lunes, 23 de julio de 2007

¡¡Eureka... y Gracias!!

La memoria, la buena y la mala memoria siempre azuzando. Estaba tristona, mustia y desangelada hubiese dicho mi abuela “Pita”, cuando sonó el teléfono, a las 23.15 de la noche del sábado, la voz de Marilu me rescató de la bruma, y Juliana gritando ¡decile, decile! que en la Feria de Ciencias de la escuela, una de las chicas bajó material de La Gallineta, completó el salvamento. Hablamos casi treinta minutos y cuando nos despedimos; mientras preparaba un té dije: ¡¡Eureka... y Gracias!!

¡¡Eureka!! Exclamó Arquímedes cuando descubrió que el volumen de un cuerpo sumergido en agua, es igual al volumen del agua que desaloja. ¡¡ Gracias!! Digo yo, La Gallineta otra vez se zambullo en la laguna del Mirador, y el agua, esta vez, llegó a la escuela, ¡que les haya interesado!, que ayude para reunirnos y a seguir sumando, "¡Cuantos mas ojos miran, más ojos ven!"
Vos, Sí, Vos, la que entró al almacén de la memoria, a vos, que no conozco tu nombre, (la profesora Juliana Martinez, no me lo dijo), te invito, escribíme, solo necesito que envíes la dirección de tu correo electrónico, nada más y podrás colaborar con Maria Guebara y conmigo, serás nuestra corresponsal en el pueblo, o mejor aún como digo, siempre arma tu propio blog seguí las instrucciones de Blogger y ¡Ya!
“Pinta tu aldea y serás universal”dijo Tolstoi, y entonces no había Internet...

Pronto cuando finalicen las vacaciones de invierno María Guebara volverá al blog, la espero ansiosa, ella tiene el pasado reciente, el más cercano a ustedes, además, María escribe maravillosamente bien.
Mis recuerdos, son más viejitos, heredados, y no soy buena escribiendo, pero a la hora de armar la historia del pueblo, todos los recuerdos valen por igual, nuestras historias, se cruzan, se enlazan se aprietan como trenzas de ocho solía decir mi papá.
¡Ah! Escribí: trenza de ocho, y me acorde de algo… ya vuelvo…

Tardé un poquito pero aquí estoy, otra vez… Miren, tengo para mostrarles unos trenzaditos de mi abuelo Don Bernabé, en la foto, buen soguero dicen, los que han podido ver sus trabajos entre ellos, El Lazo http://elpuebloqueherede.blogspot.com/El%20lazo que hemos heredado con mi hermano y que sigue, aquí, en nuestra casa, como lo quisieron los tíos y mi papá, fue hecho por el abuelo, un artesano, un artista, pone en su obra pedacitos de su alma, y vive para siempre en ella. En este Lazo, vive el recuerdo del Abuelo Gaucho.
Contaban, que Don Bernabé, pisando los setenta, pialó por sobre el lomo a pedido de la mamá de Don Abel Cepeda, la abuela de Abel y de Alejo, en la Estancia El Recuerdo.
“De todos los Madrid, solo Rogelio, heredó a papá”, solía decir, mi papá, el Negro Madrid, mientras desataba las galletas de hilo, que no sé por que razón, en esta casa, siempre guardamos en algún cajón, aún hoy. ¿?
“Así, así de finitos, como hilos, eran los tientos que papá sacaba con el cuchillo” señalaba nostálgico y enseguida, con sumo cuidado sacaba esa soguita sin terminar y agregaba: “estos eran los borradores, aquí practicábamos por aquellos años, bajo la sombra del peral, en las interminables siestas, en los fondos de nuestra casa, en Guido. Rojo, era entonces el mejor discípulo y siguió siendo el más habilidoso, el más parecido a papá en todo, definitivamente, Rogelio es el heredero de esas habilidades”… y en la misma ceremonia y con el mismo esmero, volvía esta piecita a la caja de los recuerdos.

Hoy salieron a mostrarse otra vez, las traje para ustedes, y ahora las vuelvo a guardar y pregunto… ¿Quiénes?, en el partido de General Guido, practican en la actualidad este antiguo oficio, el más paisano, quizás el más vernáculo: La Soguería.

Cada día que ingreso a La Gallineta traigo al tiro, algo para ustedes, hoy fueron estos trenzaditos.
¡Gracias! Juliana, por avisarme… Y espero que a la próxima Feria de Ciencias me inviten.
Chauuuuu!!!
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).