lunes, 11 de junio de 2007

Esa mágica "hilacha" que la ciencia llama ADN

“El reconocimiento de la herencia ha de haber sido, muy probablemente, una de las primeras ideas científicas aprehendidas por el hombre”. (ADN, una molécula maravillosa Nestor Bianchi Ciencia Hoy Conicet 1999) El Jueves pasado les contaba de nuestras hilachas y preguntaba por las de ustedes de curiosa nomás.
El fin de semana me dedique a buscar. Aquí estoy para dejarles estos datos, unas fotos y mis recuerdos.
El 10 % de los Argentinos, tenemos un ascendente vasco. Página de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay, la recomiendo
www.juandegaray.org.ar En su libro "Los Estancieros" María Saenz Quesada cuenta… "Muchos vascos, verdaderos fenómenos de fecundidad, dejaron vasta descendencia que hoy puebla ciertas zonas de la provincia de Buenos Aires. En la de General Guido, por ejemplo, son numerosos los descendientes de cinco hermanos Aranciaga llegados al Plata a mediados del sigloXIX. pag 163”
Revisando mi caja de fotos encontré a estos descendientes de vascos. Los Apesteguía, Tito, Hernan y Canilla. ¡No pueden negar su ascendencia! Y aquí Doña María de Apesteguía con algunos de sus muchos nietos, la del moño en la cabeza es Mhyrta Ofelia, mi prima hija de Tulio Madrid y Mariana Apesteguía.
Tía Mariana, mi papá (el negro Madrid) Mhyrta, sobrina y ahijada y Tuly. El recuerdo más lejano en el tiempo que tengo de tía Mariana es en la cocina de El gaucho Nuevo en Tortugas Santa Fe, donde pasamos varios días en 1956 cuando la epidemia de poliomielitis, nos saco de Buenos Aires, el más cercano, una tarde, en esta casa mientras le enseñaba a mi hija los números en vasco bat,bi,iru,lau,bost,(seis, siete, ocho)bederatzi y amar. Entre esos dos extremos se amontonan todos los recuerdos, donde no faltan los tomos de la enciclopedia francesa, que leía con interés, o ese collar de perlas que se le rompió justo el día del casamiento de Mhyrta... Todos listos para salir, yo con mi vestido de plumeti blanco con un lazo rosa pálido en la cintura y un broche de florcitas en el pelo, andaba en cuatro patas por la habitación buscando las perlas “cultivadas” de tía Mariana, al tiempo que Tuly rezongaba ¡ay mamá vos y tus chafalonías! ¡Ninguna baratija! gruñía tía Mariana, mientras sostenía entre sus manos las perlas que íbamos atrapando… Los Apesteguía no podían negar su ascendencia vasca.
Estela casada con Juan Loubet, recuerdo de sus Bodas de Oro, el almuerzo fué en el Cultura, aqui la estampita que , ellos habían guardado.
En la foto los Madrid y Úrsula Apesteguía de Viturro en la puerta de los Gascue, otros descendientes de vascos.
Tengo muchísimos recuerdos y prometo contárselos muy pronto, por hoy me despido. ¡Agur!
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).