martes, 6 de noviembre de 2007

Matemática...¿estás ahí?


Hoy 6 de noviembre papá cumpliría 97 años.
El 23 de octubre María, 90.
El 5 de septiembre Deul, 92.
Benjamín el 30 de junio, 95.

La suma da 374...y recuerdo aquella siesta, de noviembre de 1960, María me hacia practicar Matemáticas, las clases terminaban entonces el 30 de noviembre, María se restregaba la manos y el perfume de la crema "Sapolan Ferrini" se abría paso en la habitación de techos altos.

A ver practiquemos dijo...

- Yo tengo 43 años y nací en 1917, Mochi nació 1912, ¿cumplió?
-¡48! Me apure a responder.
- ¡Muy bien! “apuntalo” dijo ella.
- Justo debajo del 43, dibuje el 48…
Mientras, ella continuaba acariciándose las manos.

- Loro nació en 1915 ¿cumplió?...
-¿45? Dude
-¡Bien!, “apuntalo”.
- Ahora, si tu padre nació en 1910 ¿cuantos años cumple hoy?
- Cumple..., hice una pausa, sume el número 50 a mi lista, y con toda seguridad respondí 186.
Las risas de María quebraron la penumbra reparadora de la siesta e hirieron mi ego; me enojé mal (como siempre) exaltada la increpe ¡vos me preguntaste cuantos años sumaban entre todos!… y di media vuelta, abracé la almohada, que olía a lavanda, y así “furiosa” me dormí.

Cuando desperté, María baldeaba el patio, la tacita con arroz con leche y canela me esperaba, tapadita con una servilleta blanquísima...

*Foto 5/09/1981 "Asadito en el Quincho" se festejan los cumpleños de Loro y Silvia, la ahijada de mis padres, la tuca, para todos. Danii, mi hija, ocupa su lugar en el centro. María, delantal turquesa, patitas chuecas. Maruca Tolosa, esa querida amiga que está y estuvo siempre, sacó la foto, recuerda mi madre. El resto de los invitados estábamos llegando tarde. Como siempre.
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).