viernes, 26 de octubre de 2007

Jeppenner, allá lejos y hace tanto tiempo

Esta foto sube a la Gallineta con la misión de regresar con noticias, es cierto muchos de los que están aquí ya no están, ¿no están?, yo creo que siguen aquí, en la memoria del corazón, esa que surge cuando el viento nos trae los perfumes de antiguos rosales, de centenarios paraísos, esa que se escucha por las siestas cuando cantan las chicharras, que huele a fresco de patio recién regado. La memoria del corazón, la que sabe que un día volvemos a buscarnos... "la que elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos" dice Gabriel Garcia Marquez.
Aqui estamos , suspendidos en este pedacito de tiempo Madrices y Algañaraces o viceversa, dijo "Posidonio Leanez” Jeppener Dic/ 1953 Doña Lucía Madrid de Algañaraz rodeada de sus hijos, nueras, nietos, sobrinos y sobrinos nietos festejaba su cumpleaños.
Ahí estamos Tuly, Myrtha y yo Lagesio en brazos de mi mamá…¿ mi hermano? - No se anunciaba aún. Estamos los Madrid Algañaraz Tía María, los tíos Loro, Mochi y mi Papá, empuñando “el cabo blanco”, una historia aparte… ¿Estaría encargado del asado o comiendo? ¡Hincando el diente!, no cabe duda.
Por el lado de los Algañaraz Madrid puedo ver a, los tíos Perico, Quiro, Isaías y Tía Amanda… y las dos Saritas, Sarita de Ramón y Sara de Isaías. También alcanzo a ver a tío Rodolfo Castro el esposo de Amanda y por supuesto los herederos, Quique, Celia, Kuky, Guito y Chochi y acá me detengo… y comienzo a esperar, espero que cuando la Gallineta regrese me traiga noticias de esos primos “con Gen” Algañaraz que hace tanto no veo.

En las viejas y amarillentas fotos el tiempo se ha detenido y nos espera.
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).