Los hechos pasados o cercanos están aquí, rondándonos, para que los discutamos, para admirarlos, vivarlos o criticarlos, están, forman parte de nuestra historia; son hombres y épocas diferentes, realidades tangibles de un país, el nuestro.
En la compleja estructura de la sociedad política de ese mundillo de tácticas y estrategias, de violencia verbal debemos agudizar el oido y escucharlos.
No se concibe la política sin la historia, que como advierte Cervantes " es aviso de lo presente y advertencia de lo porvenir".
"Los pueblos se suicidan cuando dan en creerse a sí mismos inmorales, degradados o corrompidos. El mal existirá siempre en la tierra, pero hoy más que nunca los pueblos libres brillan por sus virtudes. Si os reconoceis venales o abyectos, os gobernaran como a presidiarios..." Domingo F. Sarmiento.
"La vida política en un pueblo marca la condición en que se encuentra, marca su nivel moral, marca el temple y energía de su carácter. El pueblo donde no hay vida política es un pueblo corrompido y en decadencia o es víctima de una brutal opresión" Leandro Alem.
¡Sí, que se rompa, pero que no se doble!
"... ¡Ah, cuánto bien ha podido hacer este partido si no hubiesen promediado ciertas causas y ciertos factores. ¡No importa! Todavía puede hacer mucho... Pertenece principalmente a las nuevas generaciones. Ellas le dieron origen y ellas sabrán consumar la obra, deben consumarla" Testamento político del Dr. Leandro Alem junio de 1896.
Analizando este texto expresa Roberto Farias Alem en su libro Alem y la democracia Argentina ed. Kraft Ltda. 1957. expresa "No tuvo, ni en el último trance, la peregrina ocurrencia de creer que en él empezaba y terminaba el partido, demostrando así, no obstante su poderosa gravitación personal, la acción deleznable de todo personalismo en la evolución y progreso democrático del país."
¡Adelante los que quedan!