jueves, 8 de mayo de 2008

Cuento Viejo


Se precisa que seás zonzo del todo
Pa creir nadita d´eso…
Te train, te llevan…que se hará otra patria
Que haberá más justicia…¡andáte creindo!

Era un país mas grandote que una pampa
Y te sobraban campos y rodeos…
¿Aprovechaste, vos, alguna cosa
De tuito aquello.
Siempre jué lo de siempre; en el reparto
Todos nosotros díbamos por muertos!...

Un pedazo pa uno, otro pa otro.
Los grandes se lo fueron repartiendo…
Por sí o por no alzaron alambraos
Sin errar ningún viento
Y allí fueron tropillas y ganaos
Que se alzaron, tal vez buscando al dueño…
A ver si me decís si alguna cosa
Se te quedó pegada entre los dedos?
Eso, sí…Te dejaron los caminos
Pa andar siempre guasquiándote por ellos…

Pero, sacá la cuenta…Cuando arriba
No se arreglaban n´ese juego de ellos,
Se alborotaban como gallinetas
Pa venir a traerte el mesmo cuento
De que todas las cosas peligraban
Y se necesitaba de tu esfuerzo…
Oh! Lo que es p´al gauchaje ya se sabe
La cosa que trái eso…
Un caudillo, una lanza, una columna,
Tranco y tranco no más, caminar ajeno,
Sacudirse los trapos
En cualquier entrevero…
Matar…Morir…rajarse las entrañas,
Y al cabo de los tiempos
Dejar todos los campos de la tierra
Blanqueando de esqueletos!

Y pasados los años ¡otra historia!
Y por brutos volver a ser el cebo
Que se entregaba al diente de los grandes
Sin asco y sin medida…Si no es d´ellos…
Y ansí te reventaban a locuras
Y dispués…¡si te he visto no mi acuerdo!

Y seguís tan rotoso como antes
Con algunos ojales en el cuero
Y siempre cái alguno pa decirte
“¡El páis está en peligro, compañero!”…

¡Pucha que es lindo conversar de patria
Cuando el buche´ta lleno!

Juan María Oliver 1881-1957
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).