domingo, 5 de octubre de 2008

Un pueblo llamado Lumb

Como cada domingo, hoy también desayuné en la grata compañía de “Mitre y El Campo” (la 790 del dial), ellos son esos amigos que traen aroma a pan tostado, con manteca y dulce y me ayudan a repasar, libros, reconocer paisajes, despertar sabores y olores dormidos.
Hoy hablaron de Lumb, un pueblo, de los tantos que no conozco, pero que alguna vez escuche nombrar. “Lumb llegó a tener 500 habitantes hoy tiene dos…” decía Carlos Lencina y en tropel llegaban las imágenes de Tandil, Quequen, Necochea, Tres Arroyos, Energía, San Cayetano y aquel día de playa. Marilú, Tuly, Tío Tulio, Tía Mariana; Tío Tito Apesteguía y su familia, Esther, su esposa y sus hijos Pedro y Ana, ellos vivían por aquellos años en San Cayetano. No se si lo dije, los Apesteguía forman parte de mi familia, más allá del lugar que les asigne Código Civil, a esos entrecruzamientos. Yo crecí identificando en los Apesteguía a tíos y primos queridos. Siempre los recuerdo con cariño, hoy los recordé en aquel ventoso día en la playa de San Cayetano hace más de treinta y cinco años. Las imágenes del viaje están intactas, el amarillo de esos trigales balanceándose, la laguna “La Salada” creo no equivocarme con el nombre. Grupos de pinos y las acacias recién trasplantados preanunciando la cercanía de la costa atlántica; desde la altura del médano, cuesta abajo un mar embravecido nos esperaba. Fue un día inolvidable… Tío Tito trazándome, las coordenadas de los lugares nombrados en aquellas charlas con mi padre que yo bien conocía - "aquí cerquita, querida está Cristiano Muerto, por allá Orense, Bellocq, Deferrari, Lumb, La Dulce, Energía. Más allá donde el viento se pierde, el Zabala entra al mar…" y Necochea, y Cueva de Tigre y Quequén. Vialidad, algunas fotos de aquellos campamentos y tantas anécdotas que hoy no se pueden reconstruir.
Otro día les contaré de ese viaje a San Cayetano y de otro más reciente que hice a "Bahía de los Vientos", ahora les dejo este link para que conozcan la historia de “Lumb un pueblo que desapareció con el tren”
http://www.juanjoseflores.com.ar/2006/04/lumb-un-pueblo-que-desapareci-con-el.html
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).