lunes, 8 de octubre de 2007

En tiempo de votaciones siempre " se encendien hogueras"

El original… vaya uno a saber, aquí, mi familia conservó una copia, martillada, en una vieja máquina de escribir que puede que esté aún en el pueblo, quizá, inventariada en material de rezago. ¡Que más! quisiera yo que dar el nombre del autor, sacarlo del anonimato, del seudónimo con el que firmaba, “Juan Pueblo”, pero no corresponde. Ustedes lo conocieron, doy fe. El tiempo y los dobleces a que fue sometida esta copia, hicieron que tuviera que reconstruir algunas palabras, ¡Que bueno sería encontrar el original! ¿me ayudan?... con esta copia, visiten a los mayores, a los abuelos, a los tíos… y pregúntenles si recuerdan los hechos que aquí se narran.
Lo que sigue paso en el pueblo de Gral. Guido, forma parte de la historia, los nombres han sido reemplazados para no encender nuevas hogueras ¿vio? Lleva por titulo:

El Observador (y ¡la pucha! sí que lo el autor)

Como soy muy verdadero
Y observador de este caso
Vino a Guido (Palazo)
Con sus remiendos traseros
¡San Dios!, traía cada agujero
Como tapa de hervidor
Y hoy vemos a ese Señor
Salir con la valijita
Y adentro una libretita
¡Que es un Señor Inspector!

Que me disculpen les pido
Si me llego a equivocar
Lo que voy a relatar
Este caso sucedió en
Este mi pueblo Gral. Guido
Por que hasta el tiempo es testigo
Dos hombres que eran amigos
Que pudieron ser ustedes
Que por cuentos y mujeres
Se hicieron ¡Muy enemigos!

Estos dos hombres Señores.
Eran inseparables
Y por cuentos en la calle
Estos dos hombres riñeron
Y los del pueblo dijeron:
¡Esto hace mala facha!
Y así empezaron la racha
Estos dos grandes “idealistas”
Y ahora vemos a dos Peronistas
Que están mostrando la hilacha.

De chisme y de puro cuento
En Guido estamos viviendo
Cosas que van ocurriendo
Y así surge el desconcierto
Y vemos en estos momentos
(Cardi) empleado contador
Y (Palazo) inspector
Dos empleados Peronistas
Son los dos bien enredistas
¡Sálvanos nuestro Señor!.

Decían que Doña (Chuzena)
Esa rubia “oxigenada”
Que sale pintarrajeada
Un lindo sueldo tenía
Y que esa rubia no podía
Desempeñar ese puesto
Y así empezaron por esto
A surgir esos rencores
¡Eso es Peronismo! Señores
¡Pelear por el Presupuesto!

(Palazo) esto exponía
Que (Cardi) a nadie pagaba
Y que a él nada le importaba
Si alguno se lo decía
Y (Cardi) con ironía
Se contaba tan seguro
Como que (Cardi) no es mudo
Lo desafiaba a la calle
Diciendo: ¡Usted es un miserable!
¡ So Grandísimo cornudo!

(Palazo) muy valiente
Él se las daba de guapo
Y le dieron tal sopapo
Que le voltearon un diente
¡Delante de tanta Gente!
Para colmo de males
Fue un contrario electoral…
Y perdón si se lo digo
Que a Casa de un Radical
Se fue buscando el abrigo.

Un Dentista callejero
Es un caso resonante
Un consultorio ambulante
Puso (Cardi) primero
Y aquí, en esta me refiero
De este caso sucedido
Entre dos Peronistas de Guido
Como lo vieron Ustedes
Que por cuento de Mujeres
Toda vergüenza han perdido.

¡Que buenos Peronistas!
Resultaron estos Señores
Que siembran odio y rencores
Y dicen se “Idealistas”
Yo digo son enredistas
A mi modo de entender
Lo que debieron de hacer
Tipos de chismes vividos
Es haberse ido de Guido
¡Que no los queremos ver!.

Quedan cuentas pendientes
Y se deben aclarar
Yo, se las he de cantar
Para que sepa el oyente
…Tres mil pesos por un diente
Quiere (Palazo) cobrar
¡Pero si te debes recordar!
Cuando ayer te guarecías
En aquella sastrería
De un honesto Radical.

Y fue en casa de un Radical
De vos (Palazo) tu salvación
Y es por esa razón
Que lo debes respetar
¡Cada cual con sus Ideales!
…Y nos cargaron de males
Y hoy reciben sus reveces
Piense… amigo en las veces
Que insultó a los Radicales.

¡Que se mueran los peludos!
Que no los queremos ver
Cuando te viste en apuros
Para poderte salvar…
Te me fuiste a esconder
En la cueva de un peludo
Hoy te debo recordar
Que has de tener quien te june
¡Dale las gracias a (Chunes)
Ese honesto… ¡Radical!

Juan Pueblo
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).