sábado, 24 de enero de 2009

...da para sainete

Cuando cierto tema urticante, alguna revelación, se instalaba en aquellas largas sobremesas dos frases se repetían entre muchas otras “¿Podes creer? Y “¡da para sainete!” Yo no sabía por entonces, que era un sainete pero no tardaría en aprenderlo. Entre los personajes del Sainete siempre estaban presentes el compadrito, el guapo, algún pícaro, un malevo resentido, la chica buena, las chismosas; los buenos y los malos. La vida.
Fue así como tempranamente conocí los nombres de Vacarezza y González Castillo, entre otros. ¡Si hasta recitaba! unos versos que decían: “Un patio, un conventillo, un italiano encargado, un yoyega retobado, una percanta, un vivillo, dos guapos de cuchillo, un chamuyo, una pasión, choques, celos, discusión. Desafío, puñalada, aspamento, disparada, auxilio, cana y telón”
José González Castillo, poeta, dramaturgo autor de varias obras entre ellas el Sainete “Entre Bueyes no hay cornadas” dijo: “El Sainete es la caricatura del drama”

Telón, digo pausa… voy a la cocina estoy preparando higos en almíbar, con una antigua receta familiar. Los higos, fruto de una plantita que hace años (unos muchos) viajó desde “los Guidos” hasta Banfield; desde entonces, no ha dejado de dar frutos, cantidad suficiente como para preparar estas dulzuras caseras.
Mientras lentamente los higos se transparentan en el almíbar regreso al teclado para continuar con el Sainete.
Primero nobleza obliga debo recordar que el teatro era uno de los entretenimientos de mi familia cuando vivían en Guido. ¡Sí hasta “representábamos” exclamaba orgullosa mi tía! y para muestra aquí un programa, que tiene sus años, y los nombres de muchos de aquellos amigos.
Pero volvamos a las frases ¿Podés creer? y ¡da para sainete! que vienen una y otra vez en cada vuelta que ingreso al Blog TN y La Gente; y confieso, lo hago a diario. Ya no realizo comentarios, no quiero incomodarlos… las imágenes lastiman, pero más mucho más afligen algunas manifestaciones que amparadas en seudónimos, anonimato y/o usurpación de nombre expresan su rabia, su indignación, su antipatía.
¿Propuestas?, la de María Guebara, que ingresó su reclamo al HCD y que muy pronto conoceremos cuando la suba a su blog. Es verdad que varios piden no desviar el tema que abrió la denuncia y repasan los excesos de la democracia. Pero falta compromiso.
Me atrevo a decir que esto no solo sucede en General Guido, transcurre en cada rincón de este bendito país, falta compromiso… “La vida política de un pueblo marca la condición en que se encuentra; marca su nivel moral, marca el temple y la energía de su carácter. El pueblo donde no hay vida política, es un pueblo corrompido y en decadencia, o es víctima de una brutal opresión. La vida política forma esas grandes agrupaciones, que llámeseles como ésta, populares, o llámeseles partidos políticos, son las que desenvuelven la personalidad del ciudadano, le dan conciencia de su derecho y el sentimiento de la solidaridad en los destinos comunes” Leandro N. Alem 13 De Abril De 1890.
Si queremos cambiar, comencemos hoy, octubre está cerca y ¡Se puede!
Otra pausa… voy por mis higos, mientras bajo el fuego recapacito; no tengo que enojarme tanto por algunas críticas que hicieron a mis intervenciones en el Blog TN y la Gente. No tengo que molestarme digo, mientras pruebo un higo ¡riquísimo!... y si no me pondero yo ¿quién?. Los que creyeron ofenderme usando “alias”, diciendo "no sos de Guido", "no existís", etc. etc.... en algo tienen razón "que sabe el burro de confites, si nunca fue confitero" ¿Quién soy yo para opinar?

Los higos en el almíbar, Vacarezza, González Castillo, el programa de La Gran Velada Teatral en el Cultura, la boleta de ARBA que llegó esta mañana… ¿Pueden creer? me recordaron que Guido sigue allí, nuestra casa sigue allí, con lo bueno y lo malo Gral Guido sigue allí; con las mirabilis de Don Abel abriéndose camino entre grietas para perfumar las noches, con el saludo amable de la gente que quiero, con puertas sin trancas, con frescas galerías, siestas, parras, bicicletas, carnavales, con amores contrariados o acostumbrados, con la Laguna silente, con soledades arrinconadas, con perfume a nardo, con letanías artificiosas, con piadosas mentiras, con ensordecedores silencios, con abrazos perdurables, con "la dulzura de sus atardeceres pampas", con sus dimes y diretes, con "ropa tendida al sol de la tarde" "con sus paredes de vidrio", Guido sigue allí, como cualquier pueblo de cualquier lugar... con sus grandezas y sus miserias. Nada ha cambiado, sigue allí, querible y añorado... y sí, podes creer amigo, como la vida misma “da para sainete”.
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).