viernes, 11 de mayo de 2007

Fotos, fragmentos de vidas que porfían la memoria



"Amigos por siempre", El Negro Madrid y Pepe Arruti, en el centro de la foto, ¿los otros? creo reconocer a Pancho Mapelli y a Cepeda




El Equipo, La Copa, Año 1924/25. Los protagonistas, solo alcanzo a identificar a los Madrid, Benjamin (Mochi, abajo der,), Leonardo (Negro de pie izq) Rogelio (Rojo de pie, izq), Anibal Apesteguía (Canilla, sostiene la bandera; de pie, der )








Gral. Guido. La inundación de junio de 1940. ¿Quién sera el hombre en el carro?






El de camisa blanca Rogelio, el segundo de los Madrid, no se quién es su compañero, ¿el lugar? creo nuestra casa en Guido.




No puedo identificar a los protagonistas, Alguien en Guido podrá hacerlo. La acción sucede en el Partido de Guido, en el año 1938, en la puerta del vehículo puede leerse "Pampa Film" la película se filmó en La Quinua.










Noche de Baile en el Cultura Las chicas a la moda, los muchachos elegantes, Guido de 1940. Madrid, Augelli, Algañaraz, Lorente y otros que no puedo identificar...




Todas las fotos cuentan historias. Frente a ellas nos preguntamos ¿quiénes son?, ¿dónde estan? ¿cuándo? ¿por qué?. Solo hay que mirar, hasta que podamos ver, reconocer nuestra identidad... Mi padre escribió una tarde de domingo, Mirando fotos


En esa mirada nos estamos viendo,
Nos encontramos, en el paso vacilante
Del anciano que camina lerdo,
En el silencio de palabras mudas,
En el abrazo retenido,
En el beso nunca dado, nunca recibido,
En la mano que acaricia sin rozarte, sin tocarme,
En el viento imposiblemente quieto de esa tarde,
En el gusto de esas cosas ricas
Que vuelcan los recuerdos en mi boca.
En el aire se adivina el olor de nuestra casa
Y el corazón de un galope corto,
Suelta en mi memoria,
Todas las historias que guardan estas fotos.
Leonardo Madrid (Negro) 1978
“Despojados de su memoria, los pueblos se opacan mueren y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta finalidad no hay ética posible”. Héctor Schmucler (1994 Revista Universidad Nacional de Córdoba).