El Retobao
¡Estaba malo aquella tarde Margarito Pampin! Mate va, mate viene, aprovechaba cuando era la toca del otro -Alipio Montoso- para seguir contando con gesto arrollador: _¡El se cree que por que ej’ el patrón, puede andar basureando! ¿Y uno ej’ un hombre, canejo! ¿Ej’ un hombre o no es un hombre, uno! ¿Ej’ un hombre! ¿Tonce? Jué lo que yo pensé cuando me mandó, ya anochecido, arreglar la rienda e’ la portera. “¡Cómo – me dije pa’ mí - a estaj’hora arreglar la rienda e’la portera! ¿No jué güeno e’acordarse más temprano, con el sol alto?” Y, a más, ¿vos te crees que por acaso me dijo: - “Che Margarito ¿serías deseoso e ‘ir a arreglar la rienda e’ la portera?” ¿No señor! Me da un alambre e’fardo y agarra y me dice, dijo - que yo entuavía pensé pa’ mí: - “¿Cómo? ¡Tonce ya no hay un rispeto pal semejante!” – dijo, me dice:- “¡Tomá este alambre y andá arreglar la rienda e’ la portera que la vide cáida. ¡Movéte, abriboca!”
¡¡Lo que lo oí decir “abriboca”, mira, casi echo mano a la cintura!! Ya había dado el paso atraj’ y todo. Pero dispue, pensé entre mi: -“Desgraciarme por una zoncera, andar a monte, peliar con la gendarmería…” ¿Jué eso que me contuvo! Pero él algo me aberá notado en la mirada, por que agarra y lo que vio que yo tardaba en dir me dijo, dice - “¿Me oiste bobeta? ¡Ya tendería que estar arreglada la rienda e’la portera! ¿Qué estáj esperando? ¿Qué te curta a lazo?” ¡¡Y ahí jué- ¡ves? Ahí jué donde yo me encocore!! ¡ ¡Cómo “curta a lazo”!-pensé pa mi- ¿entoncé quiere decir que en el mundo ejtamo? Persona por persona uno ej tanto como cualesquiera.
En ese momento yega el capatá a decirle que había encontrado la garrapata en la majada y que el carnero australiano se había medio como desortijao, un poco bastante. ¡¡Malo se puso aquel hombre entoncé!! ¡Un Basilisco! Que yo entuavía pensé pa mi: - Ya te vaj arrepentir si con este entripado de áura me seguis destratando trompeta! ¡Yo te viá’enseñar, cabeza de’chanco!, pensé pa mí. Y lo mire, mirá, como para rejundirlo. Decí que él en ese momento taba mirando al capatá y no me véia. ¡Que si me ve, si’arma! Pero un de repente se da guelta- que era lo que yo esperaba, te juro que lo taba esperando. No vea máj’esta luz y me dijo, dice a los gritos- “Si de aquindiej minuto por reló no ejta arreglada la rienda e’la portera, vaj a recibir tanto sogazo que te van a tener que salar!”
Y entonces, Alipio Montoso, mientras le alcanza el mate, le preguntó a Margarito:
- ¿y vos que’hiciste?
¡ y jui, nomás a arreglar la rienda e’la portera! Pero yo lo que quería eran las cosas claras ¿me entendes? A mí, yo, mirá, con las gueltas no la voy. Yo, a mí, al pan, pan al vino, vino…"
Cuentos del Viejo Varela C.y R.Nalé Editores Buenos Aires 1953. Aquí se los dejo para que lo compartan con sus mayores… y cualquier parecido… aún hoy, es pura coincidencia.