jueves, 29 de mayo de 2008

Otro viejo libro

Para compartir con uds. La Biblia Gaucha de Alberto Vacarezza.
Impreso en Talleres Graficos Argentinos L.J.Rosso - Doblas 951 año 1936.
Comprado en librería Ulises Corrientes 579, hace más de setenta años.

Asi comienza Vacarezza describiendo al Viejo Irala

Era un viejito barbudo
que nunca podré olvidarlo;
los pelos sabían taparlo
de tal modo al infeliz
que pa verle la nariz
era preciso soplarlo

... Aqui van algunos consejos

Lo que menos cuesta hacer
Es lo que está mejor hecho;
Pa agrandarte en tu derecho
Ricordá esta cosa santa:
El lomo que más aguanta
Es el que cría más pecho.

De los flojos no hay historias
Y pa gupiar nunca es tarde;
Se priende en la base que arde
Hasta la leña mojosa…
Al lao de una güena moza
Ningún varon es cobarde.

Pero hay que ser perdonante
Contra toda acción ingrata
Por poca cosa no mata
Un hombre que se aprecea…
No por que el burro patea
Hay que cortarle la pata.

Acostumbrate a medir
El hambre por las raciones;
Ande hay harina a montones
Marchan de acuerdo los socios:
Cuando andan mal los negocios
Tuitas se vuelven cuestiones.

No hagas mal por hacer mal
Que esa es la pior chambonada;
Y afirmate en la cinchada
Dende la yerra a la esquila.
Una concencia tranquila
Será tu mejor almuada.

martes, 27 de mayo de 2008

El Crucifijo


Este crucifijo es muy pero muy viejito.
- ¿Cuándo fue la Revolución de los Libres del Sur? - ¿1839?... Con duda pero respondía
- ¡Bien! Aprobaba mi padre
- Entonces, no me equivoco si afirmo que ha de tener más de 125 años decía mientras lo miraba sobre la palma de su mano.
- Cuando vayamos a Gral. Guido vamos a visitar el Museo de Dolores y la Pirámide que recuerda el levantamiento de los Libres de Sur. Prometía y cumplía.
Papá tenía esa cualidad envidiable del narrador, que siempre logra acaparar la atención del público. Alguna vez leí que “la narrativa oral jamás estuvo destinada a ser escrita ni leída; es alimentada y abrevada por el aliento vital de sus interpretes y por el aplauso de una audiencia critica pero equitativa” Cuentos Celtas Relatos mágicos de hadas y duendes de Roberto Rosaspini Reynolds
Yo era, en aquellos años, su audiencia. Madrid matizaba sus relatos con fechas y datos oficiales. Con maestría describía, detallaba, enumeraba los objetos, las flores, los colores, sus fragancias. Yo creía percibir el perfume de las magnolias, el amarillo profundo del aromo, la fresca sombra del patio de los parrales. Las araucarias de la entrada, el cerco perimetral, las pajareras, el San Cipriano navegando en el lago artificial, la Capilla. No, no conozco el Palacio San José (Residencia del Gral. Urquiza. Concepción del Uruguay. Entre Ríos) pero podría recorrerlo con los ojos vendados, y detenerme en el lugar exacto donde el atardecer 11 de abril de 1870 cayó herido de muerte Justo José de Urquiza. Mi padre me llevaba así con sus relatos siempre apasionantes a no olvidar fechas, acontecimientos históricos, lugares que aún sin conocerlos me resultan familiares.
Eso sucede también, con esta historia que recordé ayer cuando leí un comentario de Diego en la Matera.
“Siempre me pregunto si habrá sucedido comenzaba diciendo mi padre, pero, porque no creer, que este crucifijo es aquel y lo ponía en mi mano. Entonces, continuaba.
Relataban unas viejas tías de mi madre que éste crucifijo se desprendió del rosario de una de ellas, la noche aquella de la tormenta. Aferrada al rosario ella se santiguó cuando el primer refucilo iluminó la noche. ¡Qué tormenta, Santo Dios! Decía mamá que refería su tía al evocar aquella noche de viento, lluvia y refucilos. Fue entonces cuando en el relumbrón del relámpago creyeron ver, o talvez vieron la cabeza de
Pedro Castelli caer desde lo alto de la pica.
Por la misma ventana, contaban, vieron aquellas figuras; una mujer de rodillas y un hombrón de poncho negro, como la misma noche, allí, frente a la pica. Otro resplandor y esas figuras alejándose, la mujer parecía llevar en los brazos, algo semejante a un niño arropado. Así se perdieron en la noche. Por la mañana cuando todos se acercaban a la pica y se santiguaban, ellas, las niñas, buscaban el crucifijo - que reapareció años más tarde debajo del antiquísimo Arcón forrado con piel de Toro que había llegado del otro lado del mar - y repetían: Nada, nosotras no vimos nada, Tatita.
Pero ellas vieron a esa mujer con sus ropas ensopadas y un mozo de poncho negro perderse en la noche.
¿Habrá ocurrido, realmente? Me pregunto hoy, mientras miro el crucifijo, y recuerdo que “… el cuento que no se narra, muere”

sábado, 24 de mayo de 2008

Jorge Luis Borges...para que más


Elegía del recuerdo imposible

Qué no daría yo por la memoria
De una calle de tierra con tapias bajas
Y de un alto jinete llenando el alba
(Largo y raído el poncho)
En uno de los días de la llanura,
En un día sin fecha.
Qué no daría yo por la memoria
De mi madre mirando la mañana
En la estancia de Santa Irene,
Sin saber que su nombre iba a ser Borges.
Que no daría yo por la memoria
De haber combatido en Cepeda
Y de haber visto a Estanislao del Campo
Saludando la primera bala
Con la alegría del coraje.
Qué no daría yo por la memoria
De un portón de quinta secreta
Que mi padre empujaba cada noche
Antes de perderse en el sueño
Y que empujó por última vez
El catorce de febrero del 38.
Qué no daría yo por la memoria
De las barcas de Hengist,
Zarpando de la arena de Dinamarca
Para develar una isla
Que aún no era Inglaterra.
Qué no daría yo por la memoria
(La tuve y la he perdido)
De una tela de oro de Turner,
Vasta como la música.
Qué no daría yo por la memoria
De haber sido auditor de aquel Sócrates
Que, en la tarde de la cicuta,
Examinó serenamente el problema
De la inmortalidad,
Alternando los mitos y las razones
Mientras la muerte azul iba subiendo
Desde los pies ya fríos.
Qué no daría yo por la memoria
De que me hubieras dicho que me querías
Y de no haber dormido hasta la aurora,
Desgarrado y feliz.
Jorge Luis Borges

miércoles, 21 de mayo de 2008

Diálogo con la Memoria

¿no se tropieza por segunda vez?
por supuesto que puede tropezarse
el miedo se hizo rabia en las miradas
y el odio quema si se quema el año
pero el amor en cambio lava vidas
y las pone a secar en la memoria
que importa tropezar tres cuatro veces
si el amor te levanta y te redime
Diálogo con la memoria
Mario Benedetti - Preguntas al azar -1986


Mientras releía la entrada de Laura, justificadamente enojada por que cada vez que llega Gral. Guido encuentra el Museo Municipal cerrado, “para que sirve esa edificación tan estratégicamente escogida y prolijamente pintada sirve sólo para que al caer la tarde se prendan las luces así justificar su creación…” se pregunta Laura.
Comprendo tu enojo amiga pero te/ los convoco a que sigamos por "esas vidas" que están en nuestra memoria

RECUPERAR LA MEMORIA COLECTIVA.
“La historia oral colabora en la construcción del pasado reciente a nivel local, regional y nacional de los países. Es un método para validar la memoria individual y colectiva en la preservación de las identidades de los pueblos. Se trata de una herramienta conceptual y teórica que puede ser aplicada en la enseñanza y en las artes para crear archivos de testimonios y recuerdos. En fin, es la oportunidad de evitar el avance del desarraigo y el olvido”
Para seguir leyendohttp://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2007/02/11/hoy/mosaico/200729143022.html

lunes, 19 de mayo de 2008

"La alhajita"


Como viene sucediendo es Diego Sachella quien me ayuda a rearmar el rompecabezas así fue como confirmé que la rastra de Don Bernabé lleva el sello de L. Carzolio.

Carzolio, Joyería que en la actualidad sigue en actividad en la Ciudad de Dolores, me cuenta Diego.

Deduzco entonces, que si la Rastra del abuelo Madrid fue hecha por L. Carzolio, la pulserita “la alhajita” única que tía celaba con tanto cariño también debió ser comprada en la Centenaria Joyería Carzolio por Don Bernabé para la última de los Madrid, "su Ofelia Isabel", Negra para los familiares y amigos, María para nosotros.
Esta pulserita hoy tiene noventa años. Tía María se la regalo a mi hija, cuando Danii cumplió su primer año y Daniela la lució por bastante tiempo, hasta que llegó el momento de tener que quitarla, ella crecía la pulserita no, fue toda una negociación, por que no quería estar sin “la esclavita”. Entonces los tíos compraron una cadenita de plata “igual a las que usa tu mamita” le dijeron y así ella accedió a quitársela un 24 de Diciembre de 1983

Desde entonces está guardada, salió para la foto.

A propósito de foto buscando una donde pudiésemos distinguir “la pulserita”, hay varias; yo elijo la que cierra esta entrada, porque es en ésta dónde no solo vemos la pulserita en la muñeca derecha de Danii , la cadenita de plata en la izquierda, además podemos comprender por que ella fue la heredera de “la esclavita” que sin duda alguna, ahora si puedo decir que Don Bernabé compró un noviembre de 1917 en la Joyería Carzolio de la Ciudad de Dolores.


viernes, 16 de mayo de 2008

Viejos Almanaques


No solo los inolvidables de Alpargatas sino tantísimo otros que nos mostraban reproducciones de pintores, paisajes de nuestro país, fotos de mascotas etc.

Aquellos almanaques siempre tuvieron un lugar destacado de las cocinas mostrando silentes, el paso del tiempo. En el reverso el Santoral. ¿Cuántos llevaron el nombre que indicaba el santoral?, imposible olvidar los cumpleaños.
Ayer 15 de mayo fue San Isidro Labrador pero a mi hermano no lo llamaron Isidro ¡ya no se usaba! acota Merceditas. Lo llamaron Jorge Leonardo aunque mi papá hubiese preferido llamarlo Leandro Bernabé.
Muchas veces y solo para fastidiar a mamá, papá decía que Jorge debía llamarse Remberto, eso la enojaba muchísimo a Mechita. Tanto como hoy la enoja que la llamemos por su nombre de pila "Mercedes" o "Mechita" o "Mema", como la bautizó su ahijada, allá lejos y hace tiempo.
Ayer, mamá (asi no se enoja) Danii y la que suscribe saludamos a Jorge Leonardo que anda de viaje, vía e-mail.

Hoy frente a este almanaque recordando la anécdota de su nombre, busco en el santoral para saber si hay un San Remberto y entre tanto santo lo encuentro el 11 de junio y junto a San Bernabé y leo “Sus ejemplos de virtud eran celebrados desde Suecia a Francia; como aquel de haber entregado en un viaje todo lo suyo, incluida la cabalgadura, para rescatar a unos esclavos cristianos; teniendo después que proseguir a pie el largo viaje “ y entonce le digo a mi
madre, sólo por fastidiarla que quizá debió llamarse Remberto nomás “el bataraz”.






martes, 13 de mayo de 2008

Norma Montenegro, nos dice


Era el amor

El reflejo más dorado
de la tarde en agonía,
sobre la tierra ponía
su matiz acostumbrado.
Un silencio enamorado
tu presencia acariciaba;
mi corazón palpitaba
acelerado y ansioso
y delataba dichoso
el amor que lo embargaba.

En tus ojos fulguraban
las chispitas del lucero
y perfume de romero
tus mejillas exhalaban.
Tus manos suaves tomaban
el ramo sencillo y fino
que acentuaba el femenino
donaire de tu figura
enmarcada en la frescura
de tu vestido de lino.

Bajo la espesa glorieta
que formaban las glicinas,
intuiciones repentinas
me declaraban poeta.
Y mostraba esa faceta
murmurándote al oído,
un poema algo atrevido
que sonrojaba tu cara
haciendo que me quedara
a tus encantos rendido.

En la noche al regresar
contemplando las estrellas,
veía que todas ellas
alumbraban mi pensar.
Te había podido besar
en una forma tan pura
que colmado de ternura
al verme correspondido,
era un tizón encendido
por la pasión que hoy perdura

Norma Ester Montenegro

sábado, 10 de mayo de 2008

Viejos libros



Para los amigos, que han preguntado por el "viejo" libro dónde encontré los versos que deje aquí el día jueves, respondo, y como corresponde aprovecho para agradecer a los asiduos concurrentes de La Gallineta - ya pasamos lss siete mil visitas- Entonces escaneo la tapa, para mostrarla. Aquí está
Selección Recitable. Poesia Gauchesca y Nativista.
el mismo que me permitio rescatar para La Quilmeña y Guidense, Laura Tredentti "Querencia de Yamandú Rodriguez"
En la primera hoja se lee
POPULIBRO DISA.Nº 3
Distribuidor en la Repíblica Argentina.
Capital Federal y Gran Buenos Aires
VACCARO Hnos. S.R.L.
Solis Nº 585
Interior: REYLA - S.A.I.C.I.F. y A.
Piedras 113 - Capital
Precio de venta al público m$n 70.00.
Editor responsable Distribuidora Ibana S.A, Paysandú 876 – Montevideo (R.O. del Uruguay). Hecho el Depósito que marca A.G.A.D.U. (Asociación General de Autores del Uruguay).
Se terminó de imprimir en imprenta Nueva Cork. Gobernador Viana 2272- Montevideo (R.O. del Uruguay)
Son varios autores y como no hay dos sin tres aqui va el tercero.


Tiento Sobao
De José Alonso y Trelles (El viejo Pancho) 1857-1924.

¿Quién jue el curioso
Que me dio este perro?
Naides; estos bichos, como el hombre zonzo
Cuando los halagan se dan ellos mesmos.

Jue en un mes de agosto de no se que invierno,
Muy pocos dias antes de morir el flaco
Mi cabayo overo.

Que cayo a mi rancho
Maltratado y rengo
Y clavo en las mías sus pupilas tristes
Sus pupilas yenas de sombra y misterio

¿Que de donde vendría?
¡Vaya uno a saberlo!...
¡Puede que viniese como yo del pago
De los desengaños y de los recuerdos!...

Le tire una achura
Y, aunque estaba hambriento
Sin hacerle caso me miro de un modo
Casi si dijera “ no vengo por eso”

Aunque sea zonzera,
Pensé yo por dentro:
¡Quien sabe estos bichos no sufren de amores,
Y como al cristiano, los matan los celos!...

Y viendo en tropiya
Venir mis recuerdos,
Le hice unas caricias, y, dende esa tarde,
Pa los dos alcanza mi pan y mi techo

Mientras tomo mate
S´echa cerca´el juego,
Y cuando al dormirse siento que soyoza
Como si al pasado lo volviese el sueño

Se enciende en la trenza
De mis pensamientos
Este tiento suave de tanto sobarlo:
“Mujeres y perros… tuitas son lo mesmo…”

jueves, 8 de mayo de 2008

Cuento Viejo


Se precisa que seás zonzo del todo
Pa creir nadita d´eso…
Te train, te llevan…que se hará otra patria
Que haberá más justicia…¡andáte creindo!

Era un país mas grandote que una pampa
Y te sobraban campos y rodeos…
¿Aprovechaste, vos, alguna cosa
De tuito aquello.
Siempre jué lo de siempre; en el reparto
Todos nosotros díbamos por muertos!...

Un pedazo pa uno, otro pa otro.
Los grandes se lo fueron repartiendo…
Por sí o por no alzaron alambraos
Sin errar ningún viento
Y allí fueron tropillas y ganaos
Que se alzaron, tal vez buscando al dueño…
A ver si me decís si alguna cosa
Se te quedó pegada entre los dedos?
Eso, sí…Te dejaron los caminos
Pa andar siempre guasquiándote por ellos…

Pero, sacá la cuenta…Cuando arriba
No se arreglaban n´ese juego de ellos,
Se alborotaban como gallinetas
Pa venir a traerte el mesmo cuento
De que todas las cosas peligraban
Y se necesitaba de tu esfuerzo…
Oh! Lo que es p´al gauchaje ya se sabe
La cosa que trái eso…
Un caudillo, una lanza, una columna,
Tranco y tranco no más, caminar ajeno,
Sacudirse los trapos
En cualquier entrevero…
Matar…Morir…rajarse las entrañas,
Y al cabo de los tiempos
Dejar todos los campos de la tierra
Blanqueando de esqueletos!

Y pasados los años ¡otra historia!
Y por brutos volver a ser el cebo
Que se entregaba al diente de los grandes
Sin asco y sin medida…Si no es d´ellos…
Y ansí te reventaban a locuras
Y dispués…¡si te he visto no mi acuerdo!

Y seguís tan rotoso como antes
Con algunos ojales en el cuero
Y siempre cái alguno pa decirte
“¡El páis está en peligro, compañero!”…

¡Pucha que es lindo conversar de patria
Cuando el buche´ta lleno!

Juan María Oliver 1881-1957

miércoles, 7 de mayo de 2008

"Agüita con Azúcar"

“Facón de plata al cinto, trabuco amartillado/espuelas nazarenas/sombrero echado pa atrás/allá va Santos Vega, jinete en su tostado/pensando que la vida para el está de mas.
Quién sabe que honda pena lo abisma al peregrino/centauro de las pampas, invicto payador”
- ¡Muy Bien! Aplausos, vivas, un chocolatín de premio que me traía tío Mochi, mientras ayudada por mi primo Tuly, yo bajaba del improvisado escenario, la mesa de la cocina.
Esos versos, ya tenía muchos años cuando yo los adivinaba en el punteo de las guitarras de mis tíos o escuchaba a Gardel cantarlo desde el disco que giraba en “el combinado”. Mi primo Tuly, mi inolvidable primo, ni bien sonaban las guitarras me ponía a prueba y con su voz aguardentosa, me daba el pie “Facón de Plata al cinto… yo seguía. Trabuco amartillado/ espuelas nazarenas…” Entonces no había hondas penas que abatieran al payador.
-¿Quién canta, Gesio? respondía segura Gardel.
- ¡¡Bien Gessio, Muy bien!! Aprobaba Tuly.

"No hay sueño más grande en la vida que el sueño del regreso. El mejor camino es el camino de vuelta que es también el camino imposible”. Escribe Alejandro Dolina en Refutación del Regreso. Crónica del Ángel Gris.

El pasado sábado cuando en AM 790 Mitre – dónde si no - escuche “La pena del Payador” así se llama este vals de 1930, que yo conocía cantado por Carlos Gardel entre tantas cosas recordé la tarde del “Agüita con Azúcar”

Invariablemente, todos los fines de semana la casa de los tíos se poblaba de gente, amigos de Gral. Guido, las chicas de Tejerina, las de Tolosa, Toto Bustamante, Manuel Sueldo, y tantos otros. “Las chicas” llegaban con la bandejita de “masitas”. Con el hilo que ataba el paquete y dos palitos me enseñaban a tejer: uno arriba, uno abajo, uno arriba y vuelta a comenzar, cuando el hilo se acababa, como Penélope destejíamos y volvíamos a empezar, uno arriba, uno abajo, uno arriba. En el comedor los tíos tocaban la guitarra y si estaba Tuly, sumaban “la acordeona de ocho bajos, la verdulera” Cuando llegaba la tardecita, María dosificaba en unas copitas, que a mi me encantaban algún licor y para que yo no “deseara” sólo para mi servía en aquellas copitas “Agüita con Azúcar”.
La fría tarde de aquel invierno que trajo a mi memoria este viejo valsecito criollo yo tome mi copita verde de “Agüita con azúcar”. Y mientras por el largo pasillo de Palacios 1200… tía y mi mamá acompañaban a las visitas que ya se iban, los músicos arrancaron con “La Pena del Payador”, Tuly canturreaba “allá va santos Vega, jinete en su tostado/pensando que la vida para él esta demás…mientras yo me tomaba “el agüita con azúcar”, pero de otra copita. Cuando escucharon ¡ay que pica! mi mamá y Maria entraban comentando el frió que hacia en la calle; aquellos inviernos eran muy fríos por cierto y al enterarse de lo que estaba pasando María puso el grito en el cielo, me sacó la copita y dirigiéndose a los músico dijo: ¡Caramba, ¿que no ven lo que hace la nena?!. No pasa nada dijo mi mamá que me llevaba como tero del ala al baño para lavarme la cara con agua fría. Aún hoy me pregunto el porque de tal terapia, después me dio tomar agua, un vaso lleno.
-Bueno ya es suficiente decía mi padre, siempre apaciguador. Yo lloraba, desconsolada.
Nunca supimos contaría, más tarde Tuly si las lágrimas de la gessio fueron por el Agüita con Azúcar o el agua fría, y el zamarreo que le dio Tía Mecha.
Tía María levantó atropelladamente todas las copitas que estaban aún sobre la mesa, en el apuro choco la bandeja contra el marco de la puerta y se rompieron las copitas junto con la tapa del botellón que cayó estrellándose contra el piso de la cocina.
Mi padre pregunto ¿te lastimaste hermana? - María dijo: No, aquí no ha pasado nada. Tío Mochi protestó ¡la pucha! ¿cómo que nada? eran las copitas de mamá, dijo entristecido y corrió a buscar la escoba y la palita para ayudar a recoger los vidrios.
Mientras tío Loro discjockey oficial de la familia repasaba cuidadosamente con un paño colorado, el disco que pondría, seguro Julio Sosa por que a Tuly le gustaba mucho y si algo hacían los tíos Madrid era darnos a los sobrinos todos los gustos.
Mi mamá me puso el tapadito rojo, el gorro de lana, la bufanda y los mitones que cada año me tejía la abuela Pita, emponcharon a mi hermano, que dormía sobre una de las camas y salimos para casa, dos cuadras apenas nos separaban. Tuly venía con nosotros.
-¡Quédate tranquila tía que “Lagesio va bien abrigadita por dentro y por fuera exclamaba Tuly arrancando así la sonrisa de Tía María, que esperaba en la puerta a que doblásemos en la esquina.
Los fines de semana continuaron llegando visitas, la música siguió sonando, yo repitiendo las poesías que aprendía durante la semana, tejiendo y destejiendo con el hilo de algodón del paquete de masitas… todo siguió igual, bueno, todo no, faltaban las copitas verdes con florcitas, las copitas de abuelita Isabel, las que habían venido desde Gral. Guido.
Nunca olvide aquellos versos “Facon de plata al cinto / trabuco amartillado…”
“La Pena del Payador” Música de los hermanos Servidio. Letra de Eduardo Escariz y gracias a http://www.esnips.com/
Los invito a escucharlo en la maravillosa voz de Carlos Gardel



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… yo soy así, veo fotos amarillentas, escucho valsecitos “disfruto de los regresos modestos”

lunes, 5 de mayo de 2008

Patio de los carruajes


Museo Kakel Huincul. Maipú Prov. de Bs. As.
Hoy visitaremos a nuestros vecinos en http://www.ladobled.com.ar
Boletin El Amigo Mayo 08
Siempre trae cosas interesantes, pero esta vez elijo
“UN PASEO DE CAMPO, MI AMIGO "EL RÚBEN" Y LOS JUGUETES MATARAZZO” Por Alfredo A. Pedrós.

jueves, 1 de mayo de 2008

"Querencia"

Laura, Quilmeña y Guidense, en una deliciosa charla telefónica me dijo hace unos días
- Me gustaría conseguir algo de Yamandú Rodríguez.
- ¡Hay dije! En esta casa si algo queda, es bibliografía.
Hoy me puse a buscar y aquí les traigo esta Selección Recitable de Poesia Gauchesca y Nativista impreso en la República.Oriental del Uruguay. Entre varios autores está Yamandú Rodríguez.1981-1957
Por supuesto que no elijo al azar estos versos, que siguen. Como todo lo que les voy contando, va acompañado de un recuerdo, una foto, un perfume. En este caso va unido a ésta foto, una de las tantas que saca mi hermano en sus viajes. Nunca pregunté cuándo, ni dónde la sacó, siempre me gustó y me gusta verla quizá porque me recuerda un cuento que nos contaba tía María, el del Caballito que regresaba a su casa, aquel cuento no era otro que estos versos de Yamandú Rodríguez que ella decía una tarde cualquiera antes de tomar la leche...

Este alazán nunca sirvió pa nada.
Tiene el pelo nomás: un baño de oro
que ande lo fregue contra un pingo guapo,
se descascara y le aparece el plomo.

No le gusta el camino. A gatas muento,
Ya sale medio loro.
Mostrándole los dientes a la cincha;
Y ande le cierre espuelas, flaco y todo
Se arrastra a bellaquiar; por que conserva
Su dinidá de potro…

A mi me sufre; pero hasta ai cerquita…
No vaya a creer! Si me le arrimo é pronto
Ya le dentran calambres en las patas.

Tengo que hablarle sabe? Y con güen modo;
-Soy yo Don Alazán, vengo é visita…
Si no me atraca diente, igual que a todos.

Y hay mucho maturrango con espuelas…
Me lo piden..se ráin…no cren en potros.
En una, por probarse que son gauchos,
Le apretan el boton de los corcobos;
Pierdo el recao y, a lo mejor Dios sabe
Si no paso esa noche en un velorio…

Por eso, más que nada, hace dos años,
Se lo vendí a un tropero, hombre criollo…
Cuando se jue, ya me borro el olvido
A ese mestizo de tortuga y potro…
No había pasao una semana de eso
Cuando un día me asomo,
Y encuentro a mi alazán en la portera,
Chupao de sé; pero soplao de abrojos.

-Golviste! – y me pasaba por la mano
el hocico sedoso
-No sos tan desmadrao, matungo viejo,
Tenes el pelo y la memoria de oro…
Se me caso la hija y nunca ha güelto
Crié un muchachon, que no golvió tampoco
Y este pobre animal, galopio leguas,
Sin tomar ni agua pa volver más pronto.

Me dentró una vergüenza! Era un amigo,
Y lo vendí por un puñado de oro!

Montado en él juí a devolver los pesos
El otro dueño comprendió; es un criollo.
Y lo truje, pa siempre a su querencia.
Vino bufando: pero alegre y todo,
Si lo pincho, ahí rompemos amistades;
Porque él conserva su altivez de potro.
Querencia. de Yamandú Rodríguez.


-¡Que triste María!
- Bueno, un poquito decía ella. Mientras la cocina se perfumaba con el olor a la cascarilla que ya hervía en la leche que nos había dejado "Don Caeiro", el lechero que pasaba cada mañana por casa, aquí en Banfield.
Yo pertenezco a esta hermosa Ciudad de Banfield, pero también a Gral. Guido. Fueron ellos, los tíos, mi padre, "el paso" que atravesaba el linde que nos acercaba a Gral. Guido.
Soy de aquí, cuando estoy allá y de allá cuando estoy aquí...Quizá por eso abrí este blog, quizá por eso te nombro tanto, quizá "por eso he decidido ayudarte a existir" como dice Mario Benedetti en "Ciudad en que no existo"

- “Tendé la mesa” nenita y no te olvides de las servilletas que están en el aparador.
Y yo hacia volar el mantel de cuadritos azules y celestes, que caía liviano sobre la mesa de madera, gruesas patas y disponía las tazas, la canastita para las tostadas, la manteca y el dulce de naranjas amargas, que la abuela Pita había enviado para “los Muchachos” y todavía estaba tibiecito.
- ¿las servilletas?
- ¡Siempre me las olvidaba!.
En ésta casa si algo queda, es bibliografía… recuerdos y muchas servilletas en el cajón del aparador.
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).