domingo, 26 de agosto de 2007

Sumándome al recuerdo...

Hice una larga pausa después de recordarlo, tragué saliva, enjugué una lágrima y cerré los ojos, lo vi, sentado a la mesa de casa alguno de los tantos sábados que iba a almorzar con Macacho, contando sus anécdotas, todos en silencio, escuchando con admiración tanta experiencia y tanta entrega... luego venían las risas, de la mano de las anécdotas de Parroca, que había trabajado con Tota y fue como de la familia para los Stea.
Pancho estuvo en algunos de los momentos más lindos de mi vida, cuando me recibí de maestra me regaló una agenda negra que todavía atesoro junto a una hermosa dedicatoria, allá por sus últimas épocas de doctor, y lo quise siempre como a un abuelo porque fue el que trajo a mi papá al mundo.
Pancho también estuvo en mis momentos de dolor, cuando a mi viejo le tocó partir, ahí estaba, con la palabra más precisa y la mirada más tierna, con sus explicaciones simples sobre las cosas más complicadas. Y también estuvo para coserme ese día que me mordió el perro, ¡me hizo una estética!, hoy miro las heridas y ni se notan, y recuerdo su mirada madura, en el primer consultorio de la Sala, mientras enhebraba la aguja de suturar con su paciente forma de trabajar, esa tranquilidad propia de los que saben lo que hacen.
Pancho no escuchaba bien, es cierto, pero yo llegué a pensar que podía leer el alma, él sabía lo que a uno le pasaba y tenía el remedio para todo, o casi todo, y si no lo curaba, por lo menos lo aliviaba.
Su responsabilidad y su entrega lo guardaron en mi corazón como un modelo a seguir, habitualmente lo recuerdo y lo pienso, se me vienen a la memoria algunas frases muy puntuales, algunos tonos de su voz y alguna mirada desde sus ojos cristalinos, llenos de ejemplo, saturados de historia, ricos de sabiduría y colmados de amor por los demás.
Lamentablemente, Pancho no tuvo la vejez que merecía, de haber sido por mi, lo hubiera conservado en una cajita de cristal, pero las instituciones son injustas y algunos hombres también, su espíritu de lucha y de servicio no claudicó hasta los últimos instantes, su ideología siempre estuvo intacta, Pancho mereció más, de alguna manera alguien debería haberle devuelto todos los pedazos de vida que dejó en el camino en pos de la vida de los demás. De alguna manera, Pancho mereció un lugar mejor. Pero como por suerte todavía nos queda la memoria, todos los que realmente lo valoramos podemos eternizarlo como ejemplo en el corazón del pueblo al que entregó su tiempo y sus virtudes, al que volvió cuando venía volviendo y al que lo seguirá cobijando en el latir de algunos corazones memoriosos.
Vaya un abrazo imaginario para Pacho Stea, un hombre que jamás voy a olvidar, un abuelo que me regaló la vida.

El Caduceo de Esculapio

“Homenaje a Francisco Stea” dice el titulo de la nota aparecida en Semana Maipuense, y por supuesto leo también la nota referida a la inauguración del museo y veo la foto donde aparece Marilu Gascue, mi prima, flamante Presidenta de la Asociación Amigos del Museo. Pero vuelvo y releo la nota “Homenaje a Francisco Stea”, al Dr. Stea… ¿saben?, desde que puso un pie en Guido atravesó la galería de la casa Madrid, y se aquerenció en la cocina decía mi tío Rogelio Madrid cuando recordaba esos años, aquí compartió junto a los Madrid, charlas, sueños, bromas, baraja. Aquí al calor del fogón levo una amistad que duro por siempre. “Por que los verdaderos amigos no necesitan verse todos los días”, decía mi padre, era suficiente encontrarse a la pasada por Dolores, en una consulta después de una tragantona que mando a mi hermano a la cama, en la casa de los Gascue, allí estuvo el Dr. Stea, atendiendo al pacientito y recordando esos años en Belgrano 356.

Aquí les dejo esta foto, tomada en los primeros años cuando Francisco Stea (Pancho, el Negro) llego a General Guido siguiendo los consejos de Esculapio (dios de la medicina para los romanos, para los Griegos, Asclepio)
… “Piénsalo bien mientras estás a tiempo. Pero sé indiferente a la fortuna, a los placeres, a la ingratitud; si sabiendo que te verás muchas veces solo entre fieras humanas, tienes el alma lo bastante estoica para satisfacerse con el deber cumplido; si te juzgas suficientemente pagado con la dicha de una madre que acaba de dar a luz, con una cara que sonríe porque el dolor se ha aliviado, con la paz de un moribundo al que acompañas hasta el final; si ansías conocer al hombre y penetrar en la trágica grandeza de su destino, entonces hazte médico, hijo mío”
Y fue así, llegó Médico, y para todos fue el Doctor Stea, el Médico del pueblo, y saben a partir de ahora cuando llegue a Guido en la parcela N° 1 de la manzana 25 , en el pino que se encuentra detrás de la ermita de Ceferino Namuncurá he de ver El Caduceo de Esculapio, La vara de ciprés, la fortaleza y la solidez ética en la que se debe apoyar el médico que es a la vez un instrumento de unión entre el cielo y la tierra y la serpiente, que representa el misterio de la vida y de la muerte, en suma la sabiduría, la prudencia y la prevención, tres atributos de un buen médico. Este es el verdadero símbolo de la medicina, no el que estamos acostumbrados a ver en la actualidad, la vara alada en la que se enroscan dos serpientes, ese es “el caduceo de Hermes” dios de los viajeros, comerciantes, ladrones, oradores, escritores, protector de la fecundidad y del trato social; mensajero entre los dioses, conductor de las almas de los muertos al inframundo y hacedor de las conexiones entre ambos mundos.
Entonces a partir de ahora, cuando mire el pino de la entrada a nuestro pueblo, veré El Caduceo de Esculapio y recordaré al medico, que conocí hace tantos años, que como la inmensa mayoría de los Médicos de este país no trabajo como Médico, fue un médico cumpliendo su vocación con todas las implicancias y obligaciones que el ejercicio de la profesión conlleva. Mi recuerdo para el Doctor Francisco Stea.

viernes, 24 de agosto de 2007

...sólo las mujeres recordamos pequeñeces

Anoche, mientras leía a Maria Guebara en La Matera , y veía las fotos de la Casa que alberga al Museo Municipal, pensaba que en todas las familias siempre hay alguna mujer que se pone al hombro la memoria familiar, los dichos, las anécdotas, los refranes, las canciones, los remedios caseros, los dolores, las confusiones, los arrepentimientos, las cobardías, los disgustos, los sonrojos, la vergüenza, las bienaventuranzas, los triunfos… en fin, sólo las mujeres recordamos esas pequeñeces, para nosotras el espacio es detalle, no dejamos de lado ni el rechinar de una puerta, ni el color de una pared, ni el perfume del viento. Nos apegamos a lo efímero y a fuerza de repetirlo, lo volvemos perdurable. Recordar es siempre volver a casa, es descubrir la pilastra vital que nos sostiene.

Y ahora, otra de mis muchas pequeñeces.

“los bencejos se han ido de un día para otro, es señal de que se acerca por aquí el invierno” me escribe mi hermano desde España, y yo pienso en las primeras golondrinas e irremediablemente viajo a General Guido.
( Autor de esta maravillosa foto: Alejandro Daniel Sanchez, Cisnes de cuello negro en la laguna Kakel Huincul, Maipú, Bs. As., Argentina. Lo que vuela atrás es una golondrina)

Guido era entonces, la bicicleta, la libertad, la puerta sin llave, la laguna cubierta de juntos, poblada de gallaretas y patos, rodeada de duraznillos; los malvones asomando en los macetones derramando colorido y la plaza, la gente, los afectos.
Marilu, lavaba en la pileta del patio, cuando nos vio llegar, esa primavera de la década del 60, era 24 de septiembre, el día de Nuestra Señora de la Merced y llegábamos con mi tía Maria, solo, para “abrazar a Marilu”.
Por la tardecita llegó a la casa Gascue, Don Abel Cepeda, despues de los saludos de rigor dijo:
- ya llegaron las golondrinas desde “San Juan Capistrano” ... ¿Las viste vos, nena?, pregunto.
- no respondí, tímida.
- Mañana cuando caiga la tarde, cruzate a la plaza y mira el cielo, y las vas a ver, después vas y le contás a tu padre… y decile, que dije yo, Cepeda, que te cuente, si es que él sabe, dónde queda el campanario de Capistrano, aunque yo creo que tu padre, nena, no sabe nada…
Yo lo mire con bronca, y tía María me dijo al oído te esta haciendo una broma, Abelito es un amigo, pero yo estaba muy resentida, así que me aluné, y salí al patio a refrescar mi sonrojo, a rumiar mi rabia.
Al día siguiente regresábamos con María de visitar a tía Rosa Brigñole de Madrid (la abuela de Pepe Seresini) cuando vimos las primeras golondrinas, y cruzamos a la plaza, los rosales sahumaban el aire, y Maria empezó a canturrear, Criollita de mi pueblo / pebeta de mi barrio /la golondrina un día su vuelo detendrá /no habrá nube en sus ojos /de vagas lejanías /y en tus brazos amantes /su nido construirá… ¡cantaba lindo María!
Cuando volvimos a Banfield lo primero que hice fue darle a mi padre el mensaje:
-dijo Cepeda que si sabes, me digas dónde está el campanario de Capistrano… él dice que vos no sabes nada, yo me enoje mucho, no le voy a hablar nunca más.
Entonces Madrid se rió chiquito y moviendo la cabeza dijo: "El Loco Cepeda", ¡es más que un amigo! Y me contó que San Juan de Capistrano quedaba en California Estados Unidos, sobre la costa del océano pacifico. Cada año las golondrinas regresaban a sus nidos, el 19 de Marzo día de San José, “llegan al campanario de la Misión y las campanas se echan a volar para celebrarlo” y el día del santo patrono de la misión, el 25 de octubre, comienzan el regreso, pero Cepeda no sabe, él está convencido que las golondrinas que ve en el cielo de Guido desde septiembre son las de Capistrano.
Yo lo mire fascinada, orgullosamente fascinada… entonces Madrid viejo, en tono cómplice agregó, dejemos que crea que son las de Capistrano y salio al jardín silbando… Golondrinas de un solo verano /con ansias constantes de cielos lejanos /Alma criolla, errante y viajera / querer detenerla es una quimera. ¡Silbaba lindo Madrid!
Nunca olvide ese día, pasaron los años, me fui amigando con Don Abel y siempre que nos encontrábamos entre otras cosas hablábamos de las golondrinas y de Capistrano.
En febrero de 1990, estando en Guido, en la cocina de casa, conversando con Don Abel Cepeda, recordé esta anécdota, entonces Don Abel, se rió chiquito y moviendo la cabeza me dijo: El Negro Madrid, tu padre, ¡Que amigo! ... Después, fue el silencio.

Buscaba una foto donde estuvieran juntos mi padre y Don Abel, encontré esta, año 1978 Reunión de Ex Residentes. Don Abel, micrófono en mano, mi padre brazos curzados, como apretando ese corazón que latía desbocado...
Les cuento que mientras escribo Gardel está cantando, desde un CD, impecable… "Golondrinas con fiebre en las alas /peregrinas borrachas de emoción /Siempre sueña con otros caminos/ la brújula loca de tu corazón...
¡Madrid tenía razón, Gardel cada día canta mejor!

Ahora, a esperar las primeras golondrinas.

jueves, 16 de agosto de 2007

Nuestra Señora de la Merced, Patrona de Nuestro Pueblo

Encontré esta estampita, muy antigua, por cierto, y recordando aquello de "las estampitas no se rompen, ni se tiran", aquí se las dejo. Es probable que no la reconozcan por que estamos acostumbrados a verla “Generala del Ejército”, pero es ella "Nuestra Patrona".
Esta estampita, contaba mi tía, había pertenecido a su abuela materna Damiana Cabello de Algañaraz, que vivió y murió en General Guido, la estampita ha acompañado a nuestra familia desde entonces.
El 24 de septiembre, como lo hacen en España, en Italia, en Francia, en Perú, en República Dominicana y en tantos otros lugares de América latina. En General Guido, también festejamos a Nuestra Señora de la Merced. Este 24 de septiembre les propongo sacar muchas fotos y subirlas a los blogs, que ahora sí tenemos, para compartir con otros "Mercedarios" y agradecer así las gracias recibidas.
Mientras tanto recordemos que:
En los últimos siglos de la Edad Media, parte de España estaba en poder de los árabes. En el Mediterráneo, los corsarios atacaban a los barcos que desembarcaban en las costas y se llevaban cautivos a muchos. La esclavitud era entonces, una calamidad terrible de la humanidad. De cuando en cuando surgían almas generosas y se ponían a actuar. San Pedro Nolasco, de Barcelona, llamado el Cónsul de la Libertad. Fue una de esas almas, Rogaba insistentemente a la Virgen María y se preguntaba cómo poner remedio a tan triste situación. Vendió cuanto tenía y empezó la compra y rescate de cautivos. La noche del 10 de agosto de 1218, estando Nolasco en oración, se le apareció la Virgen María, le animó en sus intentos y le transmitió el mandato de fundar la Orden Religiosa de la Merced para redención de cautivos. Pocos días después, Nolasco, ayudado por D. Jaime el Conquistador y el consejero real San Raimundo de Peñafort, cumplía el mandato. Los mercedarios se comprometían con un cuarto voto: quedarse como rehenes, si fuera necesario, para liberar a otros más débiles en la fe. De este modo, a través de los miembros de la Nueva Orden, la Virgen María, Madre y Corredentora, Medianera de todas las gracias, aliviaría a sus hijos cautivos y daría la merced de su favor. La Virgen María será invocada desde ahora en la advocación de la Merced, Santa María de las Mercedes, indicando así la abundancia incontable de sus gracias. Bajo la protección de la Virgen de la Merced, los frailes mercedarios realizaron una labor ingente. Ingentes fueron también los sufrimientos de San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato y San Pedro Armengol. Y no faltaron mártires como San Serapio, San Pedro Pascual y otros muchos. El culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia, a partir del siglo XIII. El año 1265 aparecieron las primeras monjas mercedarias. Los mercedarios estuvieron entre los primeros misioneros de América. Barcelona se gloria de haber sido escogida por la Virgen de la Merced como lugar de su aparición y la tiene por celestial patrona. "¡Princesa de Barcelona, protege nuestra ciudad!".
La devoción a Nuestra Señora de la Merced es una de las más antiguas en nuestro país. Con Pedro de Mendoza llegaron los primeros mercedarios. También lo hicieron acompañando a la corriente colonizadora que ingresó por el norte. Tucumán, fue fundada por don Diego de Villarroel en 1565, pero el día de Nuestra Señora de las Mercedes de 1685 fue trasladada al sitio actual. Por los muchos favores que la Virgen de las Mercedes dispensó a los tucumanos, el Cabildo en 1687 la nombró Patrona y Abogada de la ciudad. A ella le acreditan la victoria argentina en la batalla de Tucumán del 24 de septiembre de 1812. En ella se decidió la suerte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los españoles eran unos tres mil y los argentinos apenas mil ochocientos., el general Belgrano, puso su confianza en Dios y en Nuestra Señora de las Mercedes, a quien eligió por Patrona de su Ejército.
El 24 de septiembre de 1812, El ejército argentino obtuvo la victoria. En el parte que transmitió al Gobierno, Belgrano hizo resaltar que la victoria se obtuvo el día de Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuya protección se habían puesto las tropas. El parte dice textualmente: 'La patria puede gloriarse de la completa victoria que han tenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos ". El general Belgrano puso en manos de la imagen de la Virgen su bastón de mando. La entrega se efectuó durante una solemne procesión con todo el ejército, que terminó en el Campo de las Carreras, donde se había librado la batalla. Las religiosas de Buenos Aires, al tener conocimiento de estos actos de devoción, remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de la Virgen de la Merced para que los distribuyera a las tropas. Antes de partir rumbo a Salta, el batallón de Tucumán se congregó frente al atrio del templo de Merced, donde fueron entregados los escapularios, Tanto los jefes como oficiales y tropas los colocaron sobre sus uniformes. El 20 de febrero de 1813 los argentinos que buscaban su independencia se enfrentaron nuevamente con los españoles en Salta. Antes de entrar en combate, Belgrano recordó a sus tropas el poder y valimiento de María Santísima y les exhortó a poner en Ella su confianza. De las cinco banderas que cayeron en poder de Belgrano, una la destinó a la Virgen de las Mercedes de Tucumán, dos a la Virgen de Luján y dos a la Catedral de Buenos Aires. A partir del año 1812, el culto a Nuestra Señora de las Mercedes adquiere una gran solemnidad y popularidad. En 1813, el Cabildo de Tucumán pide al gobierno eclesiástico la declaración del vice patronato de Ntra. Sra. de las Mercedes "que se venera en la Iglesia de su religión" y ordena de su parte que los poderes públicos celebren anualmente su fiesta el 24 de septiembre. El 4 de septiembre de 1813 la Autoridad Eclesiástica, por Decreto especial, declara festivo en homenaje de la Virgen el 24 de septiembre. La imagen de Nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán fue coronada solemnemente, en nombre del Papa San Pio X, en 1912, al cumplirse el centenario de la batalla y victoria de Tucumán. Siempre es bueno refrescar la memoria.

Allí tenemos Nuestra Iglesia remozada, ¡gracias! al Padre Manolo Castiñeira y a todos los feligreses que colaboran, para que ese edificio que sufrió allá por 1918 la caida de la torre del campanario, que fuera restaurada con la colaboracion del pueblo todo hacia 1920, que asistio silente a los cambios impuestos en la década del 60, nos cobije hoy como ayer bajo la dulce mirada de nuestra Madre amantisima.
¡Gracias! como decían las abuelas a Nuestra Señora por las innumerables Mercedes… “Virgen y Madre, consuelo nuestro, gracias por iluminar siempre nuestro camino”

domingo, 12 de agosto de 2007

…quizá hubiese sido más conveniente un frasco agua colonia

Hoy es el cumple de Marilu, la saludé, el viernes, anticipadamente, hablamos un rato, y moqueamos otro poco. Tengo montones de anécdotas con Marilú, desde la primera vez que llegué a Guido, la noche del velatorio de tía Leliz Seresini de Madrid, quedamos atrapadas en la urdimbre que tejían los viejos, desde esa noche, que se convirtió en mi atenta niñera, hasta hoy, el tejido continúa creciendo. Todo comienza con un… ¿Recordás Mary? Y la retahíla (diría María Madrid, que gustaba de coleccionar palabras difíciles) de sucesos, que nos tuvieron por protagonistas aparecen… aquella siesta tan larga como llorada sobre finales de los sesenta, y el accidentado viaje de Tandil a Guido para unos carnavales, y la charlas en las noches estrelladas en Gaucho Nuevo Tortugas, Santa Fe. Yo no me olvido ¡Cómo habría de hacerlo, esa larga caminata a campo traviesa de Guido a la Posta, por no haberle cargado combustible a la chata!... Y el picnic de lunes, a orillas del río, en Quilmes y por la noche, el fresco de la pista de hielo de Holidays on Ice, en el Luna Park y con tío Mochi de escolta. O cuando, como recordé días pasados, “Os nenos da terra” entraron al Cultura al son de una muñeira… No hay para nosotras distancia, los hilos de la urdimbre que nos mantienen unidas son elásticos, se estiran, se alargan, se ensanchan pero no se rasgan, no se cortan.
Los hilos de la urdimbre… ese es el secreto de nuestro telar.

El viernes cuando hablamos por teléfono, me preguntaste que dirían los Madrices si “se anoticiaran”, de tus funciones en el Museo, yo estoy en condiciones de asegurarte, que Mochí se asombraría, como el día que te vio usar la máquina de escribir… Loro y María te pondrían al tanto de todas las dificultades con las que vas a tropezar… y Madrid viejo te diría “Adelante, sobrina, usted puede, no se deje vencer por nada, “entable y eche por delante”. No es poca cosa la tarea que le han encomendado, pero va a poder, por que no esta sola, y ¿sabe?, ya mismo vamos a ¡Brindar¡ como lo dijo el poeta español Miguel Hernández “por lo que se pierde y se encuentra, la libertad, las cadenas, la alegría y este cariño oculto que nos arrastra a buscarnos a través de toda la tierra” por que todos estamos con usted, ¡Felicitaciones Sobrina!.
Eso te diría Madrid, sin lugar a dudas y, yo que puedo agregar, vos sabes, que contás conmigo siempre.
Bueno ahora enjugadas las lágrimas volvemos al anecdotario, la lista es extensa, pero hay una anécdota, que me consta, a vos, te gusta recordar, yo no participe, pero estaba en casa, cuando regresaron aquella tardecita vos, mi papá, y tía Maria. Hoy la cuento, la subo a La Gallineta, y, la suelto en Guido.

… Muy enojada, María Madrid cruzó la galería y entró en la cocina de Belgrano 356 de General Guido aquella tarde sentenciando ¡con ustedes dos, no vuelvo a casa de Avelina nunca más, me escucharon, Nunca Más! … y ellos obedientemente la seguían, víctimas de un ataque de risa, incontrolable, y como el ambiente no era el adecuado siguieron al patio y soltaron las risas contenidas.
Resulta que cada vez que los Madrid pasaban por Guido. María llevaba un presente para Avelina Eyharchet.
- Para la buena amiga Avelina, decía tía María. Ni te imaginás, nenita, me participaba Maria lo que me acompaño “esta mujer” en aquellos años difíciles, es tan buena amiga…
-¡Escribió Ave!, dice que me quede tranquila, que pasó por el cementerio y llevó las florcitas que le encargue, comentaba Maria Madrid volviendo a ensobrar la carta en la que Avelina la imponía de las últimas noticias de Guido, la llegada de los misioneros, lo linda que habían resultado las Kermeses, que había quedado cesante a Landi… Ave noticiosa, Avelina servicial, Ave buena amiga, siempre Ave, por eso cuando salían para Guido, María, llevaba un obsequio para la querida y servicial Avelina, una crema para manos, un lápiz labial, una polvera “Coty”, aunque, Avelina reconocía en rueda de mate, “que polvos, eran los de antes” tía María le obsequiaba “Angel Face, o Coty” y Avelina, retribuía, una y otra vez la atención, con un “ para que tanta molestia querida amiga”.
Pero el año de los sucesos que les cuento, María, o la Negra Madrid, como todos la conocían en Guido, no había llevado nada para Avelina, entonces, decidió comprar un postre tipo Balcarce, con mucha crema, y cuando la siesta concluía, se dispuso a cumplir con la buena amiga. Marilu y mi papá se agregaron a último momento. Cuando salieron María, conociendo los bueyes con que se desplazaba, exigió que guardaran la compostura, mi padre siempre fue muy tentado y con Marilu cerca, el protocolo corría severo riesgo de ser trasgredido. No se equivocaba tía Maria.
Cruzaron la calle y llamaron a la puerta, y cuando ésta se abrió, todo, todo, quedó librado al poder de concentración de ambos acompañantes para esquivar la mirada del otro.
Avelina por entonces tenía una inquilina, una señora, que igual que nuestra querida Ave, sentía fuerte simpatía por los felinos que abundaban en la casa. Avelina parsimoniosa agradecía, a tía María, como era su costumbre, la atención, esta vez, el postre, Mientras los gatos maullando, las colas como totoras, se iban sumando al recibimiento, restregando sus pelambres por las piernas de los recién llegados, y relamiéndose. Los Gatitos fueron ganando altura, sobre los escasos muebles de la sala, sin perder de vista el postre, que Ave había depositado delicadamente sobre la mesa. Fue en ese preciso instante cuando Marilu y mi padre cruzaron las miradas, y tía María sintió un estremecimiento ¡era el fin de la concentración!, para colmo, la inquilina /amiga de Avelina tomando del brazo a mi padre que ya daba muestras de los cosquilleos previos a la estampida de la risa, lo condujo a otra habitación, para descubrirle “su reservado”, un gato, Persa según ella, una bola de pelo inerte, recordaría mi padre, la cola que parecía un plumero, olvidado sobre la cama y con esa mirada amenazadora que otorga la momificación.
- tóquelo decía la Señora, palpe la suavidad de este pelo, parece seda Sr. Madrid. - tóquelo, tóquelo, insistía…observé usted, lo abundante y lo largo de este pelaje.
- son animalitos tan cariñosos, tóquelo, tóquelo insistía.
Madrid dirigió una mirada cómplice a Marilu que observaba la escena, apoyada en el vano de la puerta…y dijo ¡una preciosidad!, solo le falta maullar, y la compostura los abandonó por completo, estalló por el aire, y empezaron a reírse, a toser, a lagrimear sin parar.
Avelina siempre tan atenta preguntaba con voz grave
-¿que te pasa Marilus, estas resfriada, Marilus?.
Más bien parece una alergia terció tía María para romper el clima y los fulminó con la mirada, pero ellos, coautores responsables, seguían, insensibles al mal momento que estaba pasando tía María.
- Es que estos cambios Negrita, continuaba, Avelina, son “displacenteros”, Ave también hacia uso de palabras difíciles, “tardes calientes, noches frías” no son buenas para la salud, tenés que cuidarte Marilus recomendaba la buena de Ave.
María los censuraba con la mirada, pero ellos seguían, pañuelo en mano, atajando los lagrimones, por que de risa, también se llora.
Madrid viejo, intentaba ocultar la contracción carraspeando, y comentando con total impunidad
- fíjese usted, los gatos nos vienen acompañando a lo largo de la historia, grandes escritores, poetas, reyes han convivido con estos fieles amigos. Los egipcios los momificaban y los llevaban con ellos a su última morada y haciendo una pausa agregó sin necesidad y sin culpa ¿Cómo se llamaba el gatito? y con el rabillo del ojo le dedico otra mirada a sus acompañantes… mientras, Marilu, se secaba las lágrimas y apretaba esfínteres, la tertulia llegaba a su fin, no hubo tiempo de seguir la conversación, tía María resolvió dar por terminada la visita. Se despidieron con la recomendación de Avelina para Marilú ¡cuidate Marilus! y cruzaron a paso firme guiados por tía Maria hacia el 356 de la calle Belgrano.
Ya en casa, María visiblemente molesta interrogaba a mi padre, más bien lo sermoneaba.
- ¿Qué te podía causar tanta gracia, Madrid?,¡ son un hombre grande, Caracho!, ella, refriéndose a Marilu, vaya y pase… pero vos, hermano…
Y fue entonces cuando Madrid quitándose los anteojos, pasando el pañuelo para recoger esas lágrimas que se desbordan dijo, casi murmurando, como cuando era chico y hacia una travesura… diablón y estrellero como entonces, entre el cantarilleo de las carcajadas, justificó tanta hilaridad… con un: ¡Una preciosidad El reservado!, y agrego, “ al ver esos animalitos encaramados en los muebles no pudimos, acá con mi compañera, señalando a Marilu, renovando la complicidad, dejar de imaginarlos zambullidos sobre el postre, los bigotes despareciendo en la crema, y esas lenguas ásperas lamiendo hasta desgarrar la fuente de cartón y entonces nos miramos y al unísono, pensamos que no fue buena idea esto de llevar el Balcarce quizá hubiese sido más conveniente un frasco agua colonia”
Y como fuegos artificiales explotaron las risas que esta vez alcanzaron a tía María. Y que aún hoy si afinamos el oído reverberan en Belgrano 356 de General Guido.

¡Feliz Cumple Marilu! Este fue mi regalo, espero haberlo contado sin descuidar detalle, como a vos te gusta…

viernes, 10 de agosto de 2007

¡Gracias Amigos!

Definitivamente hoy me siento mejor que ayer, y seguramente mañana será, aún, mejor ¡no destruí la mariposa! Y fue bueno saberlo. ¡Gracias a Miguel Capitán, a José Guebara! que se animaron y me escribieron, Gracias, a los que todavía no lo hacen, pero muy pronto lo van a hacer. Se ha roto el "impasse", que me paralizó, que me impidió, que me rechazó, que me resistió sin conocerme. Aquí estoy, cuentan conmigo... sigamos buscando lo que nos une, antes de hacer foco en las diferencias...

miércoles, 8 de agosto de 2007

"El ruido de un trueno"

es un cuento de ciencia ficción, escrito por Ray Bradbury. Relata el viaje de dos cazadores al pasado, en ese viaje a través del tiempo, llegan a la prehistoria, donde sin advertirlo matan una mariposa. Cuando regresan al presente se encuentran que nada es como ellos lo conocían, nada reconocen, es otro lugar, totalmente diferente. Sin embargo, todo demuestra que están en el punto desde donde partieron ¿Qué ocurrió entonces? … ¡Sí!, acertaron, la muerte del pequeño insecto es la causa que ha provocado el desenlace impensado.
Años más tarde, de que Bradbury escribiera este cuento, un meteorólogo, inglés, llamado Lorenz, motivado por las alteraciones climáticas (ya habían comenzado los problemas) como otros científicos de la década del 60, se abocó a la tarea de estudiar el fenómeno utilizando el sistema de ecuaciones diferenciales, y obtuvo una figura conocida como “Atractor de Lorenz”, similar a una mariposa, ¿me siguen?... parece que estaba apurado Mr. Lorenz y para ahorrar tiempo, quitó tres decimales de los seis que debía utilizar al ingresar los datos a la computadora, ¡síííí!, ya había computadoras y cuando menos lo esperaba apareció el caos… es muy complejo, el asunto , así que lo dejamos acá, así comienza la teoría del caos, o el famoso “El efecto mariposa”

¿Por qué les cuento esto?, Por que “alguien” me hizo llegar vía e-mail, esto tan lindo, que quiero compartir con ustedes "Efecto Mariposa"

“Algo tan insignificante como el aleteo de una mariposa puede desencadenar un huracán en el otro extremo del mundo”
...tú que estas ahí, leyendo esto Trata de recordar acontecimientos importantes de tu vida, e imagina cómo sería si hubieses actuado diferente en esas situaciones, si otras personas a las que conoces hubiesen hecho esto mismo. Imagina tu vida tomando rumbos diferentes... Imagina cómo sería el mundo de bello, si millones de personas, muchos años atrás hubiesen actuado de otra manera. Pero sobre todo, trata de imaginar cómo serán las cosas dentro de algún tiempo si no empezamos a actuar de forma muy diferente a cómo lo hacemos, desde ya mismo.

Y de verdad quieren saber ¿por qué recordé a Bradbury, cuando encontré “La Mariposa” en mi correo? Porqué cada vez que abro la casilla y no encuentro Noticias de Guido, como pasó hoy, pienso, mientras releo el mensaje, que tal vez, en mi recorrida por el pasado, he cometido el error de los cazadores del cuento, ¿quién sabe?, acaso, sin querer, maté la mariposa y por eso, a pesar de estar en el mismo lugar, todo, hoy parece tan distinto.

Pero bueno... sigo en el camino, al trotecito nomás, porque como decían los viejos “más vale trote que dure, que galope que canse”

viernes, 3 de agosto de 2007

¡Que las hay...las hay!

Es cierto, no existen "las casualidades", pero que las hay… las hay. Hoy como todos los días me acomodo frente a la compu., abro mi correo, paso por La Gallineta y vuelvo a lo mío... ¿lo mío?, Bueno sí, revisar papeles, mirar fotos, hacer memoria, en estos últimos meses se ha vuelto "lo mío", en eso estaba, cuando vaya una a saber por qué, escribo en el buscador Vivir en Guido, y voy en busca de mi taza de té, cuando regreso, en la pantalla había una foto de la plaza, ¡estaba en Guido! No lo podía creer, fui y vine con el cursor, cliquee en entradas antiguas y seguí encontrando sorpresas ¡el blog de la Escuela de Fútbol Infantil Héctor Barragán!, y rápidamente les deje a ambos mi comentario ¡Los encontré! Dije: como si los estuviera librando, en un juego de escondidas. Estoy tan contenta que ya le envié mail a Vivir en Guido a efihb, sólo un comentario, no aparece en la página el correo electrónico, o yo (chambona vieja, “vieja chambona”¡¡Jamás!!) no se buscar, a ambos, los incluí en nuestra lista para que los lean.
¿Por qué no se contactaron conmigo?, ¿Por qué, Juliana Martinez, no me dijiste que los chicos tenían este sitio? ¿Por qué?… Ya no importa, estamos en contacto y esto es lo que vale. Y estoy segura que hay más jugando a las escondidas, será cuestión de volver al buscador… pero será mañana, hoy comienza el apertura Banfield juega con Estudiantes, yo vivo a 150 metros del remodelado Florencio Sola, el estadio, la cancha, el campo, las instalaciones del Taladro y tengo que salir a hacer unas compritas para la cena, antes de que comiencen a llegar los pincha.

Chaucito y no se olviden que los voy a estar esperando.

jueves, 2 de agosto de 2007

¡Hola, Buen día Gral.Guido!

“Hay mañanas en que uno abre la ventana y tiene la impresión de que el día lo está esperando” escribió Baudelaire.
...y así fue, abrí la ventana de mi correo bien tempranito… y como era predecible, María Guebara, había respondió a mi llamado y corregido la dirección del correo electrónico de la Muni, ahora sí, ha llegado nuestra invitación.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Respondiendo a la convocatoria

En el día de hoy envío a la Dirección de Cultura de Guido esta nota, invitándolos a participar en nuestro espacio pero el e-mail ha sido devuelto por error en la dirección, por favor confirmarme: subcom@guido.com.ar
A la Dirección de Cultura de la Municipalidad de General Guido.
Cc: Sra.Marina Arcurio; Sra. Mabel Heredia; Sr. Cristian Arias

En respuesta a la convocatoria publicada en Semana Maipuense On Line el día, domingo 29 de julio próximo pasado reitero el ofrecimiento que vengo realizando desde comienzos de 2006 cuando animada por las charlas que con Edgardo Gascue teníamos en la cocina de nuestra casa, con mas coraje que conocimiento y con la ayuda de http://blogger.com/ subí a Internet los relatos y los versos que, sin las reglas del arte pero con el corazón en Guido, mi padre Leonardo Madrid nos había dejado. Varios días después, con resultados, me anime un poquito más y abrí La Gallineta, lo visualice como un almacén de ramos generales, donde proveernos de memoria y comencé a esperar… y llegó María Guebara… y ya no me sentí tan sola, pero no deje de esperar, el que queda siempre espera.

No soy de Guido es cierto, pero me pertenece, me fue legado es El pueblo que heredé.
No soy de Guido, es cierto, en Guido solo esperan mis muertos, la sucesión de la casa a la que desde hace dieciocho años no dejo de pagarle los impuestos y el agua, donde actualmente viven, la buena y querida amiga de los Madrid Zaira Cortes y mi prima, Marilu una hermana. En Guido se mantienen los amigos alcanzados por la transmisión, quizás por esa condición de transmitidos, ellos no me consideren una amiga, pero yo no los olvido. También aguarda el Centro Recreativo Cultura del que presumo ser socia a pesar de adeudarles las cuotas sociales… y la Plaza y la Iglesia y la Escuela, donde mi padre alcanzó “solo 4to grado”, y la Laguna y los atardeceres plagados de sombras.

El 20 de enero de 2006 en una carta enviada a Semana Maipuense (nunca publicada, quizás se extravió) reflexionando sobre un pedido de informe de 2005 donde se hacia hincapié sobre lo innecesario de un Museo frente a otras urgencias, dije: …Ese museo resistido y criticado hoy, mañana será el lugar de encuentro para ejercitar la memoria colectiva y cuando revisamos la historia podemos ver con claridad que el futuro esta en nosotros. Hoy el museo es una realidad ¡Felicitaciones!
La historia oral se pierde cuando no se dice, cuando no se habla, cuando no se cuenta, cuando no se escucha. A veces, muchas veces los recuerdos duelen, abren viejas y olvidadas heridas… pero la distancia nos da otra perspectiva, disipa, restaura, encuentra y salva.

Si algo de lo publicado en La Gallineta les resulta útil, solo tienen que pedírmelo, nada más. Cuando reciban este mensaje se habrá habilitado en el blog un espacio para ser utilizado por ustedes, los espero.
Atentamente
L.M
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).