Aqui encontraran cosas simples, nostalgia, añoranza, recuerdos personales. Fotos,Anécdotas,Relatos,Recetas de cocina de las abuelas,se amontonan en los estantes sombríos. Pasen,las puertas están abiertas.
viernes, 29 de febrero de 2008
Charlas de sobre mesa II
"Pánfilo era un gato barcino, flaco y ronroneador que siempre estaba cerca de mamá, así me lo contaba mi hermano Rogelio, mientras tomábamos unos mates en el patio de su casa en Tandil rememorando nuestra feliz y lejana infancia allá en Guido.Papá lo llamaba Pánfilo, Mamá Chali y curiosamente el michalico respondía a los dos nombres. Cuando papá lo veía cerquita del fogón hecho un ovillo decía-Mire que es mañero este gato Isabel.Mamá sonreía suavecito, sólo mamá podía sonreír así.Cuando papá lo encontraba en el patio asoleándose o mirando fijamente a las ratonas que con sus saltitos movían las plantas de retama, decía fuerte para que mamá lo escuchara ¿qué sabe el burro de confites si nunca fue confitero?Y Mamá, salía restregándose las manos a la puerta de la cocina para responderle- un día el Chali te va a sorprender Bernabé… y papá, sonreía moviendo la cabeza. Y ese día llegó, Avinceto viejo (papá) estaba sacando tientos aquella tarde, sentado en su banquito de cadera, cuando el michalico rodeo la bomba del agua y se le acerco dejando caer a sus pies el producto de la cacería, una lauchita gris, que minutos antes andaba vivaracha entre la leña que se apilaba debajo del horno de barro, arqueo el lomo, maulló cortito y salió rumbo a la galería buscando las caricias de mamá que sonreía viendo la escena mientras canturreaba con melodía de Huellita “Overito Azulejo /Tranco andador/ en las quinientas varas/ siempre al fiador”Papá soltó una carcajada fuerte que se oyó en toda la casa y yo, sentado en la parecita de la galería, reía con ellos –recordaba Rogelio, aquella tarde en el patio de su casa en Tandil- Desde entonces papá no volvió a llamarlo Pánfilo, desde ese día fue “el Chali”. Murió de viejo una siesta de enero, bajo la sombra de la planta de retama y allí descansa, en ese, su lugar de nuestra casa en Guido. El Chali, Overito Azulejo tranco andador...
Aquella tarde, mi hermano y yo volvimos a guardar en la cajita invisible, donde mamá decía, se guardaban las cosas lindas, esos retacitos de felicidad".
La Cajita invisible, es capaz de aparecer el día más triste, más oscuro y abrirse frente a nuestros ojos para secarnos con una brisa suave las lágrimas, encendernos la sonrisa y así entibiarnos el corazón. Esta tarde fría de
Agosto de 1978 se ha abierto para mí.
Ese año, en ese mes, tío Rogelio había muerto en Tandil y mi papá guardaba para nosotros, entre sus papeles este “retacito de felicidad” que hoy compartí con ustedes.
miércoles, 27 de febrero de 2008
Charlas de sobre mesa I
Mientras seguimos esperando que otros Guidenses acerquen sus recuerdos, comparto con ustedes los de mi familia. La foto, una de las tantas que saca mi hermano, documentando que en nuestra familia estos “amigos” ocupan un lugar especial.
...Chiquito escondido entre pajonales y cañadas, estrechado, entre el espejo de agua de la laguna hacia el poniente y el campo con sus cañadones al naciente está General Guido, nuestro pueblo. Nosotros pasábamos dentro de sus límites el año escolar finalizado éste, emprendíamos el viaje al campo que arrendaba nuestro padre, para pasar allí los meses del verano.Los días pasaban rápido, ni cuenta nos dábamos, la noche nos envolvía con sus misterios y los cuentos de luces malas y aparecidos que se contaban en torno al fogón ¡cuánto miedo! Los más chicos tiritábamos y corríamos a aferrarnos de las polleras de mamá buscando amparo para ese miedo a luz mala que no veíamos alumbrar o al aparecido que no aparecía por ningún lado.
Pero también había otras historias que hoy recordamos como "Los cuentos que nos contaban allá por 1917".
...Medianera de por medio estaba la casa de abuela Damiana Cabello, la mamá de mi mamá, con ella vivían dos hijas solteras Rosalía y Casiana - así la llamaba toda la familia- su nombre Damiana, el mismo de abuelita, quizás por esa razón, a la tía, todos la llamábamos Casiana. Era una narradora formidable, muy buena, tan buena como buena costurera. Cuando se fueron de Guido con su único hijo Adrián, vinieron a vivir a Lomas de Zamora y con Rosalía se dedicaron a la confección y arreglos de camisas, pero esa es otra historia que más adelante voy a contar, la que ahora me ocupa tiene que ver con la Historia familiar del Julián Paredes un gato barcino que vivía en la casa junto a otros tantos de su estirpe. Mamá siempre decía que “la flaca” (así la llamaba ella), hablaba con los animales desde chiquita y siempre estaba inventando “historias”. A nosotros, nos fascinaban sus cuentos, este en particular.
La Prosapia de Julián Paredes
¡Hay linaje, hay prosapia! ¿Quién lo puede dudar?.
¡Ah! ¿Lo del Patricio? habladurías... ¡envidia! ... que en este pueblo de eso hay y mucho.
Hasta la próxima con otra de "michalicos"
domingo, 24 de febrero de 2008
...inagotable surtidor de recuerdos
“Si tu gusto no gusta del gusto que gusta mi gusto ¡que disgusto! El de mi gusto al saber que tu gusto no gusta del gusto que gusta mi gusto.”
“¿Dónde esta es la lata? ¿Qué lata? La lata que enlata el enlatador. El enlatador no enlato la lata hoy, por eso no esta la lata ni el enlatador.”
“María Chuzena su choza techaba y un techador que por allí pasaba le dijo. ¿Maria Chuzena tu techas tu choza o techas la ajena?. Yo no techo tu choza, ni techo la ajena techo la choza de Mará Chuzena”
“El rey de Constantinopla se quiere desconstantinopolizar, quien primero lo desconstantinopolice buen descontantinopolizador será”
“De su plato con trigo tres tigres comen trigo. De su plato de trigo tres tristes tigres comen trigo. Tres tigres tristes trigo comen de su plato”
“Tía Mariana desenmaraña la maraña que enmaraña Don Magaña. ¿Desenmarañara mañana tía Mariana la maraña?
Así pasábamos horas entre risas, adivinanzas, trabalenguas y cuentos pero antes de dar comienzo al cuento propiamente dicho arrancábamos con el…
“Había una vez un pueblo que se parecía a un cuento viruento viruento de pico pico tuento de ponpovirá. Allí vivía una vieja virueja virueja de pico pico tueja de ponpovirá. Ella tenía tres hijos virijos virijos de pico pico tijo de ponpovirá
Uno iba al colegio viriejo viriejo de pico pico tiejo de ponpovirá
Otro iba a la escuela viruela viruela de pico pico tuela de ponpovirá
El tercero tenía gran estudio virudio virudio de pico pico tudio de ponpovirá.
La vieja virueja, los hijos virijos se fueron una siesta de ponpovirá
Y aquí se acaba el cuento viruento viruento de pico pico tuento de ponpovirá, pero no se pongan triste ni hagan bochinche que ya comienza el cuento y este, es de verdad.
Todo esto pasaba en otra casa, a escasas tres cuadras de aquí, por que a esta los tíos Madrid se muraron recién cuando comenzaba 1968. Demasiada casa vacía, inagotable surtidor de recuerdos… y ese perfume a madreselvas y jazmines que endulzan el patio y se meten por las puertas y las ventanas abiertas perfumando soledades de domingo.
Desde la radio me dicen que ya empieza el segundo tiempo de River - San Lorenzo... ¡Golazo de River 2-0 ! y ha comenzado a llover aquí en Banfield. Matecito cebado me voy a la Matera para mostrarles las fotos de los Corsos 2008 en este Gral. Guido que me envió Laura Tredenti.
viernes, 22 de febrero de 2008
Lo encontré!!!
Y para mi sorpresa entre sus páginas un recorte de revista o diario, vaya una a saber, dónde podemos ver en primer plano a Don Osvaldo Sosa Cordero y por detrás ,dos
La foto marca la página 39… reeleo los Romances que recordaba anoche, pero voy a transcribir el que me indica la foto… por algo quedó allí, y ustedes ya me conocen, saben que me avengo a lo que dictaminan "las casualidades"
La vida tiene veinte años,
Es mujer y huele a vicio;
Se la juega por que sí
Quien se ríe del destino.
La muerte esta en la botella
Y el cuchillo está en el cinto.
Con el luto en las espaldas
Y el presagio en el silbido,
Borracho de norte y soles
Por los montes y caminos
Dando tumbos anda el viento
Como un moceton perdido.
La muerte esta en la botella
Y el cuchillo está en el cinto.
Por sombras de los palmares
Vienen rencores dormidos.
Marte le tiende a la Luna
Su fino puñal rojizo.
La veleta del boliche
Mira al sur con su gallito.
Una cordiona sombría
Estruja un son campiriño
Y allá salta un sapukai
Como un borbotón de vino.
La noche esta traspasada
Por una urdimbre de filos;
Las estrellas son pupilas
Brillantes de maleficio
Dos payés miden sus fuerzas
Bajo el abrazo del cinto
Y en el boliche se encienden
Candiles de desafío.
La muerte paso a las copas
De las copas al cuchillo;
Ocho golpes, cuatro cauces
Que ruborizan el piso…
Buscó un simple por que sí
Para clavarle el colmillo
Y se cuaja de amapolas
Sobre dos pechos macizos.
(Por la puerta del boliche
Se va el viento enmudecido
Pisando los tibios ceibos
De los coagulados ríos)
Dos payés contra arma blanca
Se quedaron ateridos;
los palenques se prolongan
hacia el cielo como cirios;
la Luna devuelve a Marte
su fino puñal rojizo
y la muerte en la botella
sigue pidiendo cuchillos.
jueves, 21 de febrero de 2008
El Eclipse

“En cada región la luna/ -que en todo cielo es la misma-/no sé por qué sortilegio/ se nos antoja distinta./ Y cada cual la contempla/ según su punto de mira/ pensando que allí en su tierra, es donde luce más linda”
El poema pertenece a Osvaldo Sosa Cordero, escritor, folklorista correntino, que mi padre admiraba y que yo conocí a mediados de los sesenta, en alguna de las tantas peñas hasta donde “me arreaban” los Madrid. No recuerdo cuantas veces habré leído aquel librito, si algunos versos…
“Por el río de cobalto /viene bailando la barca;/ terciopelos y brocados / sobre ansiedades en marcha./ Alto y cruz en tierra firme / junto a un recodo del agua / y un sabor de incertidumbre/ agitado en la maraña / Ah!, el jubon de Juan de Torres,
Ah!, su pecho y ah! su espada. / Arroja sobre la arena/ un puñadito de España/ y queda San Juan de Vera/ de las Corrientes fundada./ Abril salta por los aires…"
“Matronas de cromo antiguo/ rosario, libro y matilla,/desandan fervor adusto, los caminos de la misa. /Va la mañana trigueña chorreando tinta amarilla y la vieja plaza ofrece/tregua de fuente y de brisa./ En la simple calle estrecha /sol de infierno en lluvia fina;/ tras el crochet de las rejas/ estancia fresca y sombría./ Selva en síntesis los patios / donde la siesta aburrida/ digiere pesadamente/ su hartazgo de lagartijas./ Toda Corrientes es eso: ecuador y pesadilla”
Hoy he buscado el libro, sé que esta por aquí, en algún estante, entre tanta “bibliografía” Quería releer el "Romance de La Luna y el río", mostrarles el libro autografiado por el autor, no lo enconté...pero acabo de recordar su título "Romancero Guarani" Libro que se lee no se pierde decía Don Abel Cepeda y tenía razón.
miércoles, 20 de febrero de 2008
Lo imposible lleva más tiempo

la foto la tomamos "prestada"
del Fotolog de Caro ...¡gracias linda!
Como siempre decimos este blog nació para rescatar recuerdos, anécdotas, leyendas de nuestro pueblo Gral. Guido.
Cuando se inauguraba el Museo, le escribíamos a la Dirección de Cultura del Municipio, ofreciendo, "esto", que sabemos es poco, que es artesanal, pero que está hecho con el corazón.
El 02/01/07 pusimos a Gral. Guido en Internet, desde lejos respondieron nos alentaron a seguir… 414 días después Gral. Guido no acusa recibo, tampoco responde la carta que publicamos en Semana Maipuense, dando la posibilidad a aquellos que no pueden acceder a Internet de participar contándonos sus recuerdos y comprometiéndonos desde aquí a subir el material que ellos nos envíen; sólo un Guidense declaró haberla leído y curiosamente reside en Mar del Plata.
A todos los que colaboran, nuestro agradecimiento permanente. A los que pasan, nos leen, nos dejan su cálido mensaje, sepan que actualizar se esta haciendo difícil, no imposible, téngannos paciencia, no dejen de visitarnos… Nosotros seguimos “golpeando la puerta de la casa vacía”
lunes, 18 de febrero de 2008
Postales de nuestro pueblo II
Hacia el oeste, ocultos casi por el resplandor del sol declinante y semitapados por nubes de jejenes, los montes de la Quinua y de Newton parecían en la distancia pequeños accidentes de la corteza terrestre. Más para este lado, el de Santa Catalina era un apezuñamiento corto y deforme, y sobre la costa oeste de la laguna del Carnero el viejo caserón de El Mirador con un descarnado eucalipto que visto desde lejos semejaba un vendedor de globos. Comenzó a reconocer los demás montes y poblaciones que salpicaban el llano de viruelas verdes y grises, más acá y más allá. Los Nogales, Kaquel, Pichimán, el puesto de los Betti, la tapera de la Posta Vieja con la marca honda de sus derruidos zanjones, y una veintena más de manchas en los que bailaba un recuerdo, asomaba un nombre o revivían algunas caras en el florecer de sus pensamientos.”
Pagina 289.
…el tiempo no es más que una sensación de distancia entre nuestras ideas del presente y los reflejos de las percepciones de otras épocas. Comenzaron a pasar como en un caleidoscopio los paisajes que vistieron sus ojos de niño con los frescos colores que presta la edad a los ventanales del alma engarzada en un cuerpo también fresco. Las calles polvorientas, las veredas de tierra o ladrillos, bordeada de manzanilla florecida en botones blancos y amarillos, las altas casuarinas de la plaza y los matorrales de las barrancas de la laguna, volvieron a su imaginación con los tonos que en una memoria tensa por la emoción del acercamiento, dibuja el lápiz intencionado de los presentimientos.
Encendió un cigarrillo, expiró largamente el humo y taloneando suavemente a su cabalgadura siguió andando al tranco en dirección al pueblo que de a poco se iba agrandando por sobre las orejas erectas y movedizas del caballo. La huella ancha y blanqueada de polvo, serpenteaba por el camino muy poco transitado que viniendo de las Barrancas Coloradas y La Unión, se recostaba sobre la laguna antes de entrar a la población, ara desembocar en la ancha calle que la enhebra de punta a punta. Tras de unos ranchos disimulados por álamos de altos plumeros, aparecieron las tapias bajas y vencidas del pequeño cementerio, con pobres monumentos blancos y las cruces de hierro asomando como un plantío visto por encima de la pared de ladrillos sin encalar, caídos en partes.
Detrás, el vasto espejo de la laguna cortaba en redondel el horizonte hasta mostrar al otro lado una orilla baja, de pastizales verdes, pareciendo que la llanura entraba despaciosamente en el agua. Bandadas de cisnes ponían en el contraluz del solazo de aquella tarde, el movedizo punteo de las alas blancas entreverado con el rosado plumaje de espátulas y flamencos…” Pagina 290
…siguió al tranco por la calle ancha y polvorienta. Estaba anocheciendo por detrás del largo edificio de la Municipalidad un resplandor rojizo interrumpía la tinta oscurecida del cielo. Al pasar frente a la plaza, justamente al filo de una calle que moría en las vías del ferrocarril, vio a la luna llena asomando su disco redondo y enorme por una ranura de los campos lejanos, extendidos sobre cañadones y duraznillares quien sabe hasta donde. Miró a la mano derecha la iglesia de paredes blanqueadas y su torre cuadrada, en cuyos altos anidaban los lechuzones y los murciélagos. En el despacho del cura una luz amarillenta alcanzaba apenas a pintar los vidrios pintados de blanco. Más allá la confitería con algunos parroquianos sentados en la vereda y luego uno aquí y otros más lejos, algunos negocios echando con sus luces humildes un poco de claridad hacia fuera. Mentalmente los fue recorriendo. La farmacia del pueblo, la sastrería de, ¿quién? Ya no se acordaba del nombre; lo de Echaniz, el almacén de Gallo, la tienda del turco José y la panadería, la última esquina antes de tomar el terraplén bordeado de sauces verdes y copas lloronas que conducía a los puentes de madera tendidos sobre el arroyo del Carnero. A medida que subía, el pueblo se alargaba a su frente en una sola calle, mientras que las casas desparramadas n el anochecer se empequeñecían y achataban. Ya estaba en el puente. Debajo, el agua estancada brillaba a esa hora silenciosa copiando los resplandores dispersos por los cielos todavía, y el camalote rojizo extendía grandes alfombras opacas sobre su superficie. Unos silbidos salían ocultamente desde las achiras y las malezas acuáticas que festoneaba el camino junto al agua dormida. El arroyo, crecido se ensanchaba después de la boca barrancosa de la laguna hasta alcanzar más de una cuadra de anchura remojando las bases del alto y alambrado callejón que unía a dos de las tres partes del pueblo.
Al desembocar en el otro lado miró en la dirección que le había indicado Saiz, alcanzando a distinguir entre un resplandor mortecino que salía del rectángulo alargado de una puerta a la bacía colgada de la parte de afuera.
-Aquí debe ser –se dijo.
Llegado, desmontó atando el caballo a un alambre tenso entre dos palos y entro en la barbería.Pagina 299
viernes, 15 de febrero de 2008
Postales de Nuestro Pueblo

Desde el actual Circulo Médico hasta el baldío frente a la sala (ocupando la carnicería de Aranciaga y la vivienda de su familia) había una casa que tenía un gran Salón a la calle, donde funcionaba un comedor, y hacia atrás tenía habitaciones, donde generalmente se quedaban las maestras. Frente al actual Circulo Médico, funcionó un negocio de rubro ferretería y venta de combustibles del Sr. Ernesto Augelli. Luego de su cierre permaneció sin actividad durante muchos años hasta que Carlos Etchepare lo reabriera con el rubro de Corralón. La esquina de Torme siempre fue un negocio, aunque cambiara el propietario a lo largo de los años. En la esquina del almacén de Hugo Suarez, funcionó un hotel comedor, más tarde el almacén de Guillermo Gari. Enfrente un negocio del que, en la década de 60, fue dueño el Sr. Quiroga y posteriormente funcionó la lechería, comercializando los productos de la firma Gándara, que fuera propiedad de la familia Loubet. En la actual casa del Sr. Luengo (Sarmiento y San Martín), funcionaba la Barraca de Lago, que tenía el galpón que se conserva al lado de la casa del Intendente Loubet. En la última esquina (Lavalle y San Martín) siempre hubo un bar y expendio de bebidas que cambió de dueños varias veces.En casi todos los negocios (especialmente en los bares), había en las veredas palenques en los que los viajeros podían atar los caballos de sus carruajes. El primer Barrio Obrero (calles Justo P. Saenz, Alberdi, Francisco Canciani y Homero Manci) se construyó en la década del ‘50. Posteriormente se fueron creando las otras viviendas. La plaza de juegos fue creada entre los años 1976 y 1978.Al lado de la ferretería que atiende Bortolotti (calle 9 de Julio) funcionó durante varios años la Oficina del Registro Provincial de las Personas. En la actual ubicación de la frutería fue la última localización del negocio del Sr. Quiroga.Donde se encuentra el Correo Argentino, funcionó el negocio del Sr. Grosso, que vendía vacunas y productos para el campo. Enfrente (depósitos de EDEA) funcionaban las Oficinas de la Cooperativa de Electricidad.Donde es la veterinaria de Cedarri funcionó un negocio que vendía alimento balanceado y otros productos para el campo, propiedad del Sr. Russo. Frente a lo de Anita Loubet funcionó por muchos años ENCo Tel. Donde se encuentra la casa velatoria Conti se encontraba la Usina Eléctrica,La Comisaría, La Municipalidad y Obras Sanitarias siempre han tenido la misma ubicación.En la esquina del Banco Provincia había un espacio con juegos donde los abuelos de ustedes venían a divertirse.Y así, después de mucho caminar volvemos a nuestra escuela, que tuvo su primera ubicación en otro lugar. El actual emplazamiento es de 1891 y el edificio que hoy tenemos data de la década del ´50. Esperamos les haya gustado...
jueves, 14 de febrero de 2008
...el aroma simple de un clavel del aire.

Hoy he visto caído
un clavel del aire
y en su flor azulina
detenida la tarde,
en un viejo recuerdo
de patio con azahares.
Una casita humilde
orientada a la ría,
con el techo de chapas
que mojaba el rocío.
Una higuera ofreciendo
sus frutos dulces, suaves
y en el tronco de un tala
las florcitas del aire,
que juntaba mi abuela
antes que marchitasen
para adornar doliente
la foto de su madre.
Aún resuenan las voces
de mis hermanos riendo
camino de la escuela
en mañanas de invierno.
Con inquietud de niña
jugaba a la rayuela
y apresaban el tiempo
mis ojos y mis trenzas.
De regreso al pasado
mi corazón renace,
con el aroma simple
de un clavel del aire.
Norma Ester Montenegro
miércoles, 13 de febrero de 2008
La Justicia que llega tarde...

La fotocopia llegó de la mano de nuestros vecinos los "Amigos del Museo Kakel Huincul Maipú"
Y como siempre digo conocer la Historia ayuda a comprender.
La Justicia nunca puede conformar a las partes en conflicto, para unas será buena, maravillosamente justa, para las otras mala, perversamente injusta...
Pero la Justicia cuando enmarañada en el "papeleo" del procedimiento llega tarde no es justicia y a juzgar por la nota que van a leer, nuestros problemas de hoy vienen ...
En cumplimiento de ello el alcalde que firmaba Feliciano Idalgo, levantó la siguiente acta Siguiendo la orden que recibo del Sr Juez de Paz. Pasé inmediatamente a la pulpería de don Serapio Quintana donde se hallaba el cadáver de Bonifacio Paz y examiné las heridas que tenía este, y el lugar donde estaban y encontré ser dos puñaladas dadas con cuchillo las que tenía entre el estomago y el ombligo por las cuales asomaban las tripas, siendo estas las que ocasionaron la muerte que firmo el presente en la casa de Serapio Quintana 27 de noviembre de 1857.
El Autor de la muerte había sido un tal Rafael López que se fugo comunicando al Juez dicha fuga, el Dr. Navarro Viola (que había sido amigo de Vicente López y Planes) remite desde su juzgado de Dolores una comunicación al Dr. Francisco Madero en su campo de “El Vecino” indicándole que averigüe “para que rumbo tomó, si salió del Estado o si escapó para las frontera de los indios” los antecedentes de este viejo sumario de los primeros sustanciados en los Tribunales de Dolores quedan allí terminados, lo cual patentiza que el Delincuente no fue apresado nunca y tampoco nunca más se tuvo noticias de él."
martes, 12 de febrero de 2008
Romance de Kakel Huinkul

I
Estaba el fiero Kaquel
alertas, y firmes los ojos;
de la laguna el espejo
brillaba su plata al sol,
y la lontananza inquieta
danzaba en sordo rumor.
¿Qué ruido extraño le tiene
al pampa el ojo avizor?
Duermen callados y quietos
los viejos talas del monte,
pereza que da el verano,
pereza, sueño y calor.
Bajo un cielo como un lampo
de luminoso rigor,
una bandada de garzas
hunde los aires, veloz;
y en el bajo pajonal
que a la loma borda y come,
se ha abierto paso el venado
que es ligero corredor.
El indio, al verlos, inquieto
a su pesar se tornó,
y su mirada se alarga
hacia un lugar allá al norte,
donde el polvo en densas nubes
está oscureciendo el sol.
Kaquel levanta la mano
y pasándola en el rostro
borra del fiero entrecejo
gruesas gotas de sudor.
Al aire blandió la lanza
girando a un golpe su potro,
y su estridente alarido
en el bajo resonó.
Llevaba como una flecha
del monte la dirección;
y sus ojos se saltaban
y le abrazaba el calor.
El monte ya puesto en guardia
sus mil lanzas asomó.
II
Caravanas de caballos,
fusiles, sables, galones
y chaquetas coloradas
que tiemblan con la emoción
del clarín que está a degüello
sonando con clara voz.
Dando frente a los soldados
Y derrochando valor,
La lira de altivos pampas
al galope se tendió.
Pronto a la llanura inmensa
sacudió claro temblor,
y ya en los sables desnudos
se fue enrojeciendo el sol.
Florecieron las tacuaras
en el sangriento vellón,
y cantándole a la muerte
la boleadora silbó.
Terribles se hunden las lanzas
- hay sables con más furor –
melancólico el clarín,
vibra tocando atención
y nuevamente a degüello
con más coraje y valor.
El aire se carga y tiene
en el pesado bochorno,
un tufo fuerte y muy acre
de polvo, sangre y sudor.
Es duro aquel entrevero,
sin más testigos que Dios;
la indiada con alaridos
se comunica rencor
cargando desesperada,
más el cristiano redobla
su empeño por la partida
y a los fieros pampas pone
con irresistible empuje
en derrota y dispersión.
Lanzan ayes los heridos,
la sangre en el suelo corre
y están rojizos los pastos,
la tierra, el aire y el sol.
La laguna se despierta
y el monte de la alta loma
ha visto llorar los talas
y está en grande confusión.
Las polvaredas se acercan
Y el monte es todo clamor.
Kaquel del rudo combate
Fue el último que escapó.
III
En el toldo de Kaquel
la blanca cautiva llora,
porque en su pecho se baten
la alegría y el dolor.
Diez años de toldería
que a su hogar la arrancó
el pampa que la hizo suya,
que así es la ley del malón.
Amante sin nunca amar,
Sufrida, porque sufrió,
La libertad ahora viene
Más nunca vendrá el honor.
Estos pensamientos daban
a la cautiva aflicción,
cuando de un salto a su lado
Kaquel allí desmontó;
los ojos tenía bajos
y le temblaba la voz,
que a los que tanto lloraba
así, sin tardar le habló:
- Cristianos todo ganando,
indio perdiendo, peor…
mujer que ahora tiene y quiere
también – y el pampa calló
y ella, en sus ojos al ver
valiente resignación,
secó su llanto y al punto
con esto le contestó:
- Mis hijos son los tuyos
y tú que eres mi señor,
tendrán entre los cristianos
mi leal ternura y amor.
Yo rogaré ante los míos
que os reciban con razón
de ser leal y valiente…
Mas el pampa replicó
alzando grave ademán:
_ Kaquel no quiere favor,
los huincas valientes, sí
pero a mí nadie mandó.
Y rápido a la cautiva
sobre su caballo alzó,
que era huir con los dispersos
al parecer su intención.
Sorprendida ella: Mis hijos!...
con grande furor gritó.
En ese momento entraba
al monte la expedición
y al verlos un miliciano
con su fusil disparó.
La bala partió certera,
su brazo el indio aflojó
y rodando por el suelo
no tuvo un ¡Ay! de dolor.
La cautiva lanzó un grito
que desplomó su razón
y con la lanza del muerto
el pecho se atravesó.
Se llegaron los soldados
y hasta hubo investigación,
más la muerte de la blanca
cubrió por siempre su honor.
Allí en Kaquel la columna
desprendió una guarnición,
se pobló luego el paraje
y más de un siglo pasó;
un siglo sin una noche
de triste recordación,
noche que fue de venganza,
de sangre y desolación…
¡Ay si pudieran contarla!
Más nadie sobrevivió.
sábado, 9 de febrero de 2008
Carlos Gardel

*Fuente
"Boletín electrónico de información, investigación y actualidad de la Asociación Amigos del Museo Kakel Huincul"
http://www.ladobled.com.ar/boletinesanteriores/enero.07.doc#María
En la foto Gardel… y una foto siempre trae una historia. La que recuerdo no pertenece a la foto pero...
Los invito que escuchemos a Carlos Gardel cantar "La Tropilla" letra de Santiago Rocca y Música de Mario Pardo.
|
Mi padre conoció al autor de la música, y es ésta la “resonancia” que me trae la foto que está frente a mí. Me la acercaron, hace unos días, los Amigos del Museo Kakel –por error, dicen- yo creo que fueron “las casualidades” para que yo recordara esto que ahora voy a contarles.
Como les digo, mi padre conoció Mario Pardo, fué en Lomas de Zamora , con él perfeccionó sus conocimientos de Guitarra, que siempre fueron "de oído", y hasta lo acompanó a Montevideo; juntos anduvieron noches de bohemia en el Uruguay natal de Don Mario Pardo. En 1984 lo visitó en Burzaco, y al regresar me contó que quince días antes de su visita "Don Mario había cumplido 97 años y que entre las muchas cosas que había recordado, aquella tarde, le habría dicho que no podía imaginar a “Carlos cantando sin guitarras”.
Mi Papá no conoció personalmente a Gardel pero sí, a uno de los autores de "La Tropilla" que Gardel interpreta como nadie, “Gardel no sólo canta, Gardel interpreta, pinta con los colores de su voz” decía "Madrid viejo" mostrando su admiración por el Zorzal Criollo.
Las décimas que siguen las escribió mi padre para homenajear a Don Santiago Rocca, un día se los dió a un amigo... otro día escuchó que alguien en rueda de fogón las cantaba sin aclarar quien era el autor. Fue entonces, que aconsejado por el "gran número de las excepciones que acompañaron su vida" redactó una carta para los hijos de Santiago Rocca; la otra carta llegó que desde “San Antonio” Partido de Pila, para agradecele. (clicleando sobre ambas imágenes podrán leerlas)
Aquí se las dejo, confirmando que mi padre es el autor indiscutido de las décimas… y que Gardel, cada día canta mejor!
A Don Santiago Rocca
Una "Tropilla" entablada
anda en busca de querencia,
su dueño dejó una ausencia
que está en la pampa clavada,
se fue arreando en la bajada
al grito de ¡Juera Guay!
una tropa como no hay
ni habrá jamás otra igual.
hablo de Don Santiago Rocca
que fuera un Gaucho de Ley.
Se fue llevando a lo pagos
de dónde ya no se vuelve,
la dignidad con que siempre
anduvo por estos lados,
de sombrero requintado
revoleando el poncho pampa
el lazo arrollado al anca
del último que montaba
un moro que galopaba
como pidiendo distancias.
Desde todos los rincones
de la llanura pampeana,
aquel resero se alzaba
con su tropa de emociones,
cifras, gatos, pericones
estilos, triunfos, milongas
y desde el día en que sombra
se hizo pa' entrar al silencio
lo llora en la rama el viento
y hasta en su silbo lo nombra.
Ahora andará Don Santiago
por los campos del Señor
cantando a la tradición
como lo hizo en estos pagos
sobre un "Pegaso" montado
sin errar ninguna huella
buscando entre todas ellas
como caballero andante
armar p´hechar por delante
una tropilla de estrellas.
Leonardo B. Madrid
1975
viernes, 8 de febrero de 2008
Las fotos de Laura Tredenti
-¿Cómo es esto?
- Ofelia Barrios de Vera, de ella hablamos es oriunda de Maipú, pero un día llegó a Guido a trabajar en la Oficina de Rentas y… Continuará
será Laura, quien nos contará esta y otras muchas historia, yo, nada más, las voy a acomodar en las estanterías de este, nuestro almacén, que a juzgar por lo que viene comienza a derramar memoria.
Nevada en Guido julio de 1955 en el centro de la foto Obdulio Vera (tío abuelo de Laura) a su derecha de traje oscuro, Ramoncito Rojas.
Inundaciones de 1940 la Esquina de Bazzigalupi dice Laura y yo acepto
Inundaciones de 1940. Esta foto, está tomada por un Profesional de la fotografía el Sr. Aphat.
Ya ven, "a causa de Rentas" una Maipuense llegó a General Guido, se casó con un Guidense y "de resultas" Laura Tredenti.
¡Gracias Laura, gracias por sumarte, gracias por estar allí, gracias por compartir!
jueves, 7 de febrero de 2008
Milonga de dos amigos que demostraron ser gauchos
Nolo Sbarra; Lito Olano;
el campo os rinde homenaje
y quiere que de este viaje
quede un recuerdo galano.
Nadie dirá de que en vano
habeís mostrado la entraña
porque yo he de darme maña
para hablar de una excursión
que, de todo corazón
la considero una hazaña.
¡Grite el Chajá vigilante!
¡lancen su alerta los Teros!
¡qué vienen dos caballeros
¡la tropilla por delante…!
¡Salúdelos el juncal
inclinándose a su paso!
y en un susurrante abrazo
estréchelos el pajal
¡Que los platee la luna
y el rocío los bautice,
y que al cruzarla se erice
el cristal de la laguna.
¡Alce el vuelo el mirasol
dándoles la bienvenida!
y la perdiz, escondida
les cante al salir el sol.
Que la menta su fragancia
les mande en calida oleada
y el tropel de una manada
suene aplauso en la distancia.
¿Muéstrenle los calzoncillos
Los ñanduces gambeteando!
y háganle rueda, rumiando,
¡las vacas y los novillos!
¡Ábranse los nubarrones
que tapan el firmamento
y anuncie su arribo el viento
zumbando en los cañadones!...
Bien montados; primavera;
llanura verde y tendida.
¿puede darse en esta vida
conjunción más lisonjera?
El ¡pacatá! del galope
los espíritus renueva
y el pensamiento se eleva
al más exaltado tope.
Con los caballos en fila
Cruzaron por “El Venado”…
abajo: el Río Salado
al frente: el Partido e’pila
Y su alegría no es poca
cuando allá en el horizonte
divisan clarito el monte
de “San Antonio” de Rocca.
Otra vez sobre la huella
va la madrina gateada…
de nuevo la caballada
trota afanosa tras ella.
Hay un tobiano, un picaso,
dos gateados y un overo
y un malacara estrellero
ligero como balazo.
Bien gordos están los pingos
más, no se puede pedir…
y en lo que toca elegir
difícil hacer distingos!
De pronto se despatarra
volcándose por entero
aquel gateadito overo
que monta Noel Sbarra.
Por suerte, nada ocurrió
y aunque no “salio parado”
el hombre muy bien librado,
de aquel trance resultó.
Ya llegan al Camarones
no sin bastante trabajo
por que marchan viento abajo
y hay jejenes a montones
En casa de Bolontrade
consiguen darse un descanso
y comerse un rico ganso
que a tomar vino persuade.
Ese sol está que tuesta
pero siguen la porfía…
y al rancho de Echeverría
arriban a media siesta.
Gauchos a carta cabal
los Echeverría son.
ambos puro corazón
y trato amable y cordial
De allí al Puente del Ochenta
sobre el mismo Canal Nueve,
el galope les fue leve
según Olano me cuenta
Ese pago es “El Sartén”
hoy estancia de Fernández
próximo a lagunas grandes
del mismo nombre también.
Muy mentada pulpería
aquella de “El Sartén” era
y posta de la galera
que de Dolores salía.
Quieren hacerlos quedar
allí, pues con gran razón
piensan que a “La Protección”
con luz no van a llegar
Pero ellos, ¡cabeza dura!
al rato nomás montaron
y al galope continuaron
su viaje por la llanura.
Y otra vez los cañadones
puro junco y barro blanco
los fuerzan a andar al tranco
recogiendo los talones.
En el rancho de Ceballos
cerca de una mostacilla,
detienen a la tropilla
para mudar de caballos
Nolo agarra un tobianito
para parar muy mañero
Y en un lindo azulejo overo
ensilla enseguida Lito.
Crecido, según se ve
un arroyo se desliza
pero sin ninguna prisa
lo cruzan a volapié.
Llegaron a “Sermón Chico”
con el sol muy bajo ya
mientras la tropilla va
abriéndose en abanico.
Les falta aun una legua
para entrar en “La Esperanza”
y a fin de andar sin tardanza
toman del tiro la yegua.
Cerró la noche y los dos
rumbeadores sin abuela
¡se encuentran frente a la escuela
como por gracia de Dios!
A lo lejos ladra un perro…
se ve el farol de una casa
y siempre al trote acompasa
el tañido del cencerro.
¡Cuándo llegaremos! Clama
Noel un poco cansado…
¡nos tenemos bien ganado
baño, cena y buena cama!
Mas no le contesta Lito
que ya dio con la tranquera
cantando una chacarera,
un triunfo o un estilito.
A camino Real bien ancho
cayeron por fin los dos
saludando en alta voz
a Borges que está en su rancho
Y tras un galope breve
y con no escasa emoción
llegan a “La Protección”
a punto de dar las nueve.
Mucho amigos he sentido
no haber estado yo allí
pero un compromiso aquí
me tenía retenido…
¡Que alegrón hubiera sido
recibirlos en la estancia!
y obrando bajo la instancia
de un afecto muy sincero
charlar los tres el día entero
sin la menor discrepancia.
y a puestos en ese tren,
y a puro asado y guitarra,
don Olano y don Sbarra
lo hubieran pasado bien.
En fin, amigos, ya ven…
ésa era mi intención.
espero que otra ocasión
vuelva a guiarlos al camino
al Partido del Vecino
Estancia “La Protección”
Justo P. Saenz (h) 12/12/1959
miércoles, 6 de febrero de 2008
Herencia de las abuelas
lunes, 4 de febrero de 2008
"Convecinos"
Los amigos del Museo Kakel Huinkul de nuestra vecina Maipú llegaron para quedarse con el Boletín, hoy Febrero 2008, y en sus interesantes notas han tenido la gentileza de publicar uno de mis tantos recuerdos ¡Gracias vecinos!
Ahora les dejo a Griselda Garcia Cuerva, ya la han leído en La Matera donde colabora seguido, esta vecina de Dolores que llegó a nosotros de la mano de otro Dolorense colaborador de estos espacios, Diego Sachella; Griselda no tiene página pero, seguramente pronto la tendrá mientras tanto aquí les dejo estos, sus
Recuerdos
Es una tarde gris
pero bañada en luz
con hermosos recuerdos
que acarician mi alma.
Miro fijamente el cielo
y viajo en una nube
donde la voz de mi abuela
es un dulce canto.
Sonrío con mis primas
en un rincón del patio
cuando las miradas cómplices
revelan nuestros secretos.
Alrededor de una enredadera
nos encontramos con un hada
que promete llevarnos
a un paraíso soñado.
Una fina llovizna cae
empapando el jardín
pero las ilusiones abren
las puertas del sol.
Algunos pétalos de rosas
se dispersan con el viento
y brillan las utopías
en nuestro juego infantil.
María Griselda García Cuerva
viernes, 1 de febrero de 2008
Cuando las palabras se vuelven imágenes

Saben, muchos me han escrito después de escuchar en la encantadora voz de Celia Saia, la hermosa letra “Cercos de Madreselvas” todos me comentaron más o menos lo mismo, todos, sin excepción, utilizaron la palabra "emoción" para describir lo que sintieron frente esas las imágenes que volvían en el tiempo.
Aquí les dejo otro texto para ver...por que lo que Norma escribe, se ve, se huele, se oye, y termina enredándose en el corazón como "las serpentinas del corso de la Mitre"
Las campanas de mi pueblo
De mi pueblo recuerdo las campanas
que Manuco tocaba diligente
anunciando las misas diariamente
con un dejo de honor. Y son mis ganas
de volver a escuchar esos sonidos
que me instan a pensar que tal vez luego
del pasado retornen con mi ruego
y en mi alma permanezcan detenidos.
La iglesia con la imagen venerada
de la virgen oidora de plegarias,
fueron en mi niñez destinatarias
del sentir de mi fe consolidada.
El tiempo transcurrió y aunque lejanas
en mi mente resuenan las campanas.
©Norma Ester Montenegro
Iglesia Nuestra Señora de la Merced
General Lavalle Prov. de Buenos Aires