lunes, 21 de julio de 2008

¡Sí, que se rompa,pero que no se doble!

La frase dicha por del Senador Pichetto no aceptando el cuarto intermedio que proponía el Presidente del Senado, Vice-Presidente de la Nación el pasado día miércoles cumplió el 1 de julio, 112 años, pertenece al padre del Radicalismo, al Dr. Leandro N. Alem el mismo que le escribió a su hijo Lenadro “no antepongas nunca los intereses pequeños o personales a los altos enigmas patrióticos” ó “El deber no se cumple sino haciendo más de lo que el deber manda” Frases que mi padre subrayaba con recogimiento cuando de política se hablaba. Mientras yo retrucaba con ironía “lo que se dice un romántico Don Leandro”
Ese recuerdo fue el disparador para que acometiera la tarea de buscar entre los viejos libros que se apilan en ésta casa, uno en especial que mi padre me había “sugerido” en una polémica sobremesa cuando comenzaban los setenta… y mientras lo hacía recordé lo que había leído no hace mucho en “La Sombra del Viento” de Carlos Ruiz Zafón “Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte.”

¡Lo encontré, aquí está!, “Ley 12839 Documentos de Hióplito Yrigoyen. Apostolado Cívico.Obra de Gobierno.Defensa ante la Corte. Buenos Aires 1949”, advertí que de entre sus páginas amarillentas asomaba un pedacito de papel a modo de marca entonces, lo abrí justo allí para leer:
“Pasamos por horas de grandes conmociones y es el momento de condensar los sentimientos patrióticos para que todos los argentinos en el ideal común concurran a la definitiva reparación. Que ella rescate todo lo perdido para que la República retome decisivamente el camino hacia sus grandes destinos.
Ningún momento es tan oportuno que el que atravesamos para mirar lejos y cumplir deberes comunes y solidarios.” Hipólito Yrigoyen Mensajes De Apertura Anual Del Congreso. Exordio del mensaje del año 1919.

Rozo cada palabra “con la yema de los dedos y me quedo leyendo en silencio”
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).