martes, 22 de mayo de 2007

El poder de las imágenes


*Aquí van estas fotos de Josefa (Pepa)Eyharchet de Madrid, con su esposo Horacio y su hija Elba Rosario (Cuca), paseando en Mar del Plata. Febrero de 1935.
En el archivo "Solo para ellas" encontraran la foto del casamiento y la volverán a ver como madrina del casamiento de mi padre. Tía Pepa, no ocultaba cierto favoritismo por mi hermano, lo llamaba “el gorila” y visitarla en su departamento de Alsina y Perú en Capital era una fiesta, de té con leche y scones recién saliditos del horno…
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Aquí en el casamiento de Cuca, década del 60. Empezando por la izquierda tío Rojo(Rogelio), Mi papá (Leonardo), tío Mochi (Benjamín), tío Hacho (Horacio) la Novia, tía Pepa, tía María y mi mamá. Los dos angelitos mi hermano Jorge y yo Lagesio. ¡Cuantos recuerdos!




*Aquí la querida Dalila Lorente, en la fiesta de los Ex - Residentes, una gran amiga de los Madrid, nos visitaba con frecuencia, recuerdo que la tarde anterior a su fallecimiento estuvo en casa, dicharachera, chistosa como siempre, fue un placer haberla conocido.

*Aquí. Los Aphat emparentados con los Madrid por Rogelio que se caso con Nélida (Tita), ambos en la foto. La foto de su casamiento esta publicada en el archivo "Solo para ellas".

Esto es solo un ejemplo, miren ustedes lo que logra una foto, en este caso la de "El Portavoz", que publicó María Guebara… Repito, en las fotos hay historias que se cruzan, si logramos reunirlas, armaremos una sola Historia la del pueblo de Guido, con lo bueno y lo malo, las alegrías y las tristezas, los amores y desamores; con derrotas y victorias, con los desencuentros no deseados y los encuentros siempre esperados. No tengan miedo al pasado, es parte de la vida. Y la vida es eso, lágrimas, alegrías, dolores compartidos pero ¡vivirla vale la pena!…
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).