miércoles, 24 de octubre de 2007

Volver... siempre es una fuga


Otra foto, ¡cuántos recuerdos!… los guitarrista los Hermanos Madrid, de izquierda a derecha Benjamín Emilio (Mochi), Deul Victoriano (Loro) y Leonardo Bernabé (el Negro, mi papá), el cantor Bernardo Julián Cheppi, oculta tras los anteojos oscuros Marilu Gascue y… sí, la otra soy yo. ¿Dónde? Casi con seguridad, una fiesta campera en La Plata o por allí cerca. Bernardo Cheppi el grandote, que abraza a Marilu, pinta de pilar de los Pumas diríamos hoy, pero ayer, María mi tía, veia en él “a Calfulcurá”. Esta foto y Gardel (sí, estoy escuchando a Carlitos y cada día canta mejor) cantando “Amante Corazón” me invitan a hablarles de Bernardo Cheppi…
Muchos Guidenses, lo vieron pasar por Gral. Guido… Cantó en aquella fiesta de los ex residente, acompañó a sus amigos hasta la barranca. Volvió un febrero sólo para despedirse, viajaba a radicarse en Brasil, a reencontrarse con sus hijos, sus nietos… y una primavera de 1999 allá se durmió soñando seguramente con… “noches de canto y guitarra, y recordando el pago que lo vio nacer". Dos Naciones. Prov. de Bs. As, un 18 de agosto de 1918

Desde que yo recuerdo con “Cheppi” y familia, andábamos la misma huella, con Pini y Lalo, sus hijos, compartíamos la música de los Beattles, sufríamos nuestras adolescencias en las peñas del Ceibo, las disfrutábamos en la Rural de Palermo. Hasta compartíamos a la abuela Felisa. Cuando la Plaza Dorrego no era turística, la cruzamos a los saltitos, del brazo de tía María rumbo al departamento de los Cheppi, Defensa y Humberto I.
Bernardo fue un artista, cantor, animador, gran bailarín, “hace hablar el pañuelo en los requiebros de una zamba”, decía mi padre, ¡escobillále hermano!, le gritaban los tíos cuando levantaba polvareda en las chacareras. Fue “la Solapa” para mi hija, Danii rebautizó a todos y Bernardo no quedo exento, fue “la Solapa” por un cuento que él le contaba.
El año pasado revisando unos casettes encontré su voz, cantando, como siempre, se lo entregue a Nelly, su esposa que estaba oportunamente de visita, para que se los llevara a los chicos, a Brasil. Yo tengo su voz, su tono en mi recuerdo ahora mismo miro la foto y lo oigo cantar… “Con la pollera yuta / Las trenzas largas, te vi pasar /y ahí nomás a mi zaino /en el guarda patio lo hice rayar./ Desmonté del Caballo /me puse cerca pa' mosquetear /con el alma en un hilo /mi negra linda te vi bailar...

Anécdotas !tantas!... Vacaciones en Villa Gesell en la camioneta Ika, la Estanciera de Kaiser Argentina , viajaban rumbo a “las Playas” Maria Madrid, la abuela Felisa, Pini, Lalo, Nelly y Bernardo al volante. Cuando pasaron por Guido ya era tarde, amenazaba tormenta y los caminos no eran como hoy… en Las Armas empezó a llover y cuando menos lo esperaban la camioneta se fue a la banquina. Nada, la noche y ellos… Contaba tía Maria, “veía a Bernardo todo mojado, chapoteando barro, y dando vuelta alrededor de la camioneta como resero rodeando la hacienda en pleno temporal, y cuando los “refucilos” lo alumbraban parecía el mismo Calfulcurá”. Nelly, su “amante corazón”, intentaba tranquilizarlo, “Pichi, por que no llamás al automóvil club. Corría el año 1965, imaginen ustedes…viento, agua, noche cerrada en el medio del campo, nada. Bernardo la miro furioso, se alejo tres o cuatro pasos y en el medio de la noche y bajo la cortina de agua gritó con toda sus fuerzas ¡¡¡Automóvil Club. Auxilio, Automóvil Club!!!. Casi a la madrugada llegaron unos baqueanos, nunca se supo si por que escucharon los gritos, lo cierto es que los ayudaron a salir de la zanja, y así pudieron seguir viaje en la poderosa Ika, de seis cilindros, a encontrarse con el resto de los Madrid en la naciente Villa Gesell.
Muchos años habían pasado cuando una tarde en esta misma casa, yo les mostraba a mis tíos el primer celular que había comprado, año 90, y hablaba de sus ventajas… María oportuna como siempre comenta "si Bernardo hubiera tenido este aparatito aquella noche, no se hubiera quedado disfónico por tantos días". Siempre presente, siempre formando parte del clan. Bernardo Cheppi, un amigo.
Hoy quise traer a nuestra Gallineta y dejar aquí esta foto y el recuerdo de Bernardo Cheppi, nacido en Dos Naciones, criado en Tandil Provincia de Buenos Aires. Pampa de los pies a la cabeza. Buen cantor, gran bailarín. Gran amigo de sus amigos…, la madre se llamaba Juana Arias, ustedes se preguntaran cómo es que recuerdo ese dato. Bueno ahí va la yapita… “una tarde apareció sobre la mesa, en medio del mate, la torta de manzana y los pastelitos de dulce de membrillo, el viejo padrón que los tíos conservaban y comenzó la lectura de apellidos, nombres y fechas de antiguos pobladores de "El Vecino", en un momento Bernardo interrumpe - ¿Arias, hay Arias? - Tío Loro responde, ¡hay! y da lectura: Juan 1889 y José María 1885.-¿ y quedan de esos Arias en Guido, todavía? - ¡Muchos! responden a coro los Madrid.
- "Mi madre era Arias, Juana Arias dice Bernardo sumergido en la añoranza y agrega, todo parece tan lejano y todo esta tan cerca, capaz que somos parientes…"Nunca supe si lo averiguo cuando anduvo por Gral. Guido.
Hoy siglo XXI, doy fe, sigue habiendo ¡muchos! Arias ,artistas también, ahí esta La Maga que lo confirma. Así que, quién lo sabe, quizá, tal vez, a lo mejor estaban emparentados nomás…
Les dejo las fotos, mientras, yo me quedo escuchando la zamba que Bernardo cantaba con el corazón… en la voz de Jorge Cafrune Zamba de Abril…“Medallón y rastra y un chapiao de vestía la rosa del viejo jardín/ Violin y bombo, con flauta y guitarra, los cielos me daban, las noches de abril.
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).