domingo, 19 de octubre de 2008

Aquel Conventiyo

Conventiyo e´la gallega
vaya si está en mi recuerdo,
un cafiolo nada lerdo
se chamuyaba a la ciega.
Le choriaba la menega
con astucia, sin piedá
y así con comodidá
iba pasando sus días
oriyando fulerías
minga e´generosidá.

Una paica bien diquera,
servicial, fue la rusita
que a la calle pobrecita
se entregó un día cualquiera.
A veces en la catrera
mirando el techo pensaba
en su mamá, en un jotraba
que le cambiara la vida
pa empilcharse a la medida
de una ………. garaba.

También José el milonguero
habitó aquel conventillo
y a su piso de ladriyo
lo gastó su andar ligero.
Con su porte arrabalero
y berretín de bacán
hacía posta en el zaguán
mientras que la gilería
le junaba la baquía
en los pasos del gotán.

Un tano con su acordeón
con rango de “conchertista”
batía que era un artista
con carpeta en el Colón.
Nunca faltaba un gavión
que le hacía humo la “nena”,
él se lastraba la pena
con su libreto de otario
en tanto sin comentario,
forfáit cerraba la escena .

Estaba la fabriquera
musa del vate Alcaraz
por ella descansa en paz
el ñato Zenón Cabrera.
Fue a parar a la leonera
sin agayas pal sufrir,
la sabiola sentía hervir
carburando una traición,
lo visitaba un buchón
corneta para engrupir.

Norma Montenegro


Buscando una foto para realzar lo que tan bien describe nuestra querida Norma, me encontré con este Museo que no conocía ¡habrá que visitarlo!
http://www.museodecera.com.ar/menu.htm

“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).