sábado, 17 de enero de 2009




Guido esta convulsionado por la denuncia aparecida en TN y La Gente, no es para menos al tema lo atraviesa todo. Pudo pasar en cualquier otro lado, puede estar pasando en otro lugar, de hecho esta sucediendo pero en Guido y por aquello de la pertenencia duele más, huele peor. Algunos comentarios muestran un nivel de falta de educación que asustan. De metida me puse a opinar y salí escaldada, No por falta de boca, me calló, soy vieja y aprendí que no enferma lo que entra por la boca, sino lo que de ella sale, a mi no me gusta que me ofendan, menos ofender. Seguramente se sorprenderían si abro los archivos, no se salva nadie, puedo establecer las líneas de parentescos de casi todos, hasta de mis propios parientes. Repitiendo una vez más al gran Abelardo Castillo “Siempre he pensado que los pueblos son de vidrio, las paredes de las casas, quiero decir. Todo se ve a través de ellas. Todo el mundo sabe todo de todos, y lo que no se sabe se imagina o se inventa.” La que espera. El Espejo que tiembla Seix Barral Biblioteca Breve 2005.
Volvamos al tema que desato la discordia en "los Guidos" La Pileta del Polideportivo Municipal un problema, un olvido, una vergüenza que tiene solución y que seguramente entre todos dialogando (no con agravios como hasta ahora) la encontraran. Desde aquí, sin interferir, ayudare, si es que me lo piden… por ahora me quedo leyendo al Maestro Don Mario Benedetti


Estar en paz

Estar en paz no significa
dejar los odios en la cueva
y tapar los remordimientos
que todavía nos acosan
estar en paz es un delirio
que perseguimos en los sueños
y al que no siempre damos caza
antes que el sol nos despabile
a veces puede consistir
en una tarde de reposo
cuando miramos un paisaje
que intenta abandonar el marco
o también cuando desciframos
un jeroglífico del tiempo
y comprobamos que por suerte
sobrevivimos todavía
estar en paz / qué buena cosa
si fuera un riesgo permanente
y nos miráramos las palmas
limpias de culpas y perdones
la paz con paz es la aventura
más seductora de este limbo
especialmente cuando surge
como un epílogo de guerra
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).