entre el Virrey Vertiz y el Cacique Cuyupulqui que me acerca la generosa mano de Juan Carlos Pirali "Tratado de paz con los indios. 27-07-1782" "Se concede al cacique Cuyupulqui que pueda potrear en las campañas incultas, desde la frontera de Chascomús hasta el Tuyú y Corral del Vezino". Fue tomado del A.G.N. División Colonia. Sección Gobierno. Legajo 9. Sala IX 1782-1792. No hay dudas que se refiere al actual General Guido. Fdo Pirali

Mucho me ayudaron las charlas de la sobremesa familiar. Los relatos que amigos y parientes contaban en aquellas concurridas mesas.

Serpenteando las barrancas de la Laguna del Mirador que los antiguos nombraban “del Carnero” iban y venían los recuerdos reproduciendo las resonancias en imágenes, fotos.
La foto congela el tiempo real. El tiempo que tenía era sólo el de una foto desleída. Necesitaba contar la historia pero como, yo no pertenezco a la comunidad de Gral. Guido, ya me lo hicieron saber en alguna oportunidad, como iba a narrar esta foto que había encontrado.
Entonces deduje que si retornar en la línea del tiempo es renacer, que mejor que hacerle llegar el borrador al Centro de Jubilados y Pensionados Renacimiento de Gral. Guido. Sesenta días de trabajo, se condensaron en quince hojas A4 incluida la bibliografía. Lo envié y me quedé a la espera de una respuesta.

Hace apenas una horas, al conocer el nombre, que llevara el Museo Histórico de General Guido, al saber que otras Instituciones también propusieron este nombre exclame ¡Guau! valió la pena.
Alguien escribió "Somos la prolongación de un viaje en el tiempo. El presente es fugaz, el pasado milenario y el futuro la eternidad"
Pienso en esos hombres y mujeres dejaron su huella, plantaron el árbol, alumbraron los hijos y comenzaron a escribir la primera página de la historia del pueblo de General Guido.
Pienso en los primeros arrimados al Corral de los Vezinos emergiendo del olvido... y en estos los versos de Olga Orozco
He aquí unos muertos cuyos huesos no blanqueará la lluvia,
lápidas donde nunca ha resonado el golpe tormentoso de la piel del lagarto, inscripciones que nadie recorrerá encendiendo la luz de alguna lágrima;
arena sin pisadas en todas las memorias.
Son los muertos sin flores. No nos legaron cartas, ni alianzas, ni retratos.
Ningún trofeo heroico atestigua la gloria o el oprobio.
Sus vidas se cumplieron sin honor en la tierra,
mas su destino fue fulmíneo como un tajo;
porque no conocieron ni el sueño ni la paz en los infames lechos vendidos por la dicha, porque sólo acataron una ley más ardiente que la ávida gota de salmuera. Esa y no cualquier otra. Esa y ninguna otra.
Por eso es que sus muertes son los exasperados rostros de nuestra vida.
Las Muertes. Olga Orozco.

Secretos develados

Un 17 de Agosto de 1850 moría en Boulong Sur Mer, Francia, el Libertador de América. José de San Martín.

"San Martín no era misterioso. Sus biógrafos lo hicieron así, quizás porque lo arcano es romántico y las grandes biografías de San Martín fueron escritas en tiempos de romanticismo. O porque aquellos biógrafos escrutaron más la vida del héroe que su época.
Estos son algunos de los “enigmas” que (todavía se dice) nunca fueron develados: “¿Qué fue ese ‘llamado de la Patria’ que sintió en España y lo impulsó a venir?”. “¿Por qué, antes de embarcarse rumbo a América, pasó cuatro meses en Londres?”. “¿Cómo se explica que los comandantes de la escuadra que llevó al Perú fueran todos británicos?” “¿Era San Martín un patriota o un agente inglés?”.
Ante todo, José de San Martín no era argentino; como no lo podía ser nadie que hubiera nacido en estas tierras 32 años antes de la Revolución de Mayo, punto de partida de la nacionalidad. Más aun: San Martín no era siquiera un criollo; no, al menos, culturalmente. No estudió en el Colegio de San Carlos y en la Universidad de Chuquisaca, sino en el Real Seminario de Nobles y la Escuela de las Temporalidades de Málaga.
San Martín era español a más no poder. Había nacido en territorios españoles de ultramar —el Virreinato del Río de la Plata..."

El artículo completo en http://www.terragno.org.ar/vernota.php?id_nota=435

jueves, 13 de agosto de 2009

"La Aroma"

V
Flor dorada que entre espinas
Tiene trono misterioso,
¡Cuánto sueño delicioso
Tú me inspiras a la vez!
En ti veo yo la imagen
De la hermosa que me hechiza,
Y mi afecto tiraniza,
Con halago y altivez.

El espíritu oloroso
Con que llenas el ambiente,
Me penetra suavemente
Como el fuego del amor;
Y rendido a los encantos
De amoroso devaneo
Un instante aspirar creo
De tus labios el dulzor.

Si te pone ella en su seno,
Que a las flores nunca esquiva,
O te mezcla pensativa
Con el candido azahar,
Tu fragancia llega al alma
Como bálsamo divino
Y yo entonces me imagino
Ser dichoso con amar.

Esteban Echeverría 1805-1851

Autor de El Matadero, crudo realismo que muestra el odio en la época de Rosas, y que junto a La Cautiva y del Dogma Socialista son lo más conocido de su obra.

martes, 11 de agosto de 2009

"Volver siempre es una fiesta"

Desde que Gladis AlgañaraS, trajo la apetitosa receta de su Guiso Carrero, y Diego deja sabrosísimos comentarios al respecto.¡La Gallineta se ha convertido en una fiesta de sabores!

El Guiso Carrero reconforta, restaura, y a Gladis como a mí nos devuelve la infancia. Así como la vieja y trajinada olla de fierro, el guiso carrero ¡es bien de familia! Me digo al tiempo que releo los comentarios, cada vez más apetitosos. El maestro guisero en nuestra casa fue mi padre. Le gustaba incursionar de vez en cuando en la cocina, aunque su fuerte era el asado en todas sus variantes, Madrid era de fuegos al aire libre. Cierto día, elaboro y nos dio a probar Cuajada. Por entonces, yo era brava, (sí Gladis, también yo, he sido difícil) chillé ¡esto es horrible!, ni siquiera la había probado, prefería el yoghurt de La Martona, el de los envases de vidrio, ese que traía una tapita de aluminio que indica mediante el dibujo de la fruta, su sabor. Papá no se daba por vencido…"Para saber lo que es empacho hace falta haber comido" sentenciaba entonces, buscó uno de esos envases vacios, lo rellenó con la Cuajada y lo dejo en la heladera, cuando yo ví el frasquito sin tapa pregunte ¿de que gusto es este yogurt? Papá respondió sin levantar la vista del Diario que leía: de vainilla. Demás esta decir que lo comí. ¡¡Deliciosa resulto la Cuajada!! ¿Dónde consigo hoy esos irremplazables ingredientes: Leche de oveja y cuajo?


Los cuadernos de Cocina me inmovilizan.

Cuando releo las recetas de cocina de mis abuelas no puedo dejar de pensar, en las admirables “ecónomas” que fueron. Sabían cocinar, coser, bordar, tejer y abrir la puerta para invitarnos a jugar.

Sabían administrar. Su “despacho” estaba en la cocina, allí reunían a la tropa, en torno a la mesa, con algo rico y sustancioso como la Leche Frita ¿probaron alguna vez? Aquí va la receta.

Paso 1
2 litros de leche. Antes de llevar al fuego reservar una taza leche (ya sabrán el por qué)
Aromatizar la leche que llevaran a fuego con canela y cáscara de naranja o limón y dejar que hierva.
Paso 2
Disolver aproximadamente 150 grs. de harina (yo uso la 0000) con la leche que habíamos reservado en la taza.
Batir 5 huevos enteros, agregar 200gr. de azúcar y la taza de leche adonde “desleímos” la harina.
Todo esto lo unimos a la primera preparación que retiramos del fuego después que hirvió, tiene que estar tibia. No se olviden de quitar las cascaritas de naranja y si la canela la usaron en rama, saquen también la ramita. Ahora vuelvan todo al fuego removiendo sin descanso para que no se pegue. Cuando espese, volcamos en un molde o fuente no demasiado profundo; yo uso una vieja fuente Pirex rectangular. Ahora dejan la preparación tranquilita y enfriando.
Paso 3
Cuando enfrió, cortan cuadraditos del tamaño de un bocado (así aprendí yo) los pasan por harina y huevo batido; los fríen en aceite bien caliente. Cuando están doraditos los retiran y los espolvorean con canela y azúcar molida. Y listo Leche frita para chuparse los dedos.

Nosotros aprendimos en esas mesas con mantel a disfrutar los sabores de la miel de acacias, de las tostadas con manteca, del dulce de naranjas tibio, del pastel de papas con azúcar, de mazamorras y cuajadas, de buñuelos de viento, de tortas fritas y empanadas marcadas. De guisos carreros, de puchero y ropa vieja.
Nosotros tenemos memoria de esos olores y sabores, recordación de delantales con pechera, de cocinas económicas, de coloridas bolsas de tela con la palabra Pan bordada en su centro.

Aquí en estos gastados cuadernos está el secreto de ese país que fuimos. Por eso volver a aquellas mesas, donde dibujábamos con el dedo indice sobre las miguitas del pan es una fiesta. Volver siempre es una fiesta.

El Pan

Los sobrantes de pan se guardaban y cada quince días, lo rayábamos, lo poníamos en un frasco con unos dientes de ajo machacados y un rotulo que decía: para milanesas, y sí con pan rallado “las milangas” tienen otro sabor.
Recuerdo que mi abuela materna en invierno preparaba una comida con miga de pan. Migas con chorizo colorado, panceta y huevo frito. Prueben aquí va receta, y otro de mis recuerdos.

Pan de ayer o de antes de ayer, le sacan la corteza (no la tiren pásenla por la procesadora y la guardan en un frasco, ya les contare para que) trozan la miga hasta hacer muchas migas que se noten, reservan.
En un recipiente ponen agua de la canilla, pimentón, sal, orégano -mi abuelo (gallego) decía “orejano” yo me reía, él protestaba: -Mira que yo iba a faltar el respeto a mis mayores, mi mai ( madre) no lo hubiese permitido. Que mal hemos educado a esta madre tuya que permite esto…
-Bueno Cesáreo que no es para tanto
decía la abuela Pita componedora mientras machaba en el mortero de mármol blanco los dientes de ajo que uniría a los otros ingredientes para después sumergir allí las migas de pan. Hasta el día siguiente quedaban tapadas por un repasador bien blanco.
-Vente a xantar (comer) mañana que la avoa (abuela) va a facer (hacer) polenta con mucho queso y eso a ti te gusta. Ve, dile a tus padres y mañana te vienes.
Al día siguiente, en esa cocina que siempre olía a limón y azúcar quemada, estaba yo lista "pra xantar”.

Mi abuela arrancaba muy temprano a cocinar. La salsa, la olla con agua para la polenta. El abuelo no comía polenta, tampoco fideos así que sobre otra hornalla, la Pita, colocaba una sartén grandota con aceite de oliva y freía allí panceta, chorizo colorado, pimiento cortado en tiritas y por último agregaba las migas ensopadas en la preparación, donde estaba presente el “orejano” Mi abuela agitaba la sartén con una habilidad envidiable, parecía que todo se iba a escapar pero eso no pasaba. Un, dos tres, malabares y llegaba el tiempo de dejar la sartén a un costadito y, sobre la misma hornalla ahora, colocaba otra sartén pequeña echaba un generoso chorrito del infaltable óleo de oliva. Mientras el aceite alcanzaba la temperatura ideal ella tendía el mantel sobre la mesa, la cesta (panera), vaso, plato, servilleta, nada faltaba. Volvía a la sartencita y con la mano derecha cascaba un huevo y lo dejaba caer en el centro de la sarten(jamás pude, juro, lo he intentado infinidad de veces pero, lo que natura non da salamanca non presta, a mi sartén seguro va un trozo de cáscara o la yema se rompe y ni que hablar de las quemaduras con aceite). Mi abuela era una artista, esos huevos fritos parecían pintados.
La Pita, la Pitusa – así, solía llamarla tía María- daba una última mirada a la mesa, y empujando con el codo aquella puerta, de fino alambre mosquitero, que daba al patio, llamaba al abuelo.
El Tata aparecía desde la quinta, bufanda marrón y gorra, protestando por que las hormigas estaban haciendo daño en los frutales. -Me cajo en diez, ha vuelto la infantería se quejaba al tiempo que lavaba sus manos en la pileta de la cocina; la abuela le acercaba la toallita (realizada con retazos, que ella confeccionaba en sus ratos libres). -Ahora a comer que después de la siesta ya volverás a la quinta y se vera que hacer Cesáreo.
Recién entonces, él, se quitaba la gorra y la colocaba sobre mi cabeza, en un claro gesto de cariño, el mismo gesto practicaba la Pita al retirarla, acariciándome el pelo y recordándome que no apoyara los codos sobre la mesa. La gorra iba al perchero que estaba sobre la pared, entrando a la izquierda dónde un rato antes yo había dejado el blazer de la escuela.
El plato con las migas, el huevo frito “pintado” pasaba por delante de mi nariz, porque "los mayores primero", después llegaría mi plato con la humeante polenta y las hebras de queso dando toques de luz sobre la salsa bien colorada hecha con tomates de la quinta, la misma quinta que ahora estaba siendo invadida por la infanteria de hormigas negras que hacian "enoxar" (enojar) al abuelo Cesáreo
La abuela no se sentaba a la mesa, seguía limpiando los cacharros. Comentaba las noticias del día, me preguntaba cosas de la escuela. Levantaba los platos y nos traía el postre Manzanas asadas. Después de guardar el último utensilio, pelaba un limón lo frotaba en sus manos con unas gotas de aceite de oliva y una cucharadita de azúcar, apilaba las cascaritas sobre una tapita de lata, distribuía una cucharadita de azúcar por encima y lo llevaba a la hornalla. Por aquellos años había gas en cantidad y calidad, no estábamos al tanto de la unidad BTU pero podíamos apreciar que lo que poníamos sobre la hornalla calentaba rápido… un humito blanco se desprendía del sahumador casero, el azúcar y el limón invadían la cocina, el abuelo marchaba a hacer su siesta, ella, la Pita se quitaba el delantal y se sentaba en el patio cubierto a leer el “huecograbado” del Diario La Prensa.
Mientras,yo, desandaba las dos cuadras que me separaban de ésta misma casa que habito hoy.

viernes, 7 de agosto de 2009

Cuaderno de Cocina

Las empanadas marcadas de Gladis, hicieron exclamar a Diego ¡im pre sio nan te! La receta salio del Cuaderno de Cocina de la abuela.
Ahora voy por el Cuaderno de Cocina , busco la receta de un reconfortante licorcito bien casero, de esos que aguardaban a las visitas en coquetas licoreras (les debo la foto) los convido.

Licor de Café
En una Jarra se pone un litro de caña del Paraguay, de la mejor calidad y se le agregan tres cucharadas bien colmadas de café bueno molido, se revuelve bien y se deja 24 horas en maceración, tapando la vasija para que la caña no pierda la fuerza, al día siguiente se cuela. Se hace un almíbar con medio kilo de azúcar y una varita de vainilla y se procede como indicaba Preparación del almíbar, luego se mezcla con la caña y se filtra.

Preparación del almíbar
Se pone en una cacerola el azúcar y un pedazo de vainilla, se vierte agua hasta cubrir el azúcar y se pone al fuego, cuando el almíbar se forma y parece goma ya está en punto para el licor, entonces se saca del fuego y así caliente se le agrega muy lentamente la caña que se tenga preparada revolviendo sin cesar a fin de que se mezcle bien y para evitar que el almíbar se acaramele.
Filtración de Licores
Se hará uso del papel de filtro que se expende en la perfumería. Para usarlo se dobla por la mitad y se pliega como un abanico, después se abre y se coloca dentro de un embudo de vidrio, que se colocará en la botella que debe recibir el licor filtrado. Luego se vierte el liquido dentro y para que la filtración sea más rápida se tratará de poner un clavo o algo por el estilo entre el embudo y el gollete de la botella para dejar pasar el aire. Si no se quiere hacer uso del papel de filtro, se bate una clara de huevo hasta que forme espuma y se mezcla con el licor al cabo de tres días el licor estará clarificado.

miércoles, 5 de agosto de 2009

EMPANADAS MARCADAS. MILAGRO DE INTERNET Y CAMARAS DIGITALES

Muy Buenos días Lili!! mientras trato de despertar a Felipe aprovecho a escribirte y contarte que el domingo cenamos "EMPANADAS MARCADAS" inspirada en la receta ALGAÑARAZ/S y tal como me aconsejaste las hice con amor de hija hmmm han salido riquísimas, éxito total!!!
IMAGEN ILUSTRATIVA y VERSO DE MI AUTORÍA
HOY DOMINGO POR LA TARDE
INSPIRADA EN MIS ANCENTROS
DECIDI HACER EMPANADAS
¿CÓMO COMIENZO CON ÉSTO?

ME PRENDI EN LA GALLINETA
BUSQUE RECETA SALADA
LA DE LA ABUELA ISABEL,
LILI, ¿LA CEBOLLA IBA PELADA?

AY!AY! HUGO TENIA LA NOTBOOK
Y NO LA QUERIA PRESTAR
DIJO:!UFA!!DE UNA VEZ...CHICHA, LA VAS A MEMORIZAR?
ESPERA QUE BAJE EL PROGRAMA......
AÚN FALTA MUCHO PA´CENAR

ES QUE LA TENGO QUE LEER DE AHÍ
LE RESPONDÍ AL CONVIDADO
QUE CUANDO LAS PROBÓ
EL MESMO QUEDO IMPACTADO

LAS EMPANADAS SALIERON
COMO PARA CHUPARSE LOS DEDOS
LA PRÓXIMA TE INVITO LILI
Y TE CUENTO MAS ENREDOS

GLADIS ALGAÑARAS

¡¡¡BRAVO!!!

Las imágenes son convincentes
¡¡¡APLAUSO, MEDALLA , BESO!!!
Y la receta de las EMPANDAS MARCADAS (Por si alguien se tienta)...
Para la Masa:1 Kilo de harina común12 cucharadas gordas de grasa de pella, tibia.2 cucharadas de Sal gruesa que se disolverán en3 tazas grandes de agua fría2 cucharaditas de polvo Royalel jugo de 1 limón grande. Una vez tomada la masa se deja descansar un buen rato, antes de estirarla con palote, lo más finita que se pueda, se cortan círculos del tamaño de la boca de una taza (de café con leche)
Para el relleno 1.5 Kg. de Carne picada. 2 cebollas chicas picadas finitas. 1 diente de ajo gordito, bien picadito. 3 cebollas de verdeo bien cortaditas, pero que se note. 1 ají rojo picado chiquito, pero que se note. 3 huevos duros bien picaditos. 100 grs. de aceitunas verdes que una vez descarozadas picamos bien chiquito. 1 taza de pasas de uvas (remojadas en vino tinto). Salar a gusto y condimentar con orégano, comino y pimentón.
El relleno: una vez cocido todo debe dejarse enfriar para rellenar los discos, el huevito picado se pone al final y si es sobre cada empanada antes de cerrar mejor. Cerrar cada empanada con repulge de izquierda a derecha.
Se fríen en abundante grasa y cuando están doraditas, se sacan, se secan sobre papel blanco, se acomodan sobre una fuente, se les coloca azúcar y con un fierro que previamente se calentó al rojo en las brasas (o en la hornalla), se quema el azúcar quedando así la marca.

…y esta yapita.

“El hogar es el santuario doméstico; su ara es el fogón; su sacerdotisa y guardián natural, la mujer. Ella, sólo ella, sabe inventar esas cosas exquisitas, que hacen de la mesa un encanto, y que dictaron a Brantôme el consejo dado a la princesa, que le preguntaba cómo haría para sujetar a su esposo al lado suyo:
-Asidlo por la boca.”
Prólogo de Cocina Ecléctica de Juana Manuela Gorriti (1818-1896)

http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/miscelanea/cocina_eclectica

lunes, 3 de agosto de 2009

“ SONRIA , QUE JUGAR HACE FELIZ ...”


Breve historia de juegos y juguetes
Por Germán Robles
Revista El Amigo
Los juguetes en nuestras vidas tienen una connotación especial, es imposible separarlos de la relación familiar, del afecto de un mayor hacia un niño, del despertar de la imaginación y de determinados lugares familiares.
Alguna vez se comenzó a jugar, y siempre, aunque de diferentes maneras se siguió jugando, es una buena y saludable costumbre así que después de leer estás líneas


“ SONRIA , QUE JUGAR HACE FELIZ ...”
Germán Robles - Maipú: Julio de 2009


y agende la nueva dirección de la Revista Electrónica Amigos del Museo Kakel Huincul de Maipú http://www.naddeo.com.ar/
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).