El regalo de mi abuela
En las notas escritas en su diario
perdura su recuerdo en forma plena
y la evoco rezando la novena
con las cuentas sagradas del rosario.
En mis manos está el devocionario
que mi tardía fe recién estrena
cumpliendo su deseo. Y siento pena
por que añoro su amor tan necesario.
Deshojando los días sutilmente
presiento que me guía su sonrisa
y al notar que la vida marcha a prisa
la concibo de un modo diferente.
Su anhelo tuvo digno corolario;
también tengo en mis manos...su rosario.
Norma Ester Montenegro