viernes, 30 de enero de 2009

Otro viejo libro

El Erial de Constancio C. Vigil. Ésta 4ta Edición de 1925 Impresa en los Talleres Gráficos Atlántida, cumplió 84 años en nuestra familia.
Abierto al azar nos deja una enseñanza
La tolerancia, hija del razonamiento, contempla el mundo en luz divina.
Comprende. Justifica.
Acepta cada hombre tal cual es, no pretende que el acero flote en el agua, ni que un trozo de ceibo sea más duro que el acero.
Considera aquella tremenda confusión interna que padece cada uno; cuán peregrinos son los estados de alma simples, los pensamientos sin mezcla.
¡Difícil apreciar lo que desea o se propone un hombre! ¿Acaso él mismo lo sabe? ¿Acaso los resultados se parecen a sus esperanzas?
Por esto dijo Jesús: ¡No juzguéis!
Porque hijo mió, ¿Cómo juzgar sin justicia?
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).