domingo, 15 de junio de 2008

De nuestra colaboradora y amiga Norma Montenegro

Papá

Tenías la mirada buena, pura,
de los seres sencillos y derechos,
el corazón abierto a las gauchadas
porque el amor te desbordaba el pecho.

Rememoro los días en que eras
sostén para mis pasos inseguros,
diseñando las huellas de mi infancia
y empeñoso afirmando mi futuro.

Caminé de tu mano hacia la escuela
y acompañaste mi ilusión de novia
pero vientos de tedio se llevaron
lo más bello que tuvo aquella historia.

Te marchaste muy pronto Padre mío
no pudiste gozar de tu vejez
mas del cielo me guías y sonríes
por que sabes que te amo como ayer.

Norma Ester Montenegro
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).